Danzaterapia: Danza y Movimiento terapéutico

La danzaterapia es una terapia psicocorporal que favorece a través de diversas técnicas el contacto con las emociones y la expresión de las mismas, mejora los vínculos sanos, el contacto social, favorece la desinhibición y el desarrollo de comportamientos no verbales adaptativos. Favorece la expresión de la libertad personal y el desarrollo de la seguridad.

“El movimiento para ser experimentado tiene que ser “encontrado” en el cuerpo, no ser puesto desde afuera como un vestido o un saco. Existe en nosotros aquello que nos ha movido desde el origen; aquello mismo que nos puede liberar” Mary S. Whitehouse

Esta frase refleja la esencia del movimiento auténtico que buscamos en una sesión de danzaterapia. Al conectarnos con el cuerpo, el cuerpo expresa su propio movimiento, y dicho movimiento nos dice cosas de nosotr@s, cosas que están ahí en el cuerpo que es memoria desde antes de nacer, movimiento que nos va a ir reencontrarnos con ese niño o niña internos, que desbloquearán sentimientos reprimidos, miedos, dolores…, congelados en el cuerpo, que al dejarlo ir libre en su movimiento, irá soltando sus cadenas.

La danzaterapia es una disciplina que trabaja las emociones a través del movimiento corporal y el contacto. El objetivo es que a través de la conexión mente-cuerpo como un todo, se liberen tensiones emocionales, se descubran sentimiento reprimidos, se vehiculicen conflictos reprimidos o no resueltos, podamos expresarnos con libertad y autenticidad, soltando la vergüenza o la timidez, ampliando nuestros registros expresivos. Cuando el cuerpo muestra más repertorio de movimiento estamos sin darnos cuenta favoreciendo la liberación de emociones y favoreciendo el contacto con nosotros mismos y mismas.

La danzaterapia y el movimiento libre nos sirven para:

1. Conocernos más y comprendernos mejor

El cuerpo se descubre así mismo en movimiento y por lo tanto nos vamos s descubrir en las sesiones de danzaterapia. Los bebés van conociendo el mundo y a sí mismos a través del movimiento y del contacto. Ese proceso lo hacemos toda la vida, y se vivencia en este tipo de trabajo psicocorporal.

2. Desbloquear y liberar nuestras emociones

Muchas veces desconectamos del cuerpo, en esta sociedad de la prisa, y evitamos enfrentarnos a lo que sentimos por no saber cómo manejarlo. El movimiento y la atención al cuerpo en un entorno seguro nos brindarán la oportunidad de soltar lo reprimido o dar espacio a expresar lo que en el día a día no encontramos momento y espacio para hacer. Conectarnos con esto, descubrirlo y liberarlo es la primera puerta para sanarlo.

3. Mejorar las capacidades expresivas y comunicativas

La comunicación no verbal, gestual y corporal, además de la voz, son esenciales para conectarnos con los demás y comunicarnos adecuadamente. con el trabajo psicocorporal en danzaterapia puedes desarrollar un mayor repertorio de registros expresivos, abrir postura, soltar la voz y mejorar tu comunicación en general.

4. Desarrollar más seguridad y una autoestima más sana

El conocimiento y el control del cuerpo y de nuestros registros expresivos nos aporta una mayor seguridad. ser capaces de expresarnos sin barreas nos ayuda a querernos y aceptarnos fomentando nuestra sana autoestima.

Raquel López Vergara

Psicóloga, coach y danzaterapeuta

Grupo Crece

Expresarse para subir la autoestima y ganar en autoconfianza

La expresión es muy importante a la hora de definir nuestro autoconcepto. Tener libertad para expresarnos en público, mostrarnos ante los demás tal y como somos, soltar los lastres de la excesiva timidez y mostrar nuestro cuerpo, nuestro rostro, nuestra voz y nuestras palabras nos abren la puerta a desarrollar un autoconcepto más definido, más complejo y completo y ganar en seguridad personal y autoconfianza.

Algunos signos de que necesitaríamos un empujoncito en este sentido son:

  • Dificultades de ser el centro de atención, por ejemplo en una situación de hablar en público o de dar mi opinión.

  • Tendencia a hablar bajo, a no soltar toda la potencia de voz que tenemos o podemos llegar a tener.

  • Tendencia a ocultarse detrás de la palabra, restringirse en la expresividad corporal.

  • Tendencia a expresarse en lo verbal en un plano más abstracto e impersonal.

  • Tendencia a contener nuestro lado espontáneo o nuestro lado más desinhibido o no haberlo descubierto aún.

En los seres humanos antes del desarrollo completo de lo lingüístico se produce una explosión en el desarrollo psicomotor, que nos permite controlar nuestro cuerpo. Obtener el control de nuestro cuerpo es fundamental a la hora de desarrollar más autoestima. Poco a poco ese desarrollo de la palabra unido al desarrollo del cuerpo nos ayudan a conocernos y a mostrar lo que somos a los demás, y esa integración nos aporta una seguridad en nosotros mismos más compleja y completa.

En los niños pequeños es importante potenciar la expresividad a través de todos estos canales: cuerpo, gesto, voz y palabra para sentar unas buenas bases. Siempre adaptándose al niño, si al niño no le gustan los deportes como el fútbol, puede que le guste bailar o las artes marciales, si hay oportunidad de permitirle expresarse sin avergonzarle o corregirle debemos aprovecharlo.

De adultos hay muchas cosas que podemos hacer para potenciar nuestra capacidad expresiva y mostrarnos genuinos en nuestros gestos. actividades artísticas como bailar, cantar, hacer teatro... o actividades más guiadas y orientadas a nuestras dificultades concretas pueden ser de gran ayuda.

 

Raquel López Vergara

Psicóloga y facilitadora de grupos de danzaterapia

Grupo Crece

 

Danza y teatro para expresar tu yo auténtico

grupo crece

En la vida desempeñamos papeles, roles diversos. Algunos de esos roles nos han servido en momentos vitales, la mayoría nos fueron impuestos en el entorno familiar y social a edades tempranas y eran útiles para adaptarnos a dichos entornos, pero en la etapa adulta ya no nos sirven y pueden estar provocándoos insatisfacción, frustración y baja autoestima. Algunos de esos papeles que tuvimos que representar no estaban hechos a nuestra medida, no respondían a nuestras necesidades, nuestras capacidades o nuestros deseos más intrínsecos. Algunos roles no tuvimos ocasión de experimentarlos por imporsición, por tabúes o miedos y son una asignatura pendiente en nuestra vida.

El teatro terapéutico o teatro Gestalt y el movimiento expresivo y danza Gestalt facilitan que tomemos contacto con nuestro verdadero yo a través de juegos teatrales y la expresión del movimiento. Se trabaja con las emociones, la comunicación, la confianza, la aceptación, la vulnerabilidad y la fortaleza, para conseguir conocernos mejor, aprender a escucharnos a nosotros mismos a nivel corporal y emocional, afrontar miedos y dificultades, y sentirnos más seguros y motivados.

Este trabajo se realiza con adultos o con menores, en el ámbito del coaching y del crecimiento personal, en el ámbito clínico-terapéutico, educativo y psico-social.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece