Terapia integradora: una psicoterapia adaptada a cada situación vital

La terapia integradora o terapia integral, es una psicoterapia que aúna e integra diferentes corrientes de la Psicología probadas científicamente y técnicas psicoterapéuticas eficaces.

En nuestro caso, en Grupo Crece integramos la terapia cognitivo-conductual, el psicoanálisis relacional (un enfoque psicoanálitico abierto y modernizado, derivado de la corriente sistémica y humanista), la psicología gestalt, el enfoque sistémico, imprescindible para la terapia familiar, de pareja y para el trabajo con organizaciones, el coaching o psicocoaching, técnicas de mindfulness, la arteterapia, EMDR, TIC y otras técnicas de avanzada que aceleran los proceso de tratamiento y son la herramienta más eficaz para trabajar con trauma y estrés postraumático, , técnicas psicocorporales y psicodrama, terapia de grupo, talleres de habilidades y terapia individual, familiar o de pareja.

No nos colocamos una etiqueta de psicólogos psicoanalistas o cognitivos-conductuales, por ejemplo, sino que nos adaptamos a lo mejor para cada paciente.

Consideramos que la Psicología aporta demasiadas cosas interesantes como para ceñirnos a un ámbito, todos son complementarios y suman: psicología social, psicología evolutiva, psicología cognitiva, neuropsicología, etc. Además disciplinas limítrofes nos aportan conocimiento y herramientas claves para nuestro equipo: coaching, mindfulness, neurociencias, danza y otras expresiones artísticas.

Terapia Integradora en Psicología. Ventajas y eficacia.

La orientación integradora de nuestros y nuestras psicoterapéutas en Grupo Crece pretende lograr.

Adaptarnos a cada persona y cada problema. Por ejemplo:

Hay personas que requieren un cambio en sus patrones de conducta, patrones dañinos que les generan infelicidad y conflicto y van a necesitar un entrenamiento en habilidades, pautas conductuales y un trabajo emocional más profundo para encontrar la causa de esa repetición de patrones.

Otras personas van a necesitar un refuerzo de su autoestima, teniendo que cambiar patrones cognitivos muy instalados. Cuando los problemas de autoestima se centran en el cuerpo, la imagen, usaremos técnicas más psicocorporales o arteterapéuticas.

Personas muy mentales y racionales que necesitan a priori, un enfoque más cognitivo-conductual pero que a medio plazo en el proceso terapéutico, requieren un enfoque más vivencial a través de técnicas que le den más peso al cuerpo que a la mente.

Hay problemas arraigados en una situación traumática, que a veces ni siquiera está presente de forma consciente, que genran mucho sufrimiento, conductas desadaptativas, somatizaciones, etc., y será muy importante un abordaje de psicoánalisis relacional y de técnicas de EMDR o TIC, para ir reprocesando el trauma y favorecer la sanación de la persona.

En el caso de una pareja o familia que acuda a terapia, o una persona, a nivel individual pero cuyo problema se de carácter grupal como conflictos familiares, conflictos laborales o sociales, es importante incorporar el abordaje sistémico y el psicodarma. Incluso, a la hora de ofrecer un asesoramiento a una organización con muchos conflictos, no sólo serán adecuadas las estrategias de coaching sino que habrá que apelar a la psicología sitémica organizacional.

Los niños y adolescentes en la mayoría de ocasiones van a necesitar un enfoque gestalt, psicodramático para trabajar con roles y juegos y dinámicas de arteterapia, y el trabajo con madres y padres, además un enfoque cognitivo-conductual para que adquieras herramientas educativas.

La gestión del estrés, la autoexigencia, la ansiedad … se verán muy bien enfocadas bebiendo de mindfulness.

Mindfulness y la terapia cognitivo conductual se muestran muy eficaces para tratar el TDAH y problemas de conducta.

Una depresión requiere igualmente un abordaje, que incluya técnicas cognitivas, técnicas conductuales, técnicas de coaching, técnicas psicocorporales para movilizar la sintomatología de cansancio y desgana corporal, y otras herramientas si hay un proceso de duelo mal sanado, un vacío existencial desde hace tiempo… es decir, para abordar la causa de la depresión y no sólo sus síntomas.

Las dificultades en la toma de decisiones suelen funcionar muy bien con herramientas de coaching y técnicas que favorezcan la escucha emocional y el autocontacto y autoconocimiento.

Los problemas de relación social y asertividad, así como las fobias y obsesiones, se ven beneficiados de un enfoque psicoeducativo cognitivo-conductual, con técnicas de exposición y prevención de respuesta, pero se suele combinar con EMDR y TIC para abordar más directamente el bloqueo emocional que hay siempre como base de estos trastornos o problemas.

Los trastornos de la personalidad, trastorno bipolar, los trastornos de la alimentación, la esquizofrenia, las adicciones, requieren siempre de un trabajo multidisciplinar.

A veces, la terapia de grupo o el entrenamiento en habilidades en un taller, va a ser lo que marque la diferencia.

Otro elemento importante para tener en cuenta una terapia integradora es como es la o el paciente. La psicología integradora facilita acomodarnos a la personalidad y características idiosincrásicas de las y los pacientes.

Hay personas que necesitan explorar, y otras necesitan ir más al grano, hay personas que viene con más temor o incertidumbre a terapia, y les cuesta más abrirse, otras se abren desde el primer momento, unas van a preferir y necesitar más una terapia presencial, otras lo van a ver facilitado a través de una terapia online, a veces, pueden necesitar más una terapia de grupo o grupo de habilidades, que una terapia individual.

Intervenciones interdisciplinares

Colaboramos con otros profesionales de la salud de ramas tan importantes como la psiquiatría, la fisioterapia, la nutrición, a quien derivamos para intervenciones puntuales o en paralelo con el tratamiento psicológico. Además, otros profesionales como profesores de teatro, coach de voz, coach de imagen, coach deportivos, participan en nuestras intervenciones.

Intervención integral

La terapia integradora tiene la ventaja de hacer una intervención integral atendiendo a los diferentes niveles de una persona (salud mental, física, emocional, social, laboral) y favorecer un equilibrio entre los diferentes elementos de la personas para facilitar su máximo potencial.

Potenciar un vínculo sano y la relación terapéutica

Y un elemento básico para nosotr@s en Grupo Crece es clave para facilitar la adaptación a los y las pacientes, que es generar adecuadamente el vínculo terapéutico. El enfoque humanista y el psicoanálisis relacional nos aportan muchas herramientas para favorecer un vínculo sano entre terapeuta-paciente.

Técnicas probadas científicamente, eficaces y avaladas por organismos internacionales.

La terapia integradora logra abordar los problemas de forma profunda, interviniendo en base a dos líneas de trabajo: en los síntomas para aliviar a corto plazo a las y los pacientes y en las causas, profundizando en los problemas para dotar a las personas de recursos a largo plazo.

Esto genera un trabajo en mucho menos tiempo, ya que se seleccionan los enfoques y técnicas más efectivos en cada situación particular, así que la terapia integradora es mucho más eficaz, notándose efectos positivos a corto plazo.

La OMS y otros organismos oficiales indican qué terapia es más adecuada para según qué tipo de problema. Por ejemplo, la terapia EMDR es la recomendada por la OMS para el trastornos de estrés postraumático, la terapia cognitivo-conductual para la depresión, ansiedad y fobias, etc.

En resumen, como en otras disciplinas, no hay una teoría que lo explique todo, así que el enfoque integrador en psicoterapia, nos ayuda a entender la psicología humana y ofrecer una respuesta ad hoc para nuestr@s pacientes. Muchas de estas teorías que ahora se integran, tenían más en el pasado que ahora,aspectos contradictorios entre sí. Con el tiempo y el avance en la investigación científica en el ámbito de la psicología y la neurociencia, estamos descubriendo que las contradicciones, muchas veces, solo eran lagunas en el conocimiento del ser humano.

 

¿Que diferencia hay entre coaching y psicoterapia?

¿Es lo mismo coaching que psicoterapia? ¿en qúe se diferencia un proceso de coaching de una psicoterapia?

En Grupo Crece, desarrollo personal y profesional, al ser psicólogos y coach, muchas veces combinamos procesos de coaching y de psicoterapia según las necesidades del cliente, pero no se trata de lo mismo.

El coaching profesional es un proceso de entrenamiento personalizado y confidencial mediante un gran conjunto de herramientas que ayudan a cubrir el vacío existente entre donde una persona está ahora y donde se desea estar”. Desfinición de la Asociación Española de Coaching.

El coaching incorpora técnicas y herramientas procedentes de diversos campos (gran parte de la psicología), todas ellas dedicadas a que el o la cliente consigan sus objetivos. Por ejemplo: coaching ejecutivo si los objetivos son profesionales, o coaching deportivo, si se trata de mejorar el rendimiento y la superación personal en este ámbito. en este sentido, las diferencias entre coaching y psicoterapia están bastante claras.

En el ámbito del life coaching o coaching personal, surgen las confusiones. ya que este tipo de proceso se centra en objetivos relacionados con el bienestar personal, las relaciones humanas, la consecución de cambios vitales…

En esas situaciones, la falta de profesionalidad, conocimientos y rigurosidad puede general complicaciones y confusiones.

¿Qué podemos contarte para establecer las diferencias?

El coaching es una herramientas fabulosa que puede ser usada por psicólogos y otros profesionales como una herramienta más de trabajo. Además, el coaching en sí, nos puede facilitar la puesta en práctica de ciertas metas y objetivos vitales y profesionales, nos ayuda a definir estas metas de manera que sean operativas y realistas. Es una herramienta muy útil para automotivarse para el cambio.

En un proceso de coaching nos centraremos, siempre con una persona que no presente un problema psicológico o emocional (autoestima dañada, carencias afectivas, repetición de patrones en algún ámbito vital, problemas de ansiedad, trastorno mental, etc.) en llevar a cabo una toma de conciencia de necesidades, motivaciones, intereses, objetivos... y entrenamiento en habilidades muy específicas para satisfacer esas necesidades u objetivos, centrándonos siempre en los recursos y potencialidades del o la cliente, de cara a una orientación laboral o vital (coaching profesional o life coaching).

El o la coach no guiarán de manera directiva a las/os clientas/es. Se realizará un diálogo socrático a través de las preguntas poderosas del coaching. El proceso tiene un inicio y un fin pactado previamente entre coach y cliente/a de un número concreto de sesiones. Los procesos suelen y deben ser cortos.

En un proceso de coaching, no se abordan problemas psicopatológicos, tampoco se abordan aspectos relacionados con la personalidad, los miedos, los bloqueos emocionales, los patrones de conducta repteidos y poco sanos o beneficiosos, aunque sean casos leves sin ningún trastorno. En una consulta de coaching pueden aparecer en la conversación, situaciones como traumas, desordenes emocionales y de conducta, adicciones y actitudes que atentan contra la vida, carencias afectivas, conflictos relacionales importantes, pequeñas fobias o bloqueos emocionales, etc. Todo ello debe ser abordado por un psicoterapeuta especializado.

La psicoterapia abarca un terreno más profundo y amplio, interviniendo a nivel de la sintomatología ansiosa, depresiva, obsesiva o fóbica, modificando respuestas poco adaptativas, cambiando patrones de comportamiento, interviniendo en la estructura de la personalidad, en ocasiones, también indagando en aspectos del pasado que condicionan el presente, y entrenando en habilidades de mayor espectro. Nos centraremos en trabajar tanto desde sus recursos y potencialidades, como desde sus dificultades y vulnerabilidades.

En psicoterapia, por tanto, abordaremos de manera más profunda qué hay detrás de esas metas que nos fijamos y si son idóneas o no en nuestra vida, abordaremos los miedos u otras emociones interfirientes y profundizaremos más en el trabajo de la autoestima, y otros recursos psicológicos fundamentales que están, muchas veces, detrás de nuestras dificultades para lograr ciertos cambios.

La psicoterapia a veces, puede ser más directiva, y otras veces, igual que el coaching, puede no serlo, usando preguntas poderosas y diálogo socrático, base de la terapia cognitiva.

La duración del proceso es más difícil de determinar, ya que es necesaria una evaluación profunda del caso que no se puede realizar únicamente en una primera sesión. en psicoterapia hay procesos muy cortos y procesos necesariamente largos.

Hay dos conceptos que muchas veces, se confunden con el coaching, y son el mentoring y la consultoría.

El mentoring es una tutorización, el mentor o la mentora guían y dirigen a sus mentorizados/as. Son expertos/as en el área tutorizada y tiene la experiencia y los conocimientos para acompañar a personas menos expertas. Es un proceso bastante directivo a diferencia del coaching.

La consultoría implica que una persona, el consultor, pone a disposición del cliente su experiencia y conocimiento pero aplicado a un área diferente, la de cada cliente.

Espero que haya podido aclarar conceptos y áreas de trabajo que a veces se confunden. Cualquier duda me escribís en comentarios.

Relaciones sanas: La importancia de dar y recibir

Los vínculos personales se basan en una confianza mútua, y esto implica tener una relación sana con el hecho de dar y recibir. Este equilibrio consideramos que es muy importante en psicoterapia en nuestro centro de Psicología.

Dar implica ofrecer ayuda, apoyo, tiempo… pero también, darse al otro sin tener que ocultar nada, sin tener que disimular nuestra vulnerabilidad. Pero dar sin recibir es algo que queda a medias, sería como estar en una relación asimétrica donde no se fluye un equilibrio entre las partes.

Saber dar también implica, saber recibir.

Recibir desde la humildad de la necesidad, desde el respeto a lo que el otro puede dar, desde el agradecimieno y el dejarse sostener. Recibir, nos coloca en la vulnerabilidad, y aveces, nos cuesta asumir esa parte de nosotros.

Como véis, dar y recibir son dos caras de una misma moneda a la hora de establecer vínculos seguros y saludables.

Me vienen estas cuestiones para la reflexión.

¿Cómo es mi forma de dar?

¿Inhibo algo al dar o darme?

¿Doy desde el paternalismo?

¿Doy para recibir?

¿Doy lo que yo necesito recibir?

¿Doy sólo si me piden?

¿Siento que invado si doy?

¿Hay cosas que doy que no funcionan de una manera sana?

¿Cómo es mi forma de recibir?

¿Acepto lo que me dan?

¿Me siento de menos si me dan?

¿Cierro la posibilidadd de que me den?

¿Pido todo el rato?

¿Siento que recibo poco de lso demás?

¿Siento que lo que recibo no es para mí y añoro lo que recibien otros?

¿Me justifico si pido?

¿Me cuesta agradecer?

En las relaciones humanas sanas, cuando nos piden nos sentimos dignos de la confianza del otro, y esto refuerza dichas relaciones. Cuando damos nos sentimos valiosos para la otra persona y para la propia relación que compartimos. Nos sentimos valiosos para el mundo.

Cuando pedimos o nos dan, mostramos al otro la humildad que nos hace iguales y esto, favorece las relaciones equitativas. Nos mostramos abiertos y vulnerables al otro, y se refuerza la intimidad en las relaciones y la sensación de unión y equipo.

Lo que sentimos en el proceso de dar y recibir es esencial par ael vínculo sano: alegría, agradecimiento, confianza, consuelo, alivio, humildad…

Probadlo estos días y nos contais vuestras reflexiones.