Sanar la autoestima desde el autoconocimiento

Autoestima:  Forma en que las personas se sienten con respecto a sí mismas, y cómo se valoran.

Nos hemos acostumbrado a describir nuestra autoestima en términos “baja” o “ alta”. Y todas las personas la queremos alta.

Cuando en terapia indagamos en qué significa autoestima alta, nos encontramos con una definición casi mágica, pues se relaciona con poder enfrentar (todas) las situaciones problemáticas desde la seguridad y, por tanto, dar buenas soluciones, manejar conflictos sociales saliendo airoso, aceptar el rechazo sin pasarlo mal, arriesgarse ante un peligro, no tener debilidades ni puntos flojos, no tener inseguridades, etc.

Queremos aprender herramientas y estrategias para poder llevar a cabo los sueños expuestos anteriormente. Queremos dejar de lado las debilidades y aquellas características nuestras que nos parecen terribles y que no llevan a nada, y transformarlas en virtudes, capacidades y habilidades consideradas positivas. Queremos dejar de ser nosotras mismas, ser otra persona.  Una batalla perdida.

En toda esta idea hay un trasfondo de comparación. En la propia definición de autoestima ya se habla de “valorar-se” a una misma. Siempre que hay una valoración sobre algo, se realiza en comparación con un referente. Yo soy “mejor” o “peor”, (¿ que quién?) “buena” o “mala” (¿comparada con qué? ¿para quién?)

Siempre hay algo con lo que entrar en continua comparación: con los demás, con la idea que tenemos de los demás,e incluso con una idea hiper-mejorada de nosotras mismas.

Con esto quiero decir que tenemos una idea de la autoestima mal planteada desde el principio. Suponemos que estaremos mejor con una autoestima alta, pero desde “lo alto” seguiremos manteniendo el puesto a costa de compararnos con los que están a bajo.

Quizás es mejor empezar a hablar de una autoestima sana,  ni alta ni baja. Y una autoestima sana deja de lado completamente la comparación. No la necesita.

Un pequeño inciso para exponer la diferencia entre Ideal del yo y Yo ideal, términos que nos van a servir para enlazar autoestima y autoconocimiento.

Ideal del yo: lo que debo ser , la imagen que se debe tener para ser digno de amor.

Está fundado sobre lo que imaginamos que son los valores del otro. Si soy así y hago esto, me querrán.

Yo Ideal:  lo que considero que debo hacer para estar de acuerdo con mis propios valores y poder realizarme plenamente.

En el ideal del yo hay un proceso comparativo. Mi referencia son los valores del otro.

Debemos empezar a dejar de lado Ideal del yo y centrarnos en el Yo ideal, que trabajará en la búsqueda de uno mismo, en construir los propios valores y , valga la redundancia, darles valor. El foco de atención dejará conseguir amor del otro, sino en amarse uno con lo que es, con lo que tiene y no tiene, con sus luces y sombras.

La base de una autoestima sana es el autoconocimiento.

“Conócete, acéptate, supérate”

San Agustín.

“Nosce te ipsvm” Conócete a ti mismo

“Nosce te ipsvm” Conócete a ti mismo

El autoconocimiento es el resultado de un proceso de reflexión mediante el que se adquiere la noción de nosotros mismos, de nuestras capacidades, limitaciones, cualidades y defectos. Nos permite reconocernos como individuos únicos, diferentes de los demás.

Podremos sacar información para conocernos a través de la relación con nosotras mismas y con los demás.

Estos artículos te pueden interesar: Ponerenlaces

Preguntas para hacerse alguna vez en la vida

Ayudando a nuestros hijos a conocerse mejor

Vamos a encontrar cosas que nos agraden, que nos desagraden, que nos encanten y que odiemos. Todo esto nos hace únicos y nos define como personas.

A medida que recogemos información, vamos configurando nuestro autoconcepto. Esto son las creencias que tenemos de nosotros mismos. Estas creencias se van a manifestar en nuestra conducta. Si creemos que somos , por ejemplo, “tontos”, actuaremos como tal, y todo lo contrario si nos creemos “inteligentes”.

Poco a poco iremos realizando la autoevaluación de lo que somos. Es necesario ser críticos con nosotros mismos . De todas las cosas que vamos averiguando , tendremos que identificar lo que nos beneficia, es decir, nos ayuda y hace crecer, o nos entorpece en nuestro desarrollo como personas.

Casi de forma inevitable entraremos en un proceso de juicio hacia nosotras mismas. Hemos ido viendo cosas que nos encantan, pero también cosas que nos desagradan. Seguramente habremos visto más cosas desagradables y que no queremos tener ( por eso de compararnos con un referente ideal, como explicaba con anterioridad)

Es importante en este paso no caer en una valoración personal global. No somos “malos, egoístas, sumisos, tontos, etc.”. A veces podemos tener comportamientos/actitudes así. Pueden ser una parte de nosotros, los tenemos, pero no lo somos.

Muy ligado a este momento de evaluación está el de autoaceptación. Admito en mi todas mis características. Reconozco mis formas de sentir y ser. No tengo nada bueno ni malo. Soy lo que soy.No me culpo de lo que soy, sino que me responsabilizo de ello. Cuando me responsabilizo, puedo buscar soluciones y mejorar.

“Lo que resistes, persiste

Lo que aceptas se transforma”

Cuando legitimo lo que soy, es decir, cuando me doy derecho a ser lo que soy, empiezo a trabajar en el respeto hacia ello. Empiezo a tratarme bien, no por nada especial, simplemente porque soy y lo merezco. Atiendo mis necesidades,  deseos y valores. Expreso y manejo de forma adecuada hacia mí y los demás mis los sentimientos y emociones. Me cuido, me atiendo, me protejo. Empiezo a amarme.

(Artículo de asertividad estaría guay)

En la cúspide de la pirámide encontramos la autoestima.

Es el resultado final y la síntesis de los pasos anteriores. Si me conozco, voy creando mi escala de valores , me acepto y me respeto, mi autoestima será sana.

La diferencia entre autorespeto y autoestima se encuentra en que el autorespeto está basado en cómo me trato, y la autoestima corresponde a lo que yo siento y pienso sobre mí. Son dos conceptos que correlacionan. Es interesante caer en la cuenta de que, si empiezo a respetarme, iré en camino hacia una autoestima sana. Primero es empezar a hacer cosas por uno mismo.

Una etapa que no debemos olvidar en el viaje al autoconocimiento es saber desarrollarse.

Recordemos la frase de San Agustín “Conócete, acéptate, supérate”.

El autoconocimiento no solamente se basa en las limitaciones, sino que también debe de tomar en cuenta nuestras fortalezas. El punto central de esto es tratar de superarnos como personas, ser mejores personas. Es posible porque todos nacemos con cualidades, virtudes, habilidades y capacidades. Simplemente no las vemos, o no las consideramos suficientes.

Arriesgarte a conocerte, dejar de lado las comparaciones y trabajar en una mejor versión de ti misma que incluya todo lo que eres.

Motivaciones humanas. ¿Cual es la tuya? Un ejemplo en pruebas deportivas de alto rendimiento.

2013_LEL_Buckingham_Audax_UK.jpg

Prueba en bicicleta
Londres-Edimburgo-Londres (LEL)
1460km
Apenas 110 horas para hacerlo en bicicleta.

Parece una locura, ¿no? Pues hay personas que hacen estas "locuras" casi cada año.

¿Cómo lo podemos analizar desde una perspectiva psicológica? ¿Qué motivos llevan a una persona a querer participar en algo así de exigente? ¿Reto? ¿Aprendizaje personal? ¿Amor hacia el ciclismo o cualquier otro deporte?

mtb-sul-mare-santantioco.jpg

Es duro, durísimo, los y las participantes no son deportistas profesionales, se duerme poco, de dos a cuatro horas cada día, se para, básicamente, comer y a firmar los controles, se pedalea todo el día, hay que ir cumpliendo etapas dentro del tiempo, 300km diarios aproximadamente, es probable que llueva, que haga frio, que el viento no siempre acompañe, es probable que haya momentos de mucho cansancio, de plantearte qué haces allí, de llevar tu cuerpo al límite...

Yo misma, la primera vez que oí hablar de esto, me quedé bastante sorprendida, y más porque era mi pareja quién iba a prepararse para, en aquella ocasión, la Paris-Brest-Paris (1200Km. en 90 horas). Mi pareja, un chico sensato, cabal y... "normal".

Desde entonces hemos hablado mucho sobre sus motivaciones para afrontar estos retos que prepara de vez en cuando, y he aprendido mucho de sus experiencias para entender mejor qué motiva a las personas.

Mi conclusión es, que aunque pueda parecer "una locura" lo que mueve a una LEL es lo mismo que mueve a las personas a hacer otras cosas. Es la combinación de factores lo que nos ayuda a entender y lo que aporta los matices.

Si analizo las variables psicológicas más importantes, encuentro, especialmente tres aspectos que me parecen relevantes:

1. Por un lado, el entrenamiento, la alimentación, conocer el cuerpo y cómo responde este ante un esfuerzo grande y continuado.

Para ello, exponerse progresivamente a situaciones similares favorece que los randoners tengan conciencia y experiencia de lo que vivirán durante la superbrevet, qué ritmo de pedaladas necesitan llevar, cada cuánto tiempo deben comer y qué, qué sensaciones físicas, emocionales o mentales pueden experimentar... Controlar estos elementos les ayudará a sentirse más seguros y conocer sus características y límites, y esto, aumentará la probabilidad de poder cumplir el objetivo de terminar la prueba o auto-regularse durante la misma.

2. Por otro lado, los randoners deben ser conscientes de sus habilidades de autocontrol y mejorarlas.

bici dice.jpg

Cultivar la atención al momento presente, y mantener a raya los pensamientos negativos o poco adaptativos ("no puedo más", "me duele todo", "estoy demasiado cansado/a"...) será fundamental. El cuerpo debe estar preparado, pero para superar este tipo de retos es el control mental y emocional el que marca la diferencia. Últimamente, está muy de moda hablar de Mindfulness aplicado al deporte. Al margen de modas, esto no es más que centrar nuestra atención en el aquí y ahora, sin dejar que juicios, valoraciones o emociones nos atrapen... Aceptar y dejar ir, quedarnos con "estoy aquí, frente al viento, una pedalada, otra, hago un relevo
al compañero, estamos juntos en esto, ¡vamos!". Gestionando estos elementos aumentamos también la probabilidad de conseguirlo y de disfrutarlo.

3. En tercer lugar, nos encontramos con las motivaciones...

Las motivaciones son las que nos movilizan para la acción, las que explican lo que hacemos y lo que no hacemos, y sobre todo, para qué y por qué.

Las dos primeras variables son destrezas que adquirimos, experiencia que acumulamos, aprendizajes que recibimos..., al alcance de todo el mundo. Sin embargo, las motivaciones marcan nuestra idiosincrasia. Por
qué y para qué hago yo estas cosas? Qué gano? Qué me estimula tanto que quiero repetir? En esto somos todos distintos. Nos pueden motivar varios aspectos a la vez ante una misma situación y podemos experimentar motivaciones, incluso, que sean contrapuestas entre sí. Todo este conjunto de motivaciones diversas que interactúan entre sí, construyen el espectro motivacional de una persona en una situación
concreta, único y singular.

Al mismo tiempo, hay que apuntar que los factores anteriormente citados influyen también en nuestros estados motivacionales. Por ejemplo, sentirnos fuertes o cansados, experimentar efectos negativos por falta
de sueño, estar enfermo, sentir la energía tras reponer nutrientes y calorías o dormir un poco, sentirnos frustrados u orgullosos, pensar "puedo" o pensar "no lo lograré"..., todo ello, modula la experiencia motivacional en base a las particularidades motivacionales de cada persona y en base a su personalidad.

Por tanto, podemos decir que no existe un perfil de persona que se apunte a una LEL o una PBP, realmente, existen muchos perfiles psicológicos distintos que se mueven por motivaciones distintas, y esto es menos susceptible de cambio o aprendizaje en la edad adulta. Se aprenden desde que nacemos, en la interacción con nuestro entorno y explican el por qué de nuestro comportamiento. Esto no significa que no podamos ejercer un control sobre ello, al contrario, comprenderlo y conocerlo nos puede facilitar mucho las cosas. Conocer aquello que nos mueve en la vida, es algo fascinante, y nos va a ayudar no sólo a comprender mejor al ser humano en general, sino a nosotros mismos, en todas nuestras situaciones vitales y de cara al caso que nos ocupa, hacer un balance más preciso,  del antes, durante y después de la prueba, que nos dirija mejor al objetivo o nos ayude a tomar decisiones o a gestionar frustraciones u otro tipo de estados emocionales que podamos experimentar.

Voy a detenerme en desgranar esto un poco más, adentrándome en describir los tipos de motivaciones.


La primera clasificación sobre motivaciones nos lleva a distinguir entre motivaciones extrínsecas e intrínsecas.

Las motivaciones extrínsecas son aquellas que explican la conducta a través de factores externos: por ejemplo: mi motor para hacer la LEL es evitar que se rían de mí los colegas del trabajo o mi motor para hacer la LEL es el reconocimiento que voy a obtener de mi familia.

En las motivaciones intrínsecas el factor que explica la conducta es interno. El propio disfrute, la satisfacción de cumplir con un compromiso personal, ser coherente con los propios valores, aprender... serían algunos ejemplos.

Otra clasificación más precisa de los tipos de motivaciones nos ayudará a comprenderlas y a identificarlas aún mejor. Todas estas motivaciones que describo más abajo están presentes en todas las personas pero
pueden darse con mayor importancia unas que otras y la combinación resultante nos definirá de una manera clara.

A las personas nos puede motivar:

EL RETO

En este caso, nos motiva lo difícil, lo que nadie o pocos han intentado, aquello que implica esfuerzo y superar nuestros límites. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: conseguir terminar, conseguir superar mi velocidad media, conseguir llegar con menos coste, apuntarse cada vez a pruebas más difíciles...

EL SENTIMIENTO DE PERTENENCIA A ALGO O A UN GRUPO

Las personas necesitamos pertenecer a algo o sentirnos parte de un grupo: mi equipo, mi país, mi familia, mis amigos, mi credo... Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: me puedo sentir integrado/a porque todo el mundo está haciendo lo que yo, me siento perteneciente a un conjunto de personas que representan un determinado valor o son de una determinada forma, puedo tender a callar o modificar una opinión para no discrepar del grupo de referencia...

EL VÍNCULO EMOCIONAL CON EL OTRO

Nos acercamos a personas con las que tenemos un vínculo emocional, buscamos esa cercanía y omplicidad. Buscamos profundizar en las relaciones para estrechar vínculos. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: me importa cuidar los vínculos por encima de otras motivaciones y busco la compañía de personas más afines, hago amigos, disfruto de la compañía y las conversaciones con los demás...

LA SEGURIDAD

Las personas también necesitamos sentirnos protegidas, seguras, sentir que estamos a salvo, y que dispondremos de lo que necesitamos. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: busco sentirme seguro/a con mi bici, cuido no sobrepasar un límite de cansancio, me alerto si estoy sufriendo los estragos de no dormir...

LA AUTOAFIRMACION

También es una motivación básica marcar nuestro territorio, defender nuestra identidad, sentir que somos únicos. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: me siento diferente porque hago cosas diferentes como una LEL, expreso mis opiniones aunque el grupo opine diferente a mí...

EL RECONOCIMIENTO O SIGNIFICACIÓN SOCIAL

Esta motivación corresponde a sabernos reconocidos, sentir que destacamos en algo con respecto al otro, llamar la atención de los demás, evitar ser criticados y tener protagonismo. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: busco señalarme dando mi opinión o narrando mi experiencia, busco ser protagonista, presumo por lo que estoy haciendo ante otros, busco o espero que me reconozcan mi valía por cumplir este reto, me cuido de que conozcan mis puntos débiles para evitar que me juzguen mal.


EL PODER

Las personas necesitamos tener nuestro espacio de poder, de control sobre nuestra realidad, sobre nosotros mismos o sobre los demás. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: me gusta liderar a mis
compañeros, me gusta imponer mis opiniones y que se haga lo que yo pienso, me siento poderoso/a cuando cumplo una meta, siento que tengo el control de mi cuerpo y que puedo hacer más...

EL PLACER Y EL DISFRUTE

Provocar sensaciones y emociones positivas, simplemente, conseguir el disfrute, sea más inmediato o efímero o más a largo plazo y duradero, es una de las motivaciones básicas más importantes. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: disfruto pedaleando y haciendo deporte, disfruto del ambiente, me divierto con la gente, disfruto del paisaje...

EL SENTIDO

Las personas necesitamos un sentido para las cosas, hacer algo que sabemos tendrá una influencia, utilidad o significado más trascendente. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: me ayuda a superar miedos, me aporta autoestima, cumplo los compromisos conmigo mismo/a, soy modelo para mis hijos...

EL APRENDIZAJE

El aprendizaje, también, es una motivación inherente al ser humano. Conocer y comprender mejor nuestra realidad, adquirir habilidades y destrezas y sentir el progreso. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: aprendo cosas de otras personas, de mis reacciones, de mi cuerpo, de temas relacionados con la bicicleta...


LO NOVEDOSO

Las cosas diferentes, nuevas, intensas o variadas también pueden ser una gran fuente de motivación para las personas. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: conocer gente nueva, conocer un paisaje nuevo, experimentar cosas que nunca he sentido...

LAS NORMAS Y VALORES

Los seres humanos nos relacionamos con el mundo a través de abstracciones que nos afectan de igual modo que algo tangible. Nos movemos por normas y valores: lealtad, justicia, libertad, esfuerzo... Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: me quedo a esperar a un compañero que tiene una avería porque es justo que no se quede solo, mi compromiso para terminar me hace obviar el cansancio físico o la falta
de sueño, hago estas cosas porque se lo he prometido a alguien y debo cumplirlo...

PERDURABILIDAD O TRASCENDENCIA

Esta motivación nos conecta con el futuro: dejar una huella duradera, trascender, luchar por un ideal, etc. Por ejemplo, en el caso de una superbrevet: contribuir a mantener la tradición de estas pruebas, contribuir a divulgar el uso de la bici...

Como hemos dicho, pueden darse varias motivaciones a la vez, pueden ser contradictorias entre sí y pueden ir intercambiándose o aparecer nuevas motivaciones a lo largo del proceso.

Podría ocurrirnos, por ejemplo, que decidimos introducirnos en este mundo porque disfrutamos del deporte y de la bici, nos gusta sentirnos diferentes y nos gustan los retos y sentirnos poderosos y fuertes. Podría ser que durante la prueba, las condiciones climatológicas y físicas destapen nuestra motivación de seguridad y nos preocupe nuestro estado de salud (si muestro signos de enfermedad) y esto me puede hacer
renunciar a pesar de las fuertes motivaciones iniciales.

Podríamos buscar reconocimiento, poder y reto personal y superar todos los obstáculos con tal de no quedar mal ante otros y satisfacer nuestro reto aunque esto nos suponga algunos costes sociales.

También podría ser que nos moviese la vinculación y la pertenencia y eso disminuyese nuestra sensación de poder o reto porque en esta ocasión han venido amigos muy cercanos a la prueba con nosotros.

El hecho de haber participado otras veces y de haber entrenado me puede ayudar a controlar mejor las emociones, sentir menos cansancio y por tanto, disfrutar más de la experiencia y sentir el poderío con más
intensidad.

Cada uno podemos encontrar nuestro recorrido motivacional en cada momento del proceso, y esto nos puede ayudar a prevenir ciertas situaciones o potenciarlas.

El texto ejemplifica cómo podemos aplicar estas motivaciones a una prueba deportiva de alta exigencia, pero en realidad podemos aplicar el texto a ejemplos de nuestra vida cotidiana para conocer más lo que nos motiva, las interrrelaciones entre motivaciones y si están ajustadas al contexto. Por ejemplo, si una de mis motivaciones referentes es el “Vinculo con el otro” y quiero buscarlo en mi trabajo, donde no hay buen ambiente ni personas con las qeu sienta feeling, voy a estar frustrado/a. En ese caso me vendría bien darme cuenta y buscar esa motivación en otro lugar que no sea el entorno laboral.

Raquel López Vergara

Psicologa y coach

Grupo Crece

Lo siento, lo hago: lo aprendo. La importancia de lo vivencial y lo práctico en el aprendizaje y la superación personal

El aprendizaje no está únicamente en nuestra razón, esto es, en nuestros pensamientos, sino que radica en la propia experiencia de sentir y de hacer.


Por eso, nuestro modo de entender la formación, está muy ligada a lo terapéutico, a lo vivencial y a lo práctico.


¿Pensáis que podemos convencer a una persona a cambiar su negatividad, por más que les enseñemos a interpretar mejor sus pensamientos, si no le hacemos conectar con sus emociones?, ¿y si le diéramos la opción de hacerlo de forma distinta, exponiéndole precisamente a ello?. Esto lo podríamos generalizar a muchos otros aspectos, como aprender la habilidad de ser más asertivo o ser capaz de superar una fobia.

Para producir cambios y conseguir una actitud más asertiva ante la vida, por ejemplo, es necesario exponerse a las emociones que nos bloquean esa capacidad de ser asertivo. Yo puedo tener muy claro que necesito y deseo poner un límite, pero es posible que me sienta incapaz de ello. Necesito conectar con esa emoción, para vivirla, para entenderla y para poder gestionarla, y sólo eso me permitirá ser libre para ejercer mi capacidad de poner un límite o moverme en torno al objetivo que me he marcado. Luego tendré que poner en práctica esa actitud y ser capaz de visualizarme haciéndolo, por más raro que me parezca o note que case pococonmigo.

Existen ejercicios para sentir, percibir y explorar nuestras emociones. Son las denominadas dinámicas vivenciales. A través de ellas, accedemos al contenido emocional, para un mayor autoconocimiento y por tanto mejor gestión emocional. Estás dinámicas pueden ser corporales a través de la danza y la música, a través del arte, de la imaginación o los recuerdos.

Los ejercicios prácticos, consisten en llevar a la realidad aquella situación que quiero aprender o que me cuesta afrontar. Pueden consistir en meras exposiciones a los miedos, como salir a la calle si tengo fobia, enfrentarme ante una audiencia a exponer si temo hablar en público, o representando un conflicto familiar o de trabajo que tengo atravesado, como una crítica, una petición de aumento de salario o la difícil conversación a la hora de decidir dejar una relación importante.


Estos ejercicios, se pueden desarrollar a través de role-play, donde se escenifican las situaciones, mediante exposiciones propiamente dichas,o con ejercicios psicodramáticos. Los role play pueden incluso grabarse para tener video-feedback y que la propia persona se perciba enfrentándose o resolviendo una situación con éxito.

¿A qué estás esperando? ¡Atrévete a superarte!


Éxito y fracaso: una comparativa entre algunos animales y el ser humano

éxito y fracaso

En un taller sobre éxito y fracaso, un alumno me planteó que si echásemos un vistazo al mundo animal, el porcentaje de éxito en la caza del alimento era muy bajo en relación al porcentaje de fracaso. Sin embargo, los seres humanos y más en nuestra sociedad donde los valores de competitividad y los modelos de éxito están sobre estimados y desvirtuados, no admitimos el fracaso.

La época de vacas gordas y el aprovechamiento por parte de las empresas para activar un consumo banal y sinsentido, nos ha llevado a valorar el éxito como algo imprescindible en la vida, y valorar solamente un determinado tipo de éxito basado en tener más que en ser.

Quedarse en paro, perder la casa, tener que apretarse el cinturón y no poder mostrar a los vecinos, o familiares lo bien que nos va con esas súper vacaciones, ese cochazo o esa casa en la playa que nos estamos planteando vender. En lugar de sincerarnos y decir simplemente: “ahora no podemos permitirnos ese gasto”, seguramente diremos: “la verdad, es que ya no nos gusta esa casa, se nos ha quedado pequeña y apenas vamos”.

Si volvemos al mundo animal y a la reflexión de nuestro alumno, George Schaller, el famoso naturalista alemán, estudio al león africano. Las hembras de león son formidables depredadoras. Han aprendido desde pequeña a perfeccionar el arte de la caza, sin contar con sus armas naturales: fuerza, velocidad, instinto y organización en grupo.

El científico, tras observar durante largos periodos a esos grandes felinos fue capaz de calcular porcentajes de éxito en sus intentos de caza, dependiendo de distintas variables. Los datos nos dicen que las leonas solo se convertían en festín en un 14% de los casos de los ataques a damaliscos, frente al 47% de los ataques a facóqueros, el 38% de los intentos contra cebras. Asimismo, calculó que una ofensiva desde los matorrales funcionaba el 41% de las veces, mientras el porcentaje de éxito era solo del 12% en campo descubierto. Además, la noche (33%) era más propicia que el día (21%). En todos los casos el porcentaje del fracaso es mucho mayor al del éxito.

Según información de wikipedia, el guepardo tiene un índice de éxito del 50%. Tiene una vista privilegiada, que aprovecha para observar a sus víctimas desde la distancia, tumbado en un promontorio o subiéndose a un árbol. Es paciente y tranquilo; sabe escoger su presa y esperar el momento adecuado. El león cuando está hambriento, desperdicia energías corriendo sin mucho tino detrás de las presas. El guepardo, en cambio, espera. Los guepardos, gracias a sus características aerodinámicas pueden alcanzar velocidades de más de 100 km/h en carreras cortas, lo que garantiza un alto porcentaje de éxito en sus cacerías. Se calcula que la mitad de sus intentos de caza acaban en capturas. También es cierto, y los amantes de los documentales bien lo saben, que el guepardo acaba tan exhausto después de cazar a una presa que en ocasiones no puede comerla y le es arrebatada por animales oportunistas.

El licaón, de la familia de los perros, habita en el continente africano. Además de estar en la lista de los más veloces, alcanza 72 km/hora, es considerado el mejor cazador del mundo, pues su porcentaje de éxito está entre 70 y 89%. Este gran título se debe a su estrategia de caza en manadas y relevos.

La naturaleza es dura con los éxitos y fracasos y los éxitos siempre suponen un gran esfuerzo, nos ofrece una gran dosis de humildad al respecto y nos enseña muchas cosas sobre el proceso hacia el éxito: esperar una ocasión adecuada sin precipitarse, trabajar en equipo, desarrollar las habilidades adecuadas para el objetivo al que me quiero dirigir. Podríamos concluir que aspirar a más de un 50% de éxito no es muy realista y que podría ser que lo que consideramos éxito no lo sea y lo que consideramos fracaso no lo sea tampoco, sería interesante revisar para nosotros mismos qué es éxito y qué es fracaso y que hago realmente para alcanzar el éxito y que hago o no hago para llegar al fracaso.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

Cómo afrontar un despido

INEM

Con rabia e impotencia: me han despedido, es injusto, por qué me ha tocado a mí, nos estaban explotando, nos pagaban mal, toda la vida luchando en esta empresa y encima echan a quien más se lo merece…

Tendríamos ganas de arrasar con la empresa, de protestar, de cambiar el sistema, pero sólo con la rabia no podemos.

Con miedo: y ahora qué hago, tengo que pagar la hipoteca, me quería independizar con mi pareja, no quiero que a mis hijos les falte de nada, ya tengo una edad, sólo tengo experiencia en este sector y con la crisis está fatal…

El miedo nos lleva a la defensa, la protección o la huída, nos bloquea, nos impide ser proactivos y pensar en soluciones razonables, nos lleva a evitar enfrentarnos a situaciones ya que pensamos que no tenemos recursos para ello.

Con tristeza: no valgo para nada, ni para sacar adelante a mi familia, no tengo ganas de nada, no me han llamado de ninguna de las ofertas a las que me apunté, no consigo levantarme por las mañanas, me presionan la familia y la pareja, no sé que hacer con mi tiempo…

La tristeza aparece ante la pérdida de algo valioso, poder adquisitivo, estatus, sensación de valía personal… La tristeza afecta a la autoestima y nos lleva a la inactividad.

Con vergüenza: soy un “parado”, qué pensará la gente de mí, qué pensará mi familia, cómo se lo voy a decir, voy a callarme un tiempo a ver si encuentro algo, qué vergüenza que me vean en la cola del paro o paro las mañana paseando por el barrio… La vergüenza nos bloquea.

Con culpa: he fallado a mi familia, he fallado a mis amigos, debería haber sido más sumiso en el trabajo, debería haberme esforzado más, por qué tuve que protestar aquel día… La culpa nos llena de remordimientos.

La rabia, el miedo, la tristeza... son sentimientos habituales y naturales cuando sufrimos un despido pero que no facilitan el acceso a un nuevo trabajo. La vergüenza y la culpa también son respuesta a nuestra necesidad de ser aceptados por el grupo y la sociedad pero no facilitan el cambio. Estas emociones no podemos anularlas, pero quedarnos sólo ahí no nos ayuda a solventar la situación. ¿Qué podemos hacer entonces?

Éstas son algunas recomendaciones para afrontar ese momento de shock emocional:

  • Transmitir la información a la familia lo antes posible, no ocultarlo socialmente. Hacerlo, no desde una posición o rol de víctima o desde un rol demasiado relajado con un chiste, sino abordarlo con naturalidad y seriedad.

  • Tomar unos días de descanso para asumir la noticia, descansar y expresar la preocupación, la tristeza o el desánimo.

  • Buscar tiempo para pensar qué es lo que me gustaría hacer, qué cosas se me dan mejor, cuales son mis puntos fuertes y puntos débiles en el terreno laboral y en las competencias personales asociadas.

  • Transformar los pensamientos negativos, muchas veces irracionales, en pensamientos constructivos.

  • Hacer actividades agradables que reactiven los estados emocionales positivos, retomar alguna de las aficiones que no podíamos hacer debido a las obligaciones profesionales.

  • Reactivar nuestra red de contactos o construir una red de contactos: desde sociales y familiares a contactos profesionales, no sabemos de donde puede venirnos una oferta o una información relevante.

  • Acudir a cursos de formación o procesos de coaching en las áreas técnicas o de habilidades personales en las que necesitemos refuerzo.

  • Planificar la búsqueda de trabajo como un trabajo en sí mismo, con un horario y unos objetivos concretos. Se puede empezar con una tormenta de ideas para buscar opciones de trabajo y después de seleccionar las ideas más productivas se pueden escribir los objetivos y el plan de acción y establecer una agenda. Para ello también podemos pedir consejo o ayuda a personas relevantes de nuestro entorno.

  • Actualizar el currículum y preparar cartas de presentación o de recomendación.

  • Entrenarse en entrevistas de trabajo para adaptarse a los objetivos del puesto y manejar situaciones incómodas como ¿por qué te despidieron’ ¿Por qué accedes a un trabajo de menor categoría profesional de la que has tenido en otros puestos?, etc.

Afrontar un despido forma parte de un proceso de aprendizaje, que se inicia en la toma de conciencia y aceptación de lo que estamos sintiendo, para ir progresivamente asimilando la situación y saliendo del bucle a través de la acción y pensamiento resolutivos. Como todo proceso de aprendizaje lleva un tiempo y supone avances y retrocesos que nos tenemos que permitir.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Superación personal. Las claves para superarSE

La superación personal tiene que ver con el esfuerzo, con la capacidad de autodisciplina, la capacidad de planificar metas y objetivos concretos. Si no hay disfrute y placer la superación pierde todo sentido. Cualquier persona necesita estimulación y movimiento, novedades y percepción de autoeficacia. Conseguir estos logros provoca una de las mayores expresiones de la alegría: el orgullo y no lograrlo conlleva frustración.

Read More