¿Para qué te va a ir muy bien realizar un entrenamiento en mindfulness en 8 semanas?

Para que aprendas a vivir el presente y la vida con plenitud

La mayor parte del tiempo vivimos absortos en nuestros pensamientos. Estamos analizando, anticipando situaciones futuras, enganchados a situaciones pasadas, juzgando (-nos). Actuamos de forma automática perdiéndonos infinidad de detalles que están sucediendo en este mismo momento. Así, la vida se nos escapa entre los dedos.

A través de la práctica de la meditación mindfulness, aprendes a ser consciente de cuándo tu mente queda atrapada por los pensamientos o las emociones. Aprendes a llevar tu atención a lo que está aconteciendo en ese momento. Te abres a lo que los sentidos te traen del mundo exterior: olores, formas, sabores, lo que te transmiten los otros, etc. Atiendes tus sensaciones y a lo real que está ocurriendo, no lo que la mente te hace creer o suponer.

Para reducir tu nivel de ansiedad y estrés, así como la depresión.

Cuando nuestra mente viaja, a veces nos lleva al futuro. Como lo desconocemos, lo imaginamos, lo suponemos, y eso nos genera miedo y ansiedad. Anticipamos generalmente cosas negativas y desconfiamos por tanto en nuestra capacidad de superar tales horrores que inventamos.

Cuando nuestra mente viaja, a veces nos lleva al pasado. Nos deja enganchados allí, rumiando sobre lo que podría haber sido si hubiéramos hecho tal o cual cosa. Nos puede generar enfado, tristeza, melancolía…y pensamientos catastróficos abrumadores.

Cuando haces de la meditación una práctica diaria, aprendes a relacionarte con lo que ocurre en tu mente y observarlo sin juzgar, sin considerarlo bueno ni malo, sino como lo que es. Sencillamente son eventos mentales que nos generarán emociones que podremos vivir con naturalidad, como experiencias humanas normales. Observas desde la calma y la serenidad para responder con claridad.

Para habitar tu cuerpo y disminuir tu tendencia a vivir en la mente

Uno de los objetivos del entrenamiento de las 8 semanas es desarrollar una conciencia corporal, olvidada completamente ante el deseo de desarrollar la mente.

Como dice Welwood, “El objetivo del Mindfulness es convertir el cuerpo en una herramienta para conocer, para ver como la experiencia surge y desaparece, y así entrenar la aceptación. El cuerpo siempre está en el presente, y por lo tanto se puede utilizar como el espacio donde acudir cuando se quiere vivir la experiencia del aquí y ahora. El cuerpo en la meditación en Atención Plena, nos sirve de anclaje para conectar con el presente, ya que las sensaciones corporales no pueden suceder ni en el pasado ni el futuro”.

Cuanta más fina sea nuestra atención a la información que tenemos del cuerpo, más conoceremos sobre nuestras sensaciones, emociones y necesidades. El cuerpo sabe antes que la mente lo que está ocurriendo. La mayoría de las decisiones que tomamos no son racionales, son emocionales, y éstas se localizan desde el cuerpo.

Para reducir tu exceso de pensamientos rumiantes u obsesivos

La atención o consciencia plena permite que puedas convivir con tu mente. En ningún caso trata de dejar la mente en blanco o a un lado, sería contraproducente, pues nuestra mente es necesaria para la supervivencia.

Si bien es cierto que no se eliminarán por completo los pensamientos rumiantes, sí aprenderás a no dejarte atrapar ni arrastrar por ellos. Serás capaz de darte cuenta de cuándo tu atención se desvía del presente, y podrás de forma voluntaria llevarla de nuevo a la respiración o a aquel “objeto” que hayamos elegido como centro de nuestra atención.

El simple hecho de no “dar coba” al pensamiento, reduce su frecuencia.

Para gestionar tus emociones y reaccionar a lo que te ocurre de forma más ajustada

Las emociones nos provocan sufrimiento porque tratamos de quitarlas de nuestras vidas. Y cuanto más intentamos deshacernos de ellas, más irrumpen con fuerza, más nos dominan y nos llevan a reaccionar desafortunadamente, apareciendo de nuevo el sufrimiento.

Lograr que las emociones no sean un impedimento, sino una ayuda, requiere que modifiquemos nuestra forma de relacionarnos con ellas. El problema no son las emociones en sí, sino cómo nos posicionamos frente a ellas: desde la resistencia a que estén en nuestras vidas.

En vez de huir o eliminarlas, aprendemos a observarlas como eventos mentales y no como realidades sustanciales. Nos abrimos a ellas desde la curiosidad, sin juicios, y las experimentamos tal y como son. No son nuestras enemigas, aunque a veces puedan ser desagradables. 

