El niño/a tiene problemas con su profe en el cole

nino-pizarra-colegio-frustracion-p.jpg

 

A los niños y niñas les encanta aprender. Para ellos y ellas, aprender es tan natural como el respirar, absorben todo que sucede a su alrededor. Aprenden a través del juego, a través del comportamiento de otros y a través de experimentar ellos y ellas mismos/as. Definitivamente, ir al colegio, debería ser algo divertido y emocionante, un lugar seguro donde  encuentren muchas experiencias nuevas, muchos/as amigos/as y la oportunidad de dominar habilidades importantes para la vida (cognitivas, sociales y emocionales).

Pero a veces nuestro/a hijo/a tiene un/a profesor/a que no le gusta, no encaja con él/ella. Sea el profesor/a o no del agrado del niño/a, los padres y madres deben ayudarle a encontrar la forma de conseguir un buen rendimiento escolar al mismo tiempo que un buen clima emocional para su hijo/a.

Es importante también que determinen los límites y la magnitud del problema antes de sacar conclusiones extremas. No se puede forzar al niño o a la niña que le guste alguien, pero se le pueden enseñar herramientas que le ayuden a manejar sus propios sentimientos y que le sean de utilidad para mejorar la relación con su  profesor o profesora.

¿Cómo podemos ayudarle?

1.       ¿Existe realmente un problema? ¿Hay realmente hechos que induzcan a creer que hay un problema en clase?

A menos que la situación sea alarmante, se sugiere a los/las padres y madres que en principio escuchen las quejas del niño/a, que conecten con sus sentimientos y empaticen con él/ella. Después, averiguar si ha podido copiar los comentarios negativos que otros/as compañeros/as han hecho sobre el/la profesor/a. Sugerirle que es bueno dar una oportunidad antes de emitir un juicio. Si las quejas continúan, investigar si están realmente justificadas. También es muy importante validar los sentimientos del menor.

 

2.      Antes de apresurarse a “buscar culpables”, los padres y madres deben de concertar una entrevista con el/la profesor/a.

im-----ages.jpg

Recordar que sólo se conoce una parte de la historia. Lo que se desea es averiguar si hay problemas, y si es así, identificarlos y solucionarlos.

 

3.      Durante esta entrevista evitar el ataque.

Escuchar activamente y de manera empática los métodos pedagógicos que utiliza en clase. Explicarle vuestra preocupación y el hecho de que los sentimientos negativos del niño/a pueden estar afectando a su rendimiento escolar.

 

4.      Si el/la profesor/a habla de problemas específicos existentes debemos:

nina-aburrida-aula-p.jpg

Tratar de ver cómo solucionarse, o solicitarle que trabaje con los padres y madres para ayudar al niño/a a superar esos sentimientos negativos de rechazo. Se debe prestar atención a los aspectos positivos, explicando al profesor/a cuáles son los puntos fuertes del  niño o la niña y sus intereses. Comentarle también cuáles son sus dificultades porque esta información le será de gran ayuda para establecer una buena relación y dirigir mejor al niño o a la niña. De manera similar, con un mejor conocimiento del profesor o profesora por parte de los padres y  madres, éstos podrán ayudar a su hijo/a a que entienda su profesor/a más fácilmente.

 

5.      Como medida extrema, si no funciona lo anterior, hablar con el/la jefe/a de estudios y en última instancia con el/la directora/a de cara a discutir las posibles alternativas o soluciones a este conflicto.

Probablemente las dificultades podrán superarse, aunque, en algunas ocasiones el/la niño/a puede cambiar de clase.

 

Recordar: para poder aprender, un niño o niña debe sentirse seguro y apreciado.

Susana Paniagua Díaz

Psicóloga y coach

Grupo Crece

Mi hijo/a no quiere hacer los deberes y le cuesta estudiar ¿Como puedo ayudarle?

deberes--575x380.jpg

El propósito de los deberes en casa es el refuerzo de lo que se ha aprendido durante el día y la ayuda para completar una tarea de forma independiente. Sin entrar en el debate “deberes sí o deberes no”,  lo que es cierto es  que en muchas ocasiones se les carga de un exceso de tareas que objetivamente hablando, saturan y estresan a nuestros/as hijos/as. Por este y otros motivos, muchos/as de ellos/as se desmotivan y se les hace cuesta arriba.

Requiere automotivación, disciplina y la habilidad necesaria para poder utilizar otras fuentes de estudio. Es una de las formas que tiene el/la niño/a de aprender por sí mismo/a pero tanto los deberes como el estudio en casa son cosas que se les obligan hacer aunque al niño/a no le gusten.

¿Cómo podemos ayudarles? ¿Cómo es posible hacer del estudio fuera del ambiente escolar una experiencia de aprendizaje positiva para el/la niño/a y al mismo tiempo, suavizar la tensión que esto produce en la familia?

58.jpg

1.      Determinar lo que se solicita: es importante para los padres y madres saber qué se espera en el colegio, hacer planes sobre ello, ayudar al niño/a a organizarse y a realizar un plan de estudios para la semana. Ayudando desde la supervisión y el acompañamiento, evitando excesivo control y no actuando por él o ella. Podemos sugerirle ideas para organizarse, darle alternativas para ayudarle a decidir y escoger la más productiva. Actuar para facilitarles las cosas desde la supervisión y no desde el control. Animarles y motivarles desde el principio es algo fundamental para conseguir mejores resultados y aumentar su satisfacción y mejorar su actitud ante el estudio y las tareas.

nic3b1os-haciendo-deberes.jpg

2.      Averiguar qué dificultades tiene vuestro/a hijo/a: cuando el/la niño/a no hacer los deberes o tiene problemas con los trabajos escolares, debemos descubrir qué problema puede estar teniendo. Comprender las razones que tiene el/la niño/a es fundamental para poder ayudarle. ¿Hay un tema específico que no quiere abordar? ¿Se trata de un problema cotidiano o sólo ocurre de manera ocasional? ¿Entiende bien lo que se le pide? ¿Se distrae fácilmente? ¿Se olvida de hacer el trabajo o llega a casa sin estar preparado/a para hacerlo? ¿Le resultan las materias demasiado difíciles? ¿Existen interferencias exteriores que imposibiliten la tarea?

 

3.      Modificar el horario y si es necesario rehacer el plan de estudios. Por ejemplo, estudiar en la mesa de la cocina en lugar de la habitación ya que en ésta se distrae demasiado, hacer los deberes más temprano para que no se acueste tan tarde y por ello esté tan agotado/a, empezar por lo que le cueste más para aprovechar su mayor rendimiento al inicio de la tarde y continuar con las tareas más fáciles para él o ella, etc.

 

4.      Utilizar hechos cotidianos para reforzar el estudio: para los/las niños/as que juegan cuando deberían estar haciendo los deberes, habría que utilizar las actividades divertidas para recompensar que hayan terminado de hacerlos. O se pueden alternar los periodos de trabajo y los de juego. Por ejemplo, una tarea, diez minutos de tiempo libre, otra tarea, otros diez minutos, y así sucesivamente.

 

5.      Hacer un gráfico del tiempo de estudio: establecer metas específicas para el tiempo empleado en estudiar, incrementando los periodos de estudio gradualmente si fuera necesario. Conseguir que el/la niño/a controle el tiempo, que pare el cronómetro cuando se tome la pausa y reforzar siempre cualquier logro por pequeño que sea. Por ejemplo, a un/a niño/a que le cuesta aprenderse las tablas de multiplicar, se le deberá de controlar cada día el tiempo que emplea en estudiarlas pero el viernes, además del refuerzo diario a través de nuestros elogios por el esfuerzo realizado, tendrá un privilegio especial o una sorpresa (más tiempo para jugar o ir a la cama más tarde, etc.).

img_jalbarran_20160914-130519_imagenes_lv_otras_fuentes_padre_hijo888-kEjF-U41199282674T0F-992x558@LaVanguardia-Web.jpg

 

6.      Enseñarles técnicas de estudio: ayudarle a realizar esquemas, resúmenes, trucos nemotécnicos, mapas conceptuales, a distribuirse el tiempo, a repasar, a buscar en el diccionario… Para facilitar el aprendizaje significativo y aumentar así su rendimiento.

 

7.      Dar al niño/a responsabilidad y autonomía paulatinamente: es mejor que los padres y madres colaboren con los esfuerzos del niño que terminarles los deberes. Muchos niños y niñas se sienten angustiados por no poder solucionar un problema del mismo modo que el profesor o la profesora lo hizo en el colegio. Retirarse gradualmente, disminuyendo el papel de “vigilantes” tan pronto como sea posible. Situarse en la esquina de la habitación haciendo una tarea paralela, estar en la habitación de al lado, etc., disponible en caso de que el /la niño/a tenga alguna duda.  Dejar poco a poco que coja responsabilidades, a pesar de que los padres y madres deben proporcionar seguridad y guía, no deben hacer el trabajo por el/la niño/a.  Si con frecuencia se muestra incapaz de hacer los deberes por sí mismo/a, pedir ayuda profesional (hablar con su profesor/a y con el servicio de orientación del colegio) para trabajar en conjunto un plan de estudios más adaptado y efectivo para nuestro/a hijo/a.

Susana Paniagua Díaz

Psicóloga infanto-juvenil, educativa y familiar

Grupo Crece

Cuando los niños/as no quieren ir al cole... ¿Qué podemos hacer?

miedocolegio-p.jpg

Es normal que en ocasiones los/las niños/as no quieran ir al colegio, sobre todo al principio, durante los primeros días tras la vacacione sin embargo, cuando esta situación está ocurriendo muy a menudo, es indispensable prestarle más atención para tratar de resolverla, lo más probable es que estemos hablando de un problema que ocurre de manera frecuente, por lo que es necesario analizar y tomar en cuenta ciertos aspectos relacionados con la situación para determinar qué es lo que está ocurriendo realmente y qué es lo que está provocando este tipo de reacción en tu hijo/a.

¿Cuándo comenzó a no querer ir al colegio? 

Niño-no-quiere-ir-a-la-guarderia.jpg

La primera pregunta que nos tenemos que hacer es esta, ya que partiendo de ahí vamos a poder delimitar mejor el problema y, por lo consiguiente, encontrar una mejor solución.

¿Qué fue lo que sucedía en ese entonces? 

Después de tener claro cuando comenzó el problema, debemos de relacionarlo con la situación que estaba viviendo el/la niño/a en aquel momento. Por ejemplo, puede ser que cuando haya comenzado a no querer ir al colegio, hayan comenzado también a haber problemas en casa, ocurrió el nacimiento de un/a hermano/a,  una mudanza, una enfermedad o fallecimiento de algún familiar, separación de los padres, etc.

¿Se trata de un problema médico? 

Es muy importante descartar desde el principio que esta situación no se trata de algún problema médico. Para ello, es necesario estar atento a la serie de síntomas que presenta el niño/a y llevarle a consulta con su pediatra.

¿Tiene algún problema en el colegio? 

Es necesario que estés totalmente informado/a acerca de la situación de tu hijo/a en el colegio. Investiga cómo es la relación que tiene con sus compañeros/as y con sus profesores/as.

¿Le ocurre también a otros/as niños/as dentro de ese colegio? 

El mantenerte en contacto con otras madres y padres y hablar con ellas y ellos acerca de la situación puede ayudarte a darte cuenta si lo que le ocurre a tu hijo/a también les sucede a otros/as.

 

Algunos de los consejos que puedes tener en cuenta si tu hijo/a no quiere ir al colegio son los siguientes:

1.Mantén una buena comunicación con él/ella. 

Es necesario que mantengas siempre una buena comunicación con tu hijo/a,  que te ganes su confianza y no se sienta juzgado/a por nada de lo que te pueda contar. Acércate y pregúntale que tal lo ha pasado en el colegio, cómo se lleva con sus amigos/as y con sus profesores/asentre otras cosas, esto sin duda te brindará las pistas necesarias para que puedas encontrar el origen del problema.

2. Observa el comportamiento de tu hijo/a. 

ninonoquiereescuela-p.jpg

Presta atención a las señales que te puede estar dando tu hijo/a. Es probable que no te exprese lo que le ocurre por medio de las palabras, pero ello se puede ver reflejado claramente por medio de sus juegos y/o dibujos. También por medio de sus acciones, ya que puede estar actuando de manera diferente a como lo hacía normalmente. Otra cosa que también es importante tomar en cuenta es observar el comportamiento del/a niño/a en distintas situaciones y así mismo saber si se trata de un problema más relacionado con el colegio o con él/ella mismo/a.

3. Habla con sus profesores/as. 

Visita a sus profesores/as y habla con ellos/as acerca de tu hijo/a. Puedes informartes acerca de su comportamiento en la clase, la relación que tiene con sus compañeros/as, etc. El caso es que te asegures que tu hijo/a se encuentra en un ambiente escolar adecuado en donde se sienta feliz y seguro.

4. Establece una rutina diaria. 

Es importante que en la medida de lo posible establezcas un horario determinado al que el/la niño/a deberá adaptarse. Esto quiere decir que tendrá una hora para levantarse, para ducharse, para hacer sus deberes, para jugar, dormir, etc.

consulta-psicologia-terapia-familiar-2.jpg

5. Recibe orientación de un/a profesionalpara que te guíe y ayude a saber cómo manejar esta situación.

Un/una psicólogo/a se encargará de evaluar con profundidad la situación por la que está atravesando tu hijo/a y te ayudará a encontrar cuál es el origen del problema y así mismo ofrecerte las soluciones más convenientes para resolverlo: le ayudará a sentirse mejor en el colegio y en cualquier ámbito en el que se desenvuelva.

Susana Paniagua Diaz

Psicóloga

Grupo Crece

 

 

La prevención de la adición a los juegos en nuestros hijos e hijas

imagen_rectangular-e1519989346804.jpg

Los juegos de azar están cada vez más al alcance de nuestros jóvenes. Sin un control adecuado, las consecuencias pueden ser graves. En los últimos años, se ha incrementado la incidencia de adicciones al juego entre nuestros/as adolescentes. La publicidad y los juegos de apuestas online lo han agravado. Es muy necesario y especialmente urgente, que tanto padres/madres, profesores/as y educadores/as en general tomemos cartas en el asunto para prevenir problemas de ludopatía en los/las menores.

La ludopatía es un trastorno adictivo que refleja una conducta de juego persistente y desadaptativa. Para la persona que lo padece, se convierte en algo imprescindible en su vida y una prioridad, porque comienza a dejar de lado otras necesidades y objetivos. Fracasa en sus intentos para dejar de jugar y se muestra irritable e inquieto cuando lo hace.

¿Por qué son adictivos los juegos?

1.      Se componen de una serie de luces y de estímulos auditivos muy atractivos y llamativos que se utilizan como reclamo.

2.      La recompensa no es inmediata, se trata de un refuerzo intermitente y aleatorio. Este tipo de refuerzos son los más potentes y atractivos para mantener la conducta de juego y los hace más difícil de eliminarla.

3.      Proporcionan la capacidad para huir y evadirse de la realidad. Muchas personas lo utilizan para aliviar su malestar.

apuestasweb.jpg

Los juegos de azar y de apuestas son los que más adicción provocan porque la obtención de la recompensa es imprevisible. Son juegos cada vez más accesibles y disponibles a pesar de estar prohibidos hasta la mayoría de edad. Pero además, ha surgido un nuevo tipo de videojuegos que incorpora elementos relacionados con el azar. Muchos de ellos ofrecen opciones de compra que permiten obtener contenido adicional para el juego y muchas veces la recompensa es aleatoria, por eso es cada vez más difícil diferenciar entre juegos de azar y videojuegos.

Esto repercute negativamente en nuestros/as jóvenes que de forma poco clara se ven inmersos en este tipo de dinámicas adictivas.

¿Cómo prevenir la ludopatía en nuestros/as jóvenes?

1.      Es importante protegerlos de la exposición a los mensajes publicitarios tan normalizados en horarios supuestamente protegidos para los/las menores. Por ello la familia es clave: las actitudes familiares hacia el juego para crear impacto en las creencias del menor. Debemos trasmitirle el peligro y seriedad de estas conductas, tanto con nuestras palabras como con nuestros actos. Informarles sobre el riesgo y los mecanismos de adicción al juego para que tenga un efecto preventivo. Negarnos al desembolso económico en algunos juegos que nos pidan ofreciéndoles argumentos claros por los que no estamos de acuerdo.

Deportes-para-ninos_articulo_landscape.jpg

2.      Ofrecerles alternativas de ocio incompatibles con el juego, darles entretenimientos (deporte, cocinar, salir con amigos, salir al aire libre…), incluirles en juegos con otros/as jóvenes donde puedan practicar otro tipo de hobbies.

3.      Adecuar las nuevas tecnologías (smartphones y otros dispositivos con vía libre a internet) a su edad y momento de desarrollo. Supervisar el tiempo que pasan online y especialmente a los contenidos a los que acceden.

ninos-moviles-diez-kgYE--620x349@abc.jpg

4.      Pasar más tiempo con ellos/as: dedicarles tiempo para escucharles, jugar con ellos, ofrecerles nuestra disponibilidad para atenderles y disfrutar con ellos/a

Dedicaremos más espacio para ahondar más en el preocupante mundo de la adicción a las nuevas tecnologías en nuestros/as jóvenes.

Susana Paniagua Díaz

Psicóloga y coach

Grupo Crece

¡Disfruta de tu familia en vacaciones!

vacaciones-en-familia.jpg

Con la llegada de las vacaciones se nos presenta un nuevo escenario familiar: 24 horas de presencia de los hijos/as  junto a sus padres y madres.

¿Cómo poder disfrutar de estar juntos  y de convivir en familia sin desgastarnos en el intento?

¿Se trata de buscar actividades para los hijos e hijas con el fin de que estén entretenidos o para evitar el desgaste de la convivencia? 

Las estadísticas nos muestran que aumentan las separaciones conyugales en el periodo vacacional así como el deseo de que los niños comiencen el colegio.

¿Estamos perdiendo la capacidad de convivir juntos sin las rutinas del día a día?

Las vacaciones generan mucha convivencia, y la convivencia muchos roces. Así que os proponemos algunas ideas para disfrutarlas con los hijos e hijas y con la pareja, disfrutar en familia:

1. Procurad comer todos juntos y simplemente mira a tu familia y diles lo que te gusta estar con ellos, evitando televisión, móvil y cualquier aparato tecnológico distractor. Evitad este momento para hablar de problemas, dificultades o cualquier clase de conflicto.

2. Intentad utilizar un lenguaje positivo hacia vuestra familia. Así vuestros/as hijos/as, la pareja,  escucharán cosas agradables de ellos mismos y ellos harán lo propio gracias al efecto espejo o modelado.

3. Buscad espacios personales independientes para leer, nadar, hacer deporte, dormir siestas, tomar el sol, caminar, etc. Esto os dará un buen momento de oxigenación y otra fuente de conversación para compartir en familia cuando estéis de nuevo juntos.

4. Evitad los motivos de enfado tan frecuentes en el día a día, sed más flexibles y aplicar la técnica del “colador”: priorizar los conflictos y desavenencias, no todos tienen la misma importancia (“hacer perfectamente la cama, ahora no es tan importante”, por ejemplo). Las vacaciones son una oportunidad para disfrutar de tu pareja, de tus hijos/as y esta es una tarea que nos obliga  a todos/as.

5. Si vuestros/as hijos/as se aburren, no os enfadéis, relativizad. Vuestra tarea no es entretenerles todo el tiempo, el aburrimiento es una emoción necesaria y una buena oportunidad para trabajar la creatividad.

6. Procurad cocinar todos juntos, en equipo. Llevarlos al mercado, hacer la compra, enseñar a cocinar,  es una manera de aprender a tener gusto, orden y disciplina.

7.- Cantad y bailad delante de vuestros hijos e hijas en casa, en el coche, pero cantad juntos. Poned la música a tope y a cantar y bailar.

8. Daros muestras de cariño. Los hijos necesitan ver como sus padres y madres manifiestan su amor. Aunque ellos pongan cara de horror.

10.- Disfrutad del aquí y ahora. El disfrute no quiere decir que no haya situaciones complicadas, la convivencia genera molestias, molestias inevitables. No estéis tan pendientes de lo molesto y valorad lo positivo.

La convivencia genera momentos de malestar y de bienestar. Disfrutadde los buenos y entonces estaréis enseñando a vuestros hijos/as cómo se disfruta en y de la familia.

Susana Paniagua Díaz

Psicóloga

Grupo Crece

 

Familias nutritivas: 9 ingredientes fundamentales

familia feliz.jpg

Las familias funcionales o “nutritivas” son aquellas capaces de cubrir las necesidades básicas materiales y emocionales de sus miembros: tienen líneas de comunicación abiertas y efectivas, ofrecen y dan apoyo incondicional a cada uno de sus miembros cuando lo necesitan, dividen claramente los roles, respetan y fomentan la individualidad, tienen normas claras y precisas pero flexibles, nunca fuerzan las decisiones de cada uno y son capaces de transformarse, adaptarse a los cambios y afrontar las diferentes etapas de la vida de todos.

En la actualidad, la vida social se encuentra en una situación crítica, con un aislamiento cada vez mayor debido a los cambios en la tecnología, que muchas veces acerca a los/las que están lejos pero aleja a los/las que están cerca. Una familia armónica y funcional está bajo la guía de padres y madres que leen con sus hijos e hijas, hablan con ellos/as y entre sí, los escuchan y comprenden, pasan momentos felices cuando están todos/as juntos/as.

Unos buenos ingredientes para crear una buena familia serían los siguientes:

1.      Cada familia es un equipo.

lf.png

Sus integrantes están unidos, además de por el afecto, por un objetivo común: procurar el bienestar de cada uno de ellos. En una familia no todos tienen las mismas capacidades y no debe ser equitativo sino operativo. Se trata de procurar a cada uno/a lo que necesita pidiéndole lo mejor de aquello en lo que sea más apto/a. No se intenta que todos aporten lo mismo sino encontrar el mejor resultado. Al igual que en cualquier equipo, si desconozco el lugar en el que juego, se esfuma mi mejor posibilidad de jugar bien. Debemos valorar y hasta celebrar las diferencias.

 

2.      Las normas deben ser claras.

Distribuirse-las-tareas.jpg

Los límites han de ser claros y razonados. Se debe procurar y fomentar la realización personal y el crecimiento individual de los miembros. En las familias funcionales hay normas que todos conocen y aceptan, pero son flexibles.

 

 3.      La plasticidad para afrontar constantemente las distintas situaciones por las que se atraviesa.

Tanto por lo que sucede a su alrededor como por los cambios que se producen en su seno. La plasticidad implica la capacidad y preparación para adaptarse a los cambios.

 

4.      El respeto a la individualidad.

---.jpg

Ser un equipo no significa olvidar que somos seres individuales y que tenemos necesidades y deseos propios (actividades y vínculos que están fuera de la familia). Deseos que el resto deberían alentar cuando les produce felicidad a ese miembro (siempre que sean sanos y no amenazantes para la integración de la familia). Aceptar los espacios personales supone un crecimiento para el grupo.

 

5.      La comunicación como eje dentro y fuera de la familia.

familia---.png

No sólo como herramienta de resolución de conflictos, también como herramienta para crear lazos entre los miembros. La comunicación ha de ser clara, directa y honesta y se debe motivar a todos y a todas a expresar sentimientos y necesidades, evitando con ello la negación, el engaño y el autoritarismo.

 

6.      La confianza.

fotonoticia_20160903084712_660.jpg

Significa creer en el otro. Es la convicción de que si elotro me dice algo, es verdad. “Si no quieres que te mientan, no mientas” y mucho menos para salvar la imagen que tus hijos e hijas tienen de ti.

 

7.      El apoyo incondicional.

índic--e.jpg

“No importa cuál sea el problema, puedes contar siempre conmigo porque somos una familia”. Los vínculos se ven fortalecidos por los tiempos compartidos, las rutinas, las cosas que disfrutamos en compañía. La familia se define más que ningún otro vínculo por el hecho de que compartimos la cotidianidad.

8.      Cuidar la autoestima.

Una buena autoestima familiar consiste en que se vea fortalecida, orgullosa por la opinión que cada uno de sus miembros tiene de ella como grupo (no solo en que cada uno se sienta valioso/a de ser quien es dentro y fuera de ese entorno). Es muy importante que los padres y madres tengan una buena autoestima y un excelente vínculo entre ellos como pareja.

 

9.      Y en el centro el amor.

autoestima2_edukame.jpg

Entendido como el compromiso de lograr el bienestar de cada uno de los miembros de la familia. El amor como una profunda satisfacción de que el/la otro/a trabaje para ser la mejor versión de sí mismo/a. Si dentro de una familia conseguimos amarnos así, es muy probable que estemos en el mejor de los lugares para desarrollar los otros ingredientes de las que hemos hablado.

Susana Paniagua Díaz

Psicóloa educativa y familiar

Grupo Crece

Wiko sale de la madriguera

_conejoG.jpg

Wiko era un conejo que vivía en una madriguera. Vivía con sus padres y nunca había salido al mundo exterior. Sus padres siempre le decían:

-Ahí fuera hay muchos animales diferentes y tú eres muy pequeñito para entenderlos.

Aunque Wiko tenía un laberinto superdivertido por el que correr bajo tierra, estaba aburrido de pasar los días solo, viendo siempre lo mismo. Un día, mientras corría por uno de los pasillos del laberinto, Wiko vio que la tierra se había desprendido, creando una salida hacia el exterior. Wiko no pudo resistir la tentación y salió al mundo, tal y como tantas veces había deseado.

índice----.jpg

Lo primero que vio fue un ratón. Le saludó muy efusivamente dejándose llevar por la emoción del momento. El ratón pegó un gran salto acompañado de un gritito y salió corriendo a esconderse detrás de una roca. Wiko le persiguió, ya que no sabía qué le pasaba al ratón, qué emoción le hacía comportarse así. ¡Llevaba tanto tiempo aburrido en su mundo bajo tierra que no conocía otras emociones! Al alcanzarle, el ratón le dijo:

-Por favor, no me hagas nada. Haré lo que me pidas con tal de no tener problemas.

Wiko no entendía nada, así que le preguntó:

-¿Por qué dices eso?

 El ratón le contestó:

-Tengo miedo de que me hagas algo. Me da mucha vergüenzaconocer a gente nueva… así que te diré que sí a todo con tal de no tener problemas.

Wiko le contestó asombrado:

-Pero entonces, ¿cómo nos lo vamos a pasar bien juntos? Si siempre te escondes y solo me das la razón ¡va a ser un rollo!

Muy defraudado, Wiko siguió explorando pensando:

-Mis padres siempre dicen que hay muchos animales diferentes. Seguro que encuentro alguno que sea un buen amigo.

Absorto en sus pensamientos, cayó a un lugar que nunca había conocido: ¡el agua! Pero lejos de asustarse, empezó a reírse a carcajadas. ¡Qué divertido era chapotear en aquel río! Y de repente, Wiko sintió un intenso dolor en una patita: ¡en el agua había una piraña mordiéndole! Wiko consiguió zafarse del mordisco, pero la piraña empezó a gritarle:

istockphoto-92121157-612x612.jpg

-¡Eh, cobarde! ¿Qué pasa que no peleas? ¡Aquí mando yo y te lo voy a demostrar!

Wiko, sin entender nada de lo que estaba pasando, le dijo:

-¿Por qué me tratas así?

La piraña le contestó:

-Porque aquí mando yo, y tú tienes que hacer lo que yo quiera. Y si me apetece morderte, te morderé, así que cuidado con enfadarme.

Wiko nadó con todas sus fuerzas y antes de alejarse del todo le gritó:

-¡Como trates así a los demás, nadie querrá ser tu amigo!

Wiko estaba confuso. Pensaba:

“Quizás mis padres tenían razón. Hay muchos animales diferentes y yo soy muy pequeño. Sería mejor que me quedara en la madriguera”.

delfin-comun-o-delphinus-delphis.jpg

Y nadando, nadando, río abajo, Wiko llegó al mar. En ese momento, vio como otro animal se le acercaba, y no pudo evitar tener miedo. Pero el miedo se esfumó al ver la gran sonrisa de aquel delfín.

-¡Un conejo en el agua! ¡Qué alegría! ¡Siempre había tenido ganas de conocer a uno!

Wiko le contestó:

-Pues yo estaba deseando salir del agua. Una piraña me ha tratado muy mal.

El delfín le explicó:

-Sí, las pirañas no son buenas amigas, pero hay que ser valientes y decirles que no nos gusta que nos hagan daño. Menos mal que hay otros animales de los que hacerse amigos. A los delfines nos gusta tener muchos amigos para jugar, ayudarnos y darnos mimos.

Wiko no se lo podía creer. ¡Era justo lo que él había soñado! Los dos amigos pasaron toda la mañana jugando y divirtiéndose juntos. Ese día el delfín le enseñó a hacer piruetas y Wiko le enseñó a saltar lo más alto posible. Y desde entonces, Wiko y el delfín se reúnen de vez en cuando para jugar y hacerse compañía. Y los dos están muy felices.

Sara Ferro Martínez

Psicóloga y coach

Grupo Crece

Mantener y cuidar esa curiosidad natural de los niños y las niñas

childlike-wonder.jpg

Hoy en nuestro post hablamos de  la importancia de mantener viva la capacidad de asombro de los niños y niñas, su deseo por el conocimiento, el espacio para el misterio, la curiosidad, la belleza y la contemplación como palancas para ayudarles a su aprendizaje y motivación, ésta última, cada vez más escasa debido a la sobre estimulación a la que están sometidos/as con las  nuevas tecnologías y por la gran cantidad de actividades extraescolares que realizan a lo largo de la semana.

“El asombro es el deseo para el conocimiento”

shutterstock_28335556.jpg

En función de si respetamos el asombro de nuestros hijos/as serán niños/as más agradecidos/as, porque no darán todo por supuesto.

Serán capaces de apreciar la belleza, con mayor capacidad para percibir las sensibilidades de los demás, capaces de mayor esfuerzo, porque no dependerán del empuje de los demás.

Serán más serenos/as, relajados/as y contemplativos/as, porque no les habrán saturado los sentidos.

Tendrán más autocontrol y creatividad, porque no serán conformistas, darán más rienda suelta a su imaginación.

Algunas ideas para potenciar el deseo por el conocimiento de los niños y niñas y de esta forma que aprendan al ritmo adecuado y estén motivados:

1. Evitar la sobresaturación y sobre estimulación (llamados también “niños/as multitarea”) de actividades en el móvil, la Tablet, el ordenador, los video juegos y las múltiples actividades extraescolares.

baby-turtle-curiosity-friend-childwood-explore-photo-hd-wallpaper-1024x640.jpg

2. Respetar sus ritmos, sobre todo en  la etapa de la infancia. Los pequeños/as viven el presente, no piensan ni el pasado ni en el futuro. El asombro es no dar nada por supuesto, tienen que ser niños/as, jugar y dar rienda suelta a la imaginación. Cuando no se vive la niñez cuando toca se hace más adelante y entonces puede tener peores consecuencias.

3. Evitar el consumismo excesivo porque es la forma más directa de apagar  el asombro y su deseo para aprender. Cuando los niños y niñas tienen de todo y lo tienen antes de poder desearlo, son incapaces de sentir y vivir lo que pasa y dan todo por supuesto, terminan acostumbrándose a que todo debe comportarse como ellos y ellas quieren. Empieza siendo así con las cosas y termina siéndolo también con las personas. Es muy importante mantener vivo el deseo por aprender.

5. La belleza asombra. Hay que favorecer que los niños y las niñas aprecien la belleza, la naturaleza y el silencio.

6.Hay que dejar unespacio para el misterio, sobre todo en la etapa de Educación Infantil. El misterioes una puerta para el conocimiento que cruzamos gracias a la fuerza de la curiosidad y los niños y las niñas tienen una gran afinidad con el misterio: crear espacios de juego donde el misterio sea el protagonista.

7. Pararse a pensar y a decidir cuáles son las competencias y actitudes de los niños y niñas que se quiere seguir fomentando, y después, a través de los juegos contribuir a desarrollar esas competencias. Jugar con ellos y ellasy hacerlo de forma sistemática para que se adquieran esos hábitos.

8. Fomentarles la idea de que la vida “es chula, es mágica”

educar-en-el-asombro.jpg

Susana Paniagua

Psicóloga y coach

Grupo Crece

Los vínculos y los educadores

Durante estos últimos meses, he tenido la desagradable experiencia de vivir dos pérdidas, muy diferentes, pero con cosas en común. La madre de un buen amigo, y una maestra que fue muy importante en nuestra infancia.  Ambas eran dos personas muy queridas en su tierra, y aquello se vio claramente por la forma en que reaccionaron todos los vecinos y conocidos.

Llamó mucho la atención, la cantidad de gente que se trasladó al funeral de nuestra maestra de primaria. Gente de todos los cursos que la habíamos tenido muchos años atrás, salieron ese fin de semana de sus ciudades (algunas extranjeras) para poder despedirse de ella y decirle adiós. Esto me ha hecho pensar mucho sobre la educación y los vínculos, y la importancia que tiene el tener un buen maestro o una buena maestra durante tu etapa de formación.

Actualmente estamos trabajando en centros educativos, y vemos la gran relevancia que tiene este tipo de figura en el desarrollo, no solo intelectual, sino afectivo del alumnado que participa en las clases. Nuestra maestra nos hacía sentir tremendamente queridos e importantes, sabía sacar lo positivo que teníamos cada uno de nosotros, y nos enseñó a querernos a nosotros mismos, pero a querernos bien. Fueron años geniales, en tercero y cuarto de primaria, y llegamos incluso a buscar al director de nuestro centro, para pedirle que se quedara en nuestra clase muchos años más.

El vínculo que consiguió crear esta mujer con los alumnos, ha hecho que ninguno la olvidemos, y tengamos un recuerdo genial de esta etapa de nuestra infancia. ¿Acaso es esto menos importante que sacar buenas notas?, ¿qué beneficios consideráis que se pueden conseguir en el futuro cuando te has sentido valorado, querido y feliz en el colegio?

Aprendamos pues, a transmitir a los niños que se les quiere, y que podemos ser vínculos sanos para ellos, pero sin caer en la sobreprotección, dotándolos así de una autoestima sana, para que sepan sus fortalezas y mejoren sus debilidades. Si logramos crear ese lazo, jamás nos olvidarán.

Todo eso que ella nos ha dado, se ha visto representado en esos días tan tristes, pero emocionantes a la vez, aunque cada uno de los alumnos y alumnas que la hemos disfrutado, la llevamos dentro de nosotros, su recuerdo y su cariño.