La terapia online. Recibir psicoterapia a distancia.

¿Qué es y por qué se ha potenciado?

Como bien imaginaréis, definimos como terapia on-line a la versión a distancia de la psicoterapia de siempre, utilizando las ventajas y recursos de internet. Se adapta al potencial de las nuevas tecnologías, y por tanto permite flexibilizar el servicio.

Si bien es cierto, que la terapia online se lleva utilizando hace bastante tiempo, es ahora con la crisis de la COVID- 19, cuando ha resultado completamente imprescindible en el trabajo terapéutico.

La terapia online ofrece la gran ventaja de acceder a un psicólogo o psicóloga, para realizar el trabajo terapéutico desde cualquier lugar del mundo, incluidos también los formatos grupales a través de terapia de grupo o talleres prácticos o de formación.

¿Qué ventajas tiene la psicoterapia online?

Las múltiples plataformas que permiten, a través de internet, tener videoconferencias para posibilitar el trabajo terapéutico, han ido actualizándose y ofreciendo cada vez más posibilidades que permiten equiparar la terapia presencial a la online en algunos aspectos. Por ejemplo:

  • Durante las sesiones se pueden compartir archivos de imagen, sonido, vídeo o documentos, y esto es especialmente beneficioso, ya que contribuye a objetivos como la psicoeducación, la revisión de tareas en directo, y la realización de ejercicios conjuntos, tanto teóricos como prácticos.

  • La terapia online permite también hacer ejercicios mediante role-playing, funciona fenomenal con las técnicas de relajación, diferentes meditaciones o ejercicios de mindfulness.

  • Incluso se puede trabajar desde otras perspectivas como EMDR, psicodrama, técnicas psicocorporales, etc. Que sea online, no la limita a trabajos psicoterapéuticos superficiales.

  • El vínculo paciente-terapeuta se puede desarrollar igualmente, es labor del o la terapeuta favorecer ese vínculo tanto en una terapia online como presencial.

La terapia online, como tal además tiene un conjunto de ventajas.

  • El/la terapeuta además, podrá complementar su trabajo con charlas, webinars, o talleres formativos, a los cuales podrán acceder una cantidad muy elevada de personas, que si lo desean, podrán mantener su anonimato, algo que quizá no harían, o no se atreverían si fuese a través del formato presencial. De esta manera, se posibilitan escalones intermedios al objetivo de mostrarse a los demás y avanzar, por ejemplo en las personas muy introvertidas o con fobias sociales, o demasiado reservadas, o en el caso de pacientes con agorafobia u otros trastornos que les impidan o dificulten salir de su casa. Esto produce de manera directa, un enriquecimiento para la persona que recibe terapia on-line.

  • Otra ventaja que nos aporta este formato, es posibilitar terapias online de pareja, familiares o de grupos. El sistema online permite unir a personas que están en lugares diferentes sin necesidad de desplazarse para poder trabajar en conjunto, y además, si hay situaciones de alta tensión o elevada agresividad, se elimina el riesgo de que se produzcan agresiones físicas entre las personas, si se está trabajando con problemas de agresividad o descontrol de la ira.

  • En grandes ciudades donde las distancas son grandes, o con circunstancias vitales complicadas, favorece el poder acceder a una terapia, ya que no es necesario el desplazamiento.

  • Permite además, utilizar los dispositivos móviles, ordenadores, tablets, para otros objetivos más saludables y diferentes al trabajo, los videojuegos (sobre todo en caso de adolescentes) o la continua supervisión de las redes sociales. Así, paradójicamente, a través del móvil se podría realizar una terapia de adicción al teléfono.

  • Por otro lado, raramente una persona lleva a terapia su ordenador y su trabajo, y así, durante las terapias y en directo, la persona que recibe la ayuda psicológica puede mostrar al terapeuta el lugar en el que vive o su trabajo, sus espacios, enviarle o mostrarle sus documentos, y observar las interacciones en directo de una pareja o familia en su entorno natural.

  • Es especialmente interesante, la parte que engloba la psicoeducación y la práctica de temas como la productividad y la organización del tiempo. El terapeuta podrá comprobar in situ, como la persona a la que atiende es capaz de prestar atención o si se distrae con facilidad, comprobar si prioriza los temas en importancia y urgencia, si organiza sus tareas y las cumple, pese a la gran cantidad de distractores, ya que, durante la sesión, está en una situación natural de teletrabajo, prácticamente idéntica.

  • También favorece la puntualidad, y el mantenimiento del proceso y adhesión al tratamiento. Y, la continuidad y la disciplina es la clave del éxito de cualquier terapia.

Punto positivo también, y a favor de este tipo de terapia, es la facilidad de desarrollarla, ya que, básicamente consiste en abrir un programa y hablar. Solo es necesario tener una buena conexión a internet y un entorno sin demasiado ruido y con cierta privacidad. No es necesario tener grandes conocimientos técnicos, incluso para participar en una charla webinar.

La experiencia es muy similar a la psicoterapia presencial, y la eficacia es la misma.

¿Qué problemas plantea y qué soluciones se pueden ofrecer?

Planteamos ejemplos de problemas o resistencias iniciales que algunas personas han planteado, aunque finalmente se han superado satisfactoriamente.

“En mi entorno no dispongo de la intimidad suficiente para sentirme cómodo/cómoda para terapia online, siento que van a escucharme a través de la puerta”

1.    Se pueden buscar horas en que la persona tenga más intimidad.

2.    Se puede recurrir a la llamada telefónica o a la videollamada a través del teléfono móvil, incluso desde la calle, u otros lugares como parques o entornos agradables.

3.    También se puede ofrecer asistencia continua vía email y whatsapp.

“Tengo en casa mala conexión a internet”

1.    Se puede motivar a la persona a que tenga una actitud más proactiva a la hora de resolver ese problema, motivando a solucionar los problemas de baja conexión, abandonando una posible actitud derrotista o procrastinadora.

2.    Se puede motivar al uso de los datos del teléfono, incluso a obtener un terminal solo para videollamadas con tarifas económicas.

3. Existen los adaptadores de red que mejoran los problemas de señal.

“No es lo mismo que estar allí, en el centro siento mi espacio, y además no hay contacto físico”

1.    Debido a la COVID-19 el contacto físico no puede tenerse igualmente, y en las sesiones presenciales hay que tener distancia, a parte de los riesgos por desplazamiento, el uso de transporte público, etc., mucha limpieza y mascarillas, lo que hace que se convierta en una situación incluso más extraña que por videollamada.

2.    El entorno seguro se crea entre las personas que establecen el contacto, la cuestión está en motivar a esta persona a construir en su entorno un lugar de seguridad, o buscar un entorno que le resulte cómodo o fácil. Esto no se produciría probablemente si las sesiones no fueran así.

“La terapia online no va a ser efectiva, no creo que funcione igual”

1.    La terapia online es igual de efectiva que la psicoterapia presencial, ya que permite la misma creación del vínculo, el uso de las técnicas, la supervisión de tareas y la canalización de emociones. ¡La gente también se enamora por internet y no se tocan!

“Yo no entiendo de tecnologías, eso es muy difícil”

1.    La videollamada se puede hacer hasta desde un smartphone de lo más básico, con el mismo whatsapp y es muy sencillo.

2.    Hay muchas plataformas sencillas y gratuitas por internet. Cuando lo haces una vez, ya es muy sencillo y cómodo aprenderlo para las siguientes.

Alberto López Viñau

Psicólogo, coach y formador

Grupo Crece

 

Coronavirus. La sugestión que nos enferma: el "efecto nocebo"

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“ La peste iba a Bagdad y en el camino se encontró con un vagabundo

El vagabundo en la distancia le preguntó

¿Dónde vas, PESTE? Voy a Bagdad a matar 500 personas

A la vuelta de Bagdad , la peste se volvió a encontrar con el peregrino y este le dice: ¿no decías que ibas a BAGDAD a matar 500 personas?

Pero has matado a 5000

Si, yo mate 500 personas, pero el resto los mato el MIEDO.”

 

Los “besos milagrosos” de una mamá a su bebé , que quitan el dolor y calman como si de una medicina de última generación se tratara.

Los ritos que realizan algunos y algunas deportistas antes de iniciar su actividad.

Síntomas de embriaguez tras tomar una bebida sin alcohol que nos ofrecen como alcohólica.

Y algunos casos más increíbles, como el anestesista Henry K. Beeche , que durante la segunda guerra mundial operó pacientes sin anestesia, utilizando suero fisiológico como placebo cuando se le acabó la morfina. 

Estos son ejemplos del conocido “Efecto placebo”.

El efecto placebo es la mejora o la desaparición de los síntomas de una enfermedad en un paciente llevando a cabo un tratamiento que no tiene propiedades curativas reales. Los pacientes desconocen que están siendo tratados con sustancias sin efecto, pero lo toman con la creencia de quehabrá una mejora.

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Efectivamente, los resultados de muchas investigaciones confirmanque tienden a mejorar en una proporción similar a la mejora ocasionada por un medicamento real.

En este mágico efecto, es la mente la encargada de convencer al organismo de esos efectos positivos del medicamento, que son inexistentes. Como hemos visto, este efecto puede extenderse a otras circunstancias que no sólo pertenecen al ámbito médico.

Si la mente tiene tanto poder para curarnos…¿Qué no puede hacer para enfermarnos?

El “hermano feo” del efecto placebo es el llamado Efecto nocebo. En principio, se trata del mismo efecto, solo que uno es negativo y el otro es positivo. Ambos nos afectan allí donde menos podemos controlarlos: en nuestro inconsciente.

En el efecto nocebo, una persona presenta los posibles efectos secundarios o síntomas que produce un medicamento o tratamiento sólo porque el paciente cree que pueden ocurrir, que no funcionará o incluso que será perjudicial

El efecto nocebo se dispara, sobre todo, por un exceso de información que no es posible ordenar de manera apropiada, especialmente al buscar enfermedades o síntomas en internet.

El miedo es estrés para el cuerpo y puede debilitar el sistema inmunitario, que se vuelve más vulnerable, y entonces es más fácil que el organismo se convierta en hogar de bacterias o virus, y que se produzca dolor donde no debería haberlo.

En el momento actual, el estado de alerta por el coronavirus, nos mantiene en un nivel de alerta y expectación máximos. El bombardeo constante de información a través de un sinfín de medios de comunicación y la forma en que nos comunican los efectos adversos del virus, nos pueden instaurar un estado generalizado de ansiedad, angustia y estrés que debilita nuestro cuerpo y nuestra mente.

Podemos actuar sobre pocas cosas para mantener cierto equilibrio durante este tiempo tan duro. Otras no dependen de nosotros.

Cuida tu salud mental:

Ilustración de Vero Gatti

Ilustración de Vero Gatti

  1. Raciona las dosis de información que recibes y que envías. Es necesario estar enterado de la realidad que ocurre, pero sin excesos para no caer en la desesperación y el miedo.

  2. Medita, reza, haz yoga o cualquier ejercicio que mantenga tu mente posada en el cuerpo. Que tú seas tu centro para que la mente no sea secuestrada constantemente por la divagación, la rumiación, la obsesión, el miedo.

  3. Expresa tus emociones y sentimientos, procurando dejar el drama a un lado. Escribe, habla, pinta, escucha, baila o canta. Cualquier forma que saque fuera tus inquietudes te ayudará a colocar y recomponer lo que estás viviendo.

  4. Cuidante te TÚ podrás cuidar y acompañar a quienes te rodean.

 Un abrazo y mucha fuerza para estos días.

Raquel Ibáñez Ortego

Psicóloga, Instructora de Mindfulness

Grupo Crece

 

Crisis por covid-19: qué cosas podemos hacer en casa con los hijos mientras dure el aislamiento

De acuerdo con las decisiones tomadas por las autoridades respecto al Covid-19 y en pro de un bien común, todas las familias nos hemos visto obligadas a aislarnos en casa hasta nuevo aviso. Debemos ser responsables con respecto a esta pandemia y que prevalezca el bienestar y la salud de toda la ciudadanía.

A la espera que esta crisis pase, ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos e hijas a sobre llevar el aislamiento? ¿Cómo evitar los posibles conflictos, crisis de ansiedad, altos niveles de frustración y de agobio que supone estar encerrados en casa tantos días? Desde Grupo Crece os ofrecemos algunos consejos que pueden ayudaros:

1.      Seguir los mismos horarios a ser posible del cole: acostarse y levantarse a la misma hora (excepto los fines de semana). Es importante seguir una misma rutina en los horarios de sueño durante los días de diario tal y como hacían normalmente. Esto les ayudará a tener un orden en su descanso.

2.      Hacer que participen en las tareas de la casa: hacer su cama, poner y quitar la mesa, repartirse tareas de limpieza y orden de los espacios comunes, recoger ropa, cajones y juguetes, aprender a cocinar cosas sencillas, diseñar juntos el menú semanal…

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 3.      Controlar los tiempos de estudio y tareas escolares: ayudaría mucho ajustarse a su horario escolar real, respetando los recreos, hora de comer, tiempos de descanso entre materia y materia…

 4.      Hacer ejercicio físico juntos, bailar, practicar yoga y momentos de relajación en familia. Podemos ayudarnos de numerosos tutoriales, poner música o acudir a la creatividad. Es importante que tengan un desgaste físico de cara a seguir tonificando la musculatura y la función cardio respiratoria. Nos ayudará a todos y a todas a descansar mucho mejor, a mejorar el humor y a reactivarnos día a día.

 5.      Leer libros, cómics, teatro y acudir a la literatura clásica. Podemos crear nuestros propios cómics, cuentos e historias y crear nuestra propia mini biblioteca!

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 6.      Investigar sobre algún tema interesante de actualidad: ciencia, historia, arte, deportes… y crear vuestro propio documental!!

 7.      Recordar, revisar y ordenar fotos familiares: podría ser un buen momento para recordar a seres queridos, viajes, momentos divertidos fotografiados, etc.

 8.      Realizar otros retos creativos: hacer una maqueta, un mural en familia sobre el día a día con vuestras vivencias, manualidades más complejas. Ayudaros de tutoriales!

 9.      Por supuesto cine en familia con un buen bol de palomitas y un buen debate final sobre lo que nos ha parecido la película. Es un buen momento para trabajar la comunicación asertiva en familia y respetar la opinión del otro con empatía y mensajes yo!

 10.  Contaros chistes, reíros mucho, no habléis demasiado sobre el tema del coronavirus, sólo lo justo y necesario y evitad que accedan a las noticias de manera masiva y continua.

 Aprovechad para fortalecer el vínculo familiar y practicar el tiempo de calidad juntos. Puede ser un buen momento para conoceros más y disfrutaros de la manera más amorosa posible.

 Susana Paniagua Díaz

Psicóloga infantojuvenil y familiar

Grupo Crece

 

VIVIR SIN MIEDO

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El miedo, nos sirve, es un mecanismo de defensa y de alerta de nuestro organismo, nos protege de peligros, nos avisa de que algo va mal y debemos reconducir nuestra vida, sí, pero cuando el miedo se nos va de las manos…, cuando aparece en situaciones en las que no hay amenaza real de peligro…, cuando se manifiesta de manera crónica día tras día en nuestra vida…, nos condiciona hasta tal punto que es el mayor obstáculo para la felicidad y realización personal. Muchas de las personas que acuden a mi consulta tienen miedo. Un miedo irracional que merma sus posibilidades, baja el autoconcepto y la autoestima y les lleva a tomar decisiones inadecuadas en sus vidas. Todas estas personas presentan un potencial que ellas mismas no ven o si lo ven no se sienten capaces de desarrollar.

El miedo, además, no entiende de sexo o de edad, cualquier persona, hombre o mujer, más joven o menos joven, puede desarrollar miedos irracionales. Es independiente de nuestro nivel social, o de nuestro nivel intelectual, del aspecto físico que tengamos o de la situación económica.

Ana de 21 años, lo tiene todo para triunfar, es guapa y muy inteligente, estudia lo que más le gusta, medicina, pero es tan exigente que nunca está contenta, no puede concentrarse en sus estudios, el miedo a que las cosas no sean perfectas la paraliza y no saca partido a todo su potencial, está empezando a sufrir problemas digestivos y caída del cabello. Tiene miedo al fracaso.

Pedro de 35 años, ha llevado siempre una carrera profesional impecable. Recientemente, ha rechazado un importante ascenso que le exigía incorporar funciones de formador y liderar reuniones. Esto le ha llevado a dudar de sí mismo y ha empezado a manifestar síntomas de ansiedad en otras situaciones no relacionadas con el trabajo. Su sentido del ridículo y miedo escénico le han cerrado una gran puerta para su futuro.

María de 44 años, madre de dos niños fantásticos, felizmente casada, administrativo muy valorada en un bufete de abogados. No disfruta de todo lo que tiene, vive en un continuo estado de tensión, todo le preocupa, todo le agobia, se ahoga en un vaso de agua, padece de insomnio y ansiedad crónicos y se obsesiona por cosas sin importancia. Tiene miedo a no controlarlo todo.

Laura de 38 años, licenciada en Bellas Artes, quiere dejar un trabajo que no le gusta como vendedora de seguros pero o lo hace nunca, siempre ha soñado con abrir su propia tienda de artesanía, profesión que desarrolla como hobbie y a la que ha dedicado todo su tiempo libre. Piensa que ella nunca triunfará, no confía en sus cualidades. En su familia se valora mucho tener un empleo seguro, nunca estuvieron de acuerdo en que ella estudiase bellas artes, Laura cree que su tiempo de luchar ha pasado. Su problema es el temor al riesgo necesario que todos tenemos que asumir en nuestra vida y el miedo a decepcionar a su familia.

Juanjo de 29 años, es una persona tremendamente sensible, siendo muy joven sufrió una mala experiencia sentimental. Desde entonces le cuesta mantener relaciones sentimentales satisfactorias, sexualmente se siente inseguro y se ha obsesionado por la imagen física. No se atreve a vivir solo, sigue en casa de sus padres a pesar de tener un puesto de trabajo estable y bien remunerado. Su obstáculo es el miedo a no gustar.

Estas cinco personas sufren de miedo a vivir, ya que en la vida, en múltiples ocasiones,  hay fracasos, errores, falta de control, hay que sumir riesgos y podemos no gustar.

La dificultad para gestionar miedos habituales como el miedo a asumir un riesgo, quedar mal en una ocasión determinada, situaciones de incertidumbre, que las cosas no salgan como uno quiere, o no gustemos a todo el mundo, nos lleva a un callejón sin salida.

Además, el miedo es como una mancha de aceite, si no le hacemos frente campa a sus anchas y se extiende cada vez más, incluso en ámbitos de nuestra vida en los que anteriormente no teníamos miedo y aumenta su intensidad sintiendo que es una situación incontrolable. El miedo, además, se somatiza, pudiendo presentarse muchos problemas de salud.

Estas personas recondujeron su vida gracias a la terapia psicológica. En un proceso terapéutico ayudamos a las personas a ver las cosas desde otra óptica y a desarrollar las habilidades y herramientas que necesitan para superar sus miedos, les ayudamos a tomar contacto de sí mismos, de sus necesidades y de sus emociones para que se den cuenta de que no todo es miedo.

Para afrontar el miedo tendremos en cuenta los siguientes aspectos:

1. Tomarse las cosas menos en serio, la espontaneidad, la risa, divertirse…

Ana, la chica exigente, pudo concentrarse en sus estudios y disfrutar de ellos, y aprendió a encajar mejor los fracasos. Con ella se trabajó la espontaneidad, Ana debía hacer cosas diferentes y que no supusieran ni fracasar ni tener éxito, tenía que tomarse esas actividades como un juego, descubrió que podía divertirse y poco a poco fuimos aplicando ese recurso en sus estudios. Le comentaba, “en esta ocasión no estudies para el examen, nos vamos a permitir suspender algún examen, esto no es un problema ahora, ya que estamos trabajando tu ansiedad y eso es lo prioritario, diviértete estudiando, no te ciñas a los apuntes, lee algún libro que tenga que ver con la asignatura pero que no esté en la bibliografía. Tras varios meses de terapia, Ana empezó a relajarse y disfrutar de sus estudios, sus problemas digestivos y de caída del cabello remitieron. En la actualidad seguimos trabajando su espontaneidad para que todo lo conseguido se generalice y se incorpore a su personalidad.

2. Enfrentarse al miedo aunque se pase miedo…, poco a poco y con los recursos necesarios.

Pedro participó en una terapia de grupo para superar el miedo a hablar en público y en cada sesión tenía que hacer una presentación que grabábamos y visualizábamos delante de todo el grupo. Las presentaciones cada vez eran más largas, le enfrentábamos a preguntas que tenía que responder y le pedíamos que fuese más expresivo, que hablase más alto, que sonriese más… (que no se ocultase tras la timidez). Pedro aprendió a respirar, a gesticular, a hablar más alto, a sonreír, a buscar un lugar seguro mientras exponía su tema sin necesidad de ocultarse. Resolvió su miedo escénico en pocos meses. La exposición a la situación temida progresiva y guiada es la mejor manera de superar los miedos. El valiente no es el que no siente miedo sino el que se enfrenta a él.

3. Derecho a tener miedo... Aprender que no somos omnipotentes, no lo podemos controlar todo, tenemos nuestra parte vulnerable y debemos pedir ayuda.

María vino a terapia un poco presionada por su marido, a ella le costaba admitir que tenía un problema. Había acostumbrado a todo el mundo a ser ella la que resolvía todos los problemas, en su trabajo era imprescindible, “qué haríamos sin ti, María…”, en su familia todos contaban con ella para grandes eventos, “¿prepararás tú la cena de Navidad?, eres tan buena cocinera…”, participaba en todas las reuniones del AMPA del colegio de sus hijos, ayudaba a su prima con su tía que estaba enferma, ayudaba a su marido en el negocio familiar y todo lo hacía muy bien.

En muchas ocasiones para saber el por qué de un problema hay que remontarse a la historia personal. Tuvo una infancia difícil, su madre falleció tras una larga enfermedad siendo ella adolescente, no pudo tener una infancia normal, su madre les daba sustos con frecuencia por motivo de su frágil salud y ella tenía que ocuparse de su hermanito. Nunca nadie le hizo el caso que una niña necesita. De adulta, muestra muchos aspectos de llamada de atención y de vulnerabilidad, esa vulnerabilidad que de niña no pudo experimentar, por ello manifiesta ansiedad, obsesiones y miedo al futuro, de niña no pudo controlar lo más importante que era la salud de su madre. María empezó a delegar y a aceptar que en algunos aspectos podía tener miedo o inseguridad, dejó de ocuparse de todo y empezó a pedir ayuda. Tuvo un espacio para poder llorar lo que de niña no lloró y para expresar el miedo que sintió cuando era niña. María trabajó todos estos aspectos en terapia durante dos años, en la actualidad han desaparecido los problemas de insomnio y de ansiedad.

4. Escuchar quienes somos y qué queremos… Satisfacer nuestras motivaciones y vivir de acuerdo a nuestra personalidad y potencial.

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La familia de Laura era muy conservadora y tradicional, les costaba entender que su hija quisiera dedicarse al mundo artístico, fueron ellos quienes le buscaron el trabajo en la empresa de seguros, en un momento, además, un poco delicado para la economía de Laura. Pero Laura iba en contra de sí misma, no satisfacía sus necesidades por no defraudar a su familia, que tanto había hecho por ella, poco a poco se fue anulando y haciéndose más pequeñita.

Al desaparecer de nosotros mismos adquirimos muchos miedos, el niño que se conoce a sí mismo sabe sus límites y se maneja con soltura en el espacio disponible para explorar. Laura no exploraba porque desconocía sus límites. Ayudando a Laura a contactar consigo misma, recuperó su pasión con más intensidad y poniéndole tareas muy sencillas para que fuese cubriendo los puntos débiles de cara a montar un negocio se animó a hacerlo, tras un año recibiendo asesoramiento como emprendedora, pudo pedir una excedencia en su trabajo y probar suerte de camino a su sueño. Durante los dos primeros años como emprendedora asistió a un proceso de coaching para reforzar sus herramientas y recursos personales.

5. Desarrollar asertividad. Yo valgo… yo puedo…

Juanjo sufrió una situación de maltrato psicológico por parte de una chica de la que estaba muy enamorado, se sometió a múltiples humillaciones, muchas de ellas muy sutiles, de cara a la galería todo el mundo les decía que eran la pareja ideal, ella le fue infiel y eso le ayudó a romper la relación con ella.

Juanjo perdía su personalidad y su criterio cuando estaba con su novia y dejó que ella le tratase mal, no era asertivo con ella.

La asertividad es una herramienta esencial en el ámbito de la inteligencia emocional, tiene que ver con marcar nuestro territorio ante los demás y no permitir que se aprovechen, nos traten mal, nos ninguneen o no nos tengan en cuenta. Las personas asertivas expresan sus opiniones y sentimientos con libertad, marcan límites y buscan negociar con los otros, cuidando el lenguaje y las formas para favorecer un intercambio amistoso. Las personas más asertivas son más seguras de sí misas y se guían por sus propios objetivos y no dependen tanto de la opinión o valoración de los demás.

Juanjo participó en una terapia grupal para trabajar la asertividad y la autoestima. En las sesiones se exponía a expresarse tal y como es él,  enfrentándose a la posibilidad de no gustar, le pedimos que no se arreglase tanto cuando salía a la calle para ir a trabajar o con amigos y amigas, que si conocía a una chica pensase más en lo qué él sentía, si le ella gustaba en lugar de lo que ella sentía por él. Tras ese primer paso, empezó a ser más asertivo en su día a día, se le ayudó cuando conoció a una chica que era especial para él para gestionar el proceso de toma de contacto y acercamiento con ella, de nuevo para exponerse poco a poco al miedo. Ha mejorado su problema sexual y ahora vive en un piso compartido.

El miedo puede desaparecer o mitigase hasta el punto de no entorpecer nuestra vida, Ana, María, Laura, Pedro y Juanjo se dieron una oportunidad y consiguieron ser más felices.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach