Pensamientos que nos hacen daño II : "Predicciones catastróficas y magos del pensamiento"

En nuestro día a día nos resulta verdaderamente útil establecer hipótesis y predicciones sobre lo que puede ocurrir en nuestro entorno, ya sea en el ámbito familiar, laboral o social. Esto nos permite anticiparnos a posibles obstáculos o problemas del día a día y manejarlos de una manera más eficaz. Podemos predecir que un amigo muy impuntual vaya a acudir tarde a nuestra cita para cenar y para ello no tomarnos mucha prisa para llegar, tenerlo en conocimiento para que no afecte nuestro estado de ánimo, avisarle con antelación o indicarle que la cita será media hora antes. A pesar de todo nuestra predicción tiene un margen de error considerable aunque nosotros la aceptemos como muy fiable.

Entonces, ¿qué consecuencias tiene asumir estas predicciones como 100% válidas?

Cuando dichas predicciones van dirigidas hacia nosotros o nuestro futuro en un sentido negativo, al asumirlas como ciertas, acabamos convirtiéndolas en uno de los pensamientos más dañinos que existen. En ocasiones somos capaces de asegurar enunciados como los siguientes: "queda claro que no sirvo para nada", "van a echarme del trabajo", "no me saluda, me desprecia como persona", "solo le intereso para lo que le intereso", "no conseguiré nunca nada mejor"...

El problema de estas predicciones catastróficas no está en el grado de realidad que dispongan, sino en el grado de convicción que podemos llegar a tener sobre su veracidad. Aunque en el rincón más racional de nuestro cerebro sepamos que en el fondo que no tienen por qué ser ciertas, al asumirlas de esa forma tan tajante acaban adquiriendo un gran poder para manejar nuestro estado de ánimo y nuestro comportamiento.

Otra forma muy común de adivinar o predecir es la conocida como lectura del pensamiento. Cuando esto sucede, las personas nos convertimos en seres mágicos y adivinos que creemos tener muy claro lo que otras personas están pensando, el por qué se están comportando de cierta forma o sobre qué están hablando con uno y con otro. Al igual que las predicciones anteriores, cuando lo que creemos leer con exactitud son afirmaciones que van en nuestra contra como desprecios, burlas o descalificativos, acabamos generando un bucle de pensamientos muy dañino e incapacitante ("seguro que está pensando que soy una imbécil", "míralos como se ríen, y se ponen a mirarme", "nos hemos cruzado y ni me ha mirado, seguro que ha pensado que soy una indeseable"...)

Los más importante de estos pensamientos dañinos, es su capacidad para retroalimentarse, ya que estamos tan convencidos de que son reales, al final nos llevan a comportarnos como si lo fueran para finalmente confirmarlos:

 Al estar convencida de que eres una chica aburrida decides rechazar todas las propuestas de salir que te hacen, eso conlleva que para próximas ocasiones no te propongan salir al pensar que no tienes interés, por ello al final erróneamente concluyes: "nadie me llama para salir porque soy una chica aburrida"

¿Cómo podemos evitar caer en la trampa de las predicciones catastróficas y los adivinos?

Al igual que en el post anterior (pensamiento todo o nada), la detección es una herramienta importantísima y convertirnos en grandes cazadores de pensamientos dañinos nos servirá para acabar con ellos y cuestionarlos con facilidad. Algunas preguntas clave son las siguientes: ¿Qué evidencia real tengo de que esto sea cierto?, ¿por qué otros motivos puedo estar pensando así?, ¿es posible que pueda estar equivocándome?, ¿existirían más explicaciones que la que he tomado?, ¿en qué me ayuda estar pensando así?, ¿qué explicación daría un juez totalmente imparcial?.

Las respuestas a estas preguntas nos ayudarán a dar explicaciones más cercanas a la realidad, y por tanto también repercutirá en cómo nos sintamos y lo que decidamos hacer. Siempre vale más vivir un presente real que un futuro catastrófico anticipado por pensamientos negativos.

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