La terapia online. Recibir psicoterapia a distancia.

¿Qué es y por qué se ha potenciado?

Como bien imaginaréis, definimos como terapia on-line a la versión a distancia de la psicoterapia de siempre, utilizando las ventajas y recursos de internet. Se adapta al potencial de las nuevas tecnologías, y por tanto permite flexibilizar el servicio.

Si bien es cierto, que la terapia online se lleva utilizando hace bastante tiempo, es ahora con la crisis de la COVID- 19, cuando ha resultado completamente imprescindible en el trabajo terapéutico.

La terapia online ofrece la gran ventaja de acceder a un psicólogo o psicóloga, para realizar el trabajo terapéutico desde cualquier lugar del mundo, incluidos también los formatos grupales a través de terapia de grupo o talleres prácticos o de formación.

¿Qué ventajas tiene la psicoterapia online?

Las múltiples plataformas que permiten, a través de internet, tener videoconferencias para posibilitar el trabajo terapéutico, han ido actualizándose y ofreciendo cada vez más posibilidades que permiten equiparar la terapia presencial a la online en algunos aspectos. Por ejemplo:

  • Durante las sesiones se pueden compartir archivos de imagen, sonido, vídeo o documentos, y esto es especialmente beneficioso, ya que contribuye a objetivos como la psicoeducación, la revisión de tareas en directo, y la realización de ejercicios conjuntos, tanto teóricos como prácticos.

  • La terapia online permite también hacer ejercicios mediante role-playing, funciona fenomenal con las técnicas de relajación, diferentes meditaciones o ejercicios de mindfulness.

  • Incluso se puede trabajar desde otras perspectivas como EMDR, psicodrama, técnicas psicocorporales, etc. Que sea online, no la limita a trabajos psicoterapéuticos superficiales.

  • El vínculo paciente-terapeuta se puede desarrollar igualmente, es labor del o la terapeuta favorecer ese vínculo tanto en una terapia online como presencial.

La terapia online, como tal además tiene un conjunto de ventajas.

  • El/la terapeuta además, podrá complementar su trabajo con charlas, webinars, o talleres formativos, a los cuales podrán acceder una cantidad muy elevada de personas, que si lo desean, podrán mantener su anonimato, algo que quizá no harían, o no se atreverían si fuese a través del formato presencial. De esta manera, se posibilitan escalones intermedios al objetivo de mostrarse a los demás y avanzar, por ejemplo en las personas muy introvertidas o con fobias sociales, o demasiado reservadas, o en el caso de pacientes con agorafobia u otros trastornos que les impidan o dificulten salir de su casa. Esto produce de manera directa, un enriquecimiento para la persona que recibe terapia on-line.

  • Otra ventaja que nos aporta este formato, es posibilitar terapias online de pareja, familiares o de grupos. El sistema online permite unir a personas que están en lugares diferentes sin necesidad de desplazarse para poder trabajar en conjunto, y además, si hay situaciones de alta tensión o elevada agresividad, se elimina el riesgo de que se produzcan agresiones físicas entre las personas, si se está trabajando con problemas de agresividad o descontrol de la ira.

  • En grandes ciudades donde las distancas son grandes, o con circunstancias vitales complicadas, favorece el poder acceder a una terapia, ya que no es necesario el desplazamiento.

  • Permite además, utilizar los dispositivos móviles, ordenadores, tablets, para otros objetivos más saludables y diferentes al trabajo, los videojuegos (sobre todo en caso de adolescentes) o la continua supervisión de las redes sociales. Así, paradójicamente, a través del móvil se podría realizar una terapia de adicción al teléfono.

  • Por otro lado, raramente una persona lleva a terapia su ordenador y su trabajo, y así, durante las terapias y en directo, la persona que recibe la ayuda psicológica puede mostrar al terapeuta el lugar en el que vive o su trabajo, sus espacios, enviarle o mostrarle sus documentos, y observar las interacciones en directo de una pareja o familia en su entorno natural.

  • Es especialmente interesante, la parte que engloba la psicoeducación y la práctica de temas como la productividad y la organización del tiempo. El terapeuta podrá comprobar in situ, como la persona a la que atiende es capaz de prestar atención o si se distrae con facilidad, comprobar si prioriza los temas en importancia y urgencia, si organiza sus tareas y las cumple, pese a la gran cantidad de distractores, ya que, durante la sesión, está en una situación natural de teletrabajo, prácticamente idéntica.

  • También favorece la puntualidad, y el mantenimiento del proceso y adhesión al tratamiento. Y, la continuidad y la disciplina es la clave del éxito de cualquier terapia.

Punto positivo también, y a favor de este tipo de terapia, es la facilidad de desarrollarla, ya que, básicamente consiste en abrir un programa y hablar. Solo es necesario tener una buena conexión a internet y un entorno sin demasiado ruido y con cierta privacidad. No es necesario tener grandes conocimientos técnicos, incluso para participar en una charla webinar.

La experiencia es muy similar a la psicoterapia presencial, y la eficacia es la misma.

¿Qué problemas plantea y qué soluciones se pueden ofrecer?

Planteamos ejemplos de problemas o resistencias iniciales que algunas personas han planteado, aunque finalmente se han superado satisfactoriamente.

“En mi entorno no dispongo de la intimidad suficiente para sentirme cómodo/cómoda para terapia online, siento que van a escucharme a través de la puerta”

1.    Se pueden buscar horas en que la persona tenga más intimidad.

2.    Se puede recurrir a la llamada telefónica o a la videollamada a través del teléfono móvil, incluso desde la calle, u otros lugares como parques o entornos agradables.

3.    También se puede ofrecer asistencia continua vía email y whatsapp.

“Tengo en casa mala conexión a internet”

1.    Se puede motivar a la persona a que tenga una actitud más proactiva a la hora de resolver ese problema, motivando a solucionar los problemas de baja conexión, abandonando una posible actitud derrotista o procrastinadora.

2.    Se puede motivar al uso de los datos del teléfono, incluso a obtener un terminal solo para videollamadas con tarifas económicas.

3. Existen los adaptadores de red que mejoran los problemas de señal.

“No es lo mismo que estar allí, en el centro siento mi espacio, y además no hay contacto físico”

1.    Debido a la COVID-19 el contacto físico no puede tenerse igualmente, y en las sesiones presenciales hay que tener distancia, a parte de los riesgos por desplazamiento, el uso de transporte público, etc., mucha limpieza y mascarillas, lo que hace que se convierta en una situación incluso más extraña que por videollamada.

2.    El entorno seguro se crea entre las personas que establecen el contacto, la cuestión está en motivar a esta persona a construir en su entorno un lugar de seguridad, o buscar un entorno que le resulte cómodo o fácil. Esto no se produciría probablemente si las sesiones no fueran así.

“La terapia online no va a ser efectiva, no creo que funcione igual”

1.    La terapia online es igual de efectiva que la psicoterapia presencial, ya que permite la misma creación del vínculo, el uso de las técnicas, la supervisión de tareas y la canalización de emociones. ¡La gente también se enamora por internet y no se tocan!

“Yo no entiendo de tecnologías, eso es muy difícil”

1.    La videollamada se puede hacer hasta desde un smartphone de lo más básico, con el mismo whatsapp y es muy sencillo.

2.    Hay muchas plataformas sencillas y gratuitas por internet. Cuando lo haces una vez, ya es muy sencillo y cómodo aprenderlo para las siguientes.

Alberto López Viñau

Psicólogo, coach y formador

Grupo Crece

 

Sanar la autoestima desde el autoconocimiento

Autoestima:  Forma en que las personas se sienten con respecto a sí mismas, y cómo se valoran.

Nos hemos acostumbrado a describir nuestra autoestima en términos “baja” o “ alta”. Y todas las personas la queremos alta.

Cuando en terapia indagamos en qué significa autoestima alta, nos encontramos con una definición casi mágica, pues se relaciona con poder enfrentar (todas) las situaciones problemáticas desde la seguridad y, por tanto, dar buenas soluciones, manejar conflictos sociales saliendo airoso, aceptar el rechazo sin pasarlo mal, arriesgarse ante un peligro, no tener debilidades ni puntos flojos, no tener inseguridades, etc.

Queremos aprender herramientas y estrategias para poder llevar a cabo los sueños expuestos anteriormente. Queremos dejar de lado las debilidades y aquellas características nuestras que nos parecen terribles y que no llevan a nada, y transformarlas en virtudes, capacidades y habilidades consideradas positivas. Queremos dejar de ser nosotras mismas, ser otra persona.  Una batalla perdida.

En toda esta idea hay un trasfondo de comparación. En la propia definición de autoestima ya se habla de “valorar-se” a una misma. Siempre que hay una valoración sobre algo, se realiza en comparación con un referente. Yo soy “mejor” o “peor”, (¿ que quién?) “buena” o “mala” (¿comparada con qué? ¿para quién?)

Siempre hay algo con lo que entrar en continua comparación: con los demás, con la idea que tenemos de los demás,e incluso con una idea hiper-mejorada de nosotras mismas.

Con esto quiero decir que tenemos una idea de la autoestima mal planteada desde el principio. Suponemos que estaremos mejor con una autoestima alta, pero desde “lo alto” seguiremos manteniendo el puesto a costa de compararnos con los que están a bajo.

Quizás es mejor empezar a hablar de una autoestima sana,  ni alta ni baja. Y una autoestima sana deja de lado completamente la comparación. No la necesita.

Un pequeño inciso para exponer la diferencia entre Ideal del yo y Yo ideal, términos que nos van a servir para enlazar autoestima y autoconocimiento.

Ideal del yo: lo que debo ser , la imagen que se debe tener para ser digno de amor.

Está fundado sobre lo que imaginamos que son los valores del otro. Si soy así y hago esto, me querrán.

Yo Ideal:  lo que considero que debo hacer para estar de acuerdo con mis propios valores y poder realizarme plenamente.

En el ideal del yo hay un proceso comparativo. Mi referencia son los valores del otro.

Debemos empezar a dejar de lado Ideal del yo y centrarnos en el Yo ideal, que trabajará en la búsqueda de uno mismo, en construir los propios valores y , valga la redundancia, darles valor. El foco de atención dejará conseguir amor del otro, sino en amarse uno con lo que es, con lo que tiene y no tiene, con sus luces y sombras.

La base de una autoestima sana es el autoconocimiento.

“Conócete, acéptate, supérate”

San Agustín.

“Nosce te ipsvm” Conócete a ti mismo

“Nosce te ipsvm” Conócete a ti mismo

El autoconocimiento es el resultado de un proceso de reflexión mediante el que se adquiere la noción de nosotros mismos, de nuestras capacidades, limitaciones, cualidades y defectos. Nos permite reconocernos como individuos únicos, diferentes de los demás.

Podremos sacar información para conocernos a través de la relación con nosotras mismas y con los demás.

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Vamos a encontrar cosas que nos agraden, que nos desagraden, que nos encanten y que odiemos. Todo esto nos hace únicos y nos define como personas.

A medida que recogemos información, vamos configurando nuestro autoconcepto. Esto son las creencias que tenemos de nosotros mismos. Estas creencias se van a manifestar en nuestra conducta. Si creemos que somos , por ejemplo, “tontos”, actuaremos como tal, y todo lo contrario si nos creemos “inteligentes”.

Poco a poco iremos realizando la autoevaluación de lo que somos. Es necesario ser críticos con nosotros mismos . De todas las cosas que vamos averiguando , tendremos que identificar lo que nos beneficia, es decir, nos ayuda y hace crecer, o nos entorpece en nuestro desarrollo como personas.

Casi de forma inevitable entraremos en un proceso de juicio hacia nosotras mismas. Hemos ido viendo cosas que nos encantan, pero también cosas que nos desagradan. Seguramente habremos visto más cosas desagradables y que no queremos tener ( por eso de compararnos con un referente ideal, como explicaba con anterioridad)

Es importante en este paso no caer en una valoración personal global. No somos “malos, egoístas, sumisos, tontos, etc.”. A veces podemos tener comportamientos/actitudes así. Pueden ser una parte de nosotros, los tenemos, pero no lo somos.

Muy ligado a este momento de evaluación está el de autoaceptación. Admito en mi todas mis características. Reconozco mis formas de sentir y ser. No tengo nada bueno ni malo. Soy lo que soy.No me culpo de lo que soy, sino que me responsabilizo de ello. Cuando me responsabilizo, puedo buscar soluciones y mejorar.

“Lo que resistes, persiste

Lo que aceptas se transforma”

Cuando legitimo lo que soy, es decir, cuando me doy derecho a ser lo que soy, empiezo a trabajar en el respeto hacia ello. Empiezo a tratarme bien, no por nada especial, simplemente porque soy y lo merezco. Atiendo mis necesidades,  deseos y valores. Expreso y manejo de forma adecuada hacia mí y los demás mis los sentimientos y emociones. Me cuido, me atiendo, me protejo. Empiezo a amarme.

(Artículo de asertividad estaría guay)

En la cúspide de la pirámide encontramos la autoestima.

Es el resultado final y la síntesis de los pasos anteriores. Si me conozco, voy creando mi escala de valores , me acepto y me respeto, mi autoestima será sana.

La diferencia entre autorespeto y autoestima se encuentra en que el autorespeto está basado en cómo me trato, y la autoestima corresponde a lo que yo siento y pienso sobre mí. Son dos conceptos que correlacionan. Es interesante caer en la cuenta de que, si empiezo a respetarme, iré en camino hacia una autoestima sana. Primero es empezar a hacer cosas por uno mismo.

Una etapa que no debemos olvidar en el viaje al autoconocimiento es saber desarrollarse.

Recordemos la frase de San Agustín “Conócete, acéptate, supérate”.

El autoconocimiento no solamente se basa en las limitaciones, sino que también debe de tomar en cuenta nuestras fortalezas. El punto central de esto es tratar de superarnos como personas, ser mejores personas. Es posible porque todos nacemos con cualidades, virtudes, habilidades y capacidades. Simplemente no las vemos, o no las consideramos suficientes.

Arriesgarte a conocerte, dejar de lado las comparaciones y trabajar en una mejor versión de ti misma que incluya todo lo que eres.

Hacer que el tiempo cuente

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El tiempo pasa... cada año nos tomamos las uvas y… ¿En qué casa no se comenta lo rápido que pasa el tiempo y cómo hace nada en ese reloj ponía 1997?

A veces los años se convierten en números que se suceden, un convencionalismo carente incluso de valor para muchos. El día 1 amanecemos igual que el 31, nada ha cambiado, por lo que el sentimiento de continuidad y la negación del paso del tiempo vuelve a invadirnos.

Los mecanismos de defensa vienen a protegernos de cosas. Supongo que en este caso la negación tendrá como objetivo que no tomemos contacto con la fugacidad de la vida, que la continuidad nos haga olvidar que la vida puede cambiar en un momento y que no nos demos cuenta de nuestra vida ha pasado por etapas que ya no sucederán.

Parece que no nos guste pararnos a mirar atrás, como si nos diese miedo encontrarnos con algo malo, como si uniésemos ese acto a la nostalgia y otras emociones de carácter negativo. Por eso siempre me sorprende como nuestros pacientes, disfrutan cuando les proponemos como tarea hacer una línea de la vida. A mi me gusta mandar esta tarea de manera abierta, para que cada uno lo plantee a su modo. Esto le da una riqueza extra a la reflexión, que en ocasiones se ha planteado como una obra artística. Cuántas conclusiones podemos sacar con ese ejercicio, que siempre es el resultado de muchas horas de encuentro con uno mismo. Yo recuerdo la mía: en un cuaderno de verdes tenues que me llevaba a lugares donde me sintiese a gusto. Gracias a ella me aprendí:

·  Que cada vida estaba compuesta por muchos episodios.

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·  Que los episodios sucedían de manera inesperada, en forma de regalos de la vida que marcaban un cambio.

·  Que en los episodios difíciles había personas que veían un final que yo no veía y unas soluciones que yo no podía hacer mías, hasta que no estuve preparada.

·  Que no era consciente de la posibilidad de cambio, pensaba que la vida”siempre iba a ser así”.

El ejercicio me sirvió para tomar perspectiva, para tomar conciencia del proceso de la vida, y, sobre todo, para dejar de dar por hecho.

Vivir en la negación del paso del tiempo nos hace dar por hecho que las personas que nos acompañan estarán siempre, que los paisajes cotidianos que enmarcan nuestro día a día van a ser siempre los mismos, que como me siento hoy es mi manera de sentirme.

Y romper la negación, conlleva algo de angustia, pero recompensa con una intensidad que hace que cada día cuente. Me hace capaz de pararme a congelar momentos, a hacer fotos mentales, sabiendo que no van a repetirse, o que algún día echaré de menos esa escena tan cotidiana.

Por eso creo importante tomar conciencia del factor tiempo, para hacernos responsables de nuestro relato, poniendo marcadores y trasformando la nostalgia negativa (“que feliz era y no me daba cuenta”) en orgullo (“cómo disfrutaba de aquellos momentos”).

Sara Ferro Martínez

Psicóloga y coach

Grupo Crece