Para quererte más y mejor

Como la meditación nos permite acercarnos a los eventos internos y externos con una actitud de apertura y sin juicios, de forma amable y cuidadosa. Esta nueva forma de relacionarnos con las cosas también comienza a reflejarse en cómo me relaciono conmigo misma. Me voy conociendo, en mis más y mis menos, abandono los juicios de valor y me voy aceptando tal y como soy.

Para vivir la vida tal y como es.

Nadie nos dijo, y en ningún sitio está escrito, que LA VIDA, ( así, con mayúsculas) fuera bonita o fea, justa o injusta, alegre o triste…y otros tantos mil y un adjetivos y sus contrarios con los que describirla.

La vida ES LO QUE ES.

La vida es placer y dolor. A la vez. A la par. La consciencia plena nos permite ponernos frente a lo que nos acontece diariamente desde un lugar más sano. Sano en cuanto a que acogemos las luces y sombras de igual forma. Empezamos a ser conscientes y a experimentar la vida en su totalidad. Es terapéutico.

Estoy dispersa/o en mi trabajo... ¿Cómo puedo mejorar mi concentración? (2ª parte)

image2(7).JPG

Enlace a la 1ª parte del artículo: http://www.grupocrece.es/blog/Psicolog%C3%ADaestoy-dispersa-en-mi-trabajo-cmo-puedo-mejorar-mi-concentracin

Como os adelantamos en el artículo anterior, os seguimos proponiendo algunas técnicas sencillas para mejorar vuestra concentración en el trabajo.

Si recordáis, la concentración se consigue focalizando nuestra atención en un objeto determinado: la respiración, el cuerpo, los sentidos, etc. Cuando estamos focalizando nuestra atención en algo y nos damos cuenta de que nuestra mente se dispersa, volvemos de forma tranquila al objeto elegido de nuestra atención. Ese proceso de atención focalizada en un objeto - distracción- vuelta a la atención, repetido todas las veces en las que seamos conscientes de que nuestra mente se ha dispersado, es lo que nos va a ayudar a entrenar nuestro músculo de la concentración.

En esta ocasión os presentamos  dos técnicas nuevas, cuyo objeto de atención serán el cuerpo y los sentidos:

Práctica breve de escaneo corporal

En esta práctica vamos pasando nuestro foco de atención por las distintas partes del cuerpo siendo conscientes de las sensaciones que hay. Cuando nos distraemos, volvemos nuestra atención a la parte del cuerpo por la que estábamos, o por donde vaya la guía auditiva.

Es una forma de dirigir la atención, de manejarla y poder llevarla a sitios concretos del cuerpo.

Os dejamos un audio que dura 3 minutos para que la pongáis en práctica:

Alimentación consciente

El objetivo es utilizar todos los sentidos de forma muy consciente y explorar un alimento/ bebida como si no lo hubiéramos visto nunca.

Os invitamos a que hagáis una prueba. Utilizad al menos 10 minutos para el ejercicio. Coged un alimento pequeño (un fruto seco, una pasa, un cachito de fruta, etc) y comedlo con consciencia plena.

Haced uso de cada uno de vuestros sentidos en esta ingesta:

image1(1).JPG
  1.   Observa qué hay, que forma tiene lo que comes, cómo incide la Luz en cada zona del alimento, las sombras, los colores.

  2.   Haz que penetre el olor por tus fosas nasales, descubre aromas diferentes.

  3.   Pasa el alimento por tus dedos, percibe la textura.

  4.    Acerca tu oreja al alimento, aplástalo o rózalo con tus dedos¿a que suena lo que vas a comer?

  5.   Pon un poco de comida en la boca, sin tragar, conecta con el tacto a través de la lengua; dejaque el sabor se esparza por toda la boca, da un mordisco sintiendo la explosión de sabor, no tragues, frena el deseo de tragar que comienza a emerger , y sólo cuando no necesites tragar, hazlo.

Durante tu jornada laboral si ves complicado realizar este ejercicio, no utilices un alimento. Por ejemplo, en momentos de dispersión, uno puede realizar el minuto de meditación, y luego tomar un café/té/agua atendiendo a los sentidos que quiera. Prestar atención al calor de la taza en las manos, oler con plena atención lo que vamos a tomar, atender a cómo el brazo lleva la taza a la boca, atender plenamente al primer contacto de la lengua con la bebida, saborear....tragar con paciencia y sentir cómo se ha quedado el cuerpo. Esto puede hacerse en 2 minutos, y permite a la cabeza centrarse en cosas reales del momento, del presente. 

Raquel Ibáñez Ortego

Psicóloga

Grupo Crece