Recetas para combatir la frustración

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Todos nos hemos enfrentado alguna vez a ese sentimiento incómodo o incluso desagradable, cuando algo no nos sale como esperábamos,  cuando alguien nos dice que no, cuando no conseguimos nuestros objetivos, cuando los resultados no igualan nuestrasexpectativas... la frustración.

¿Qué es la frustración?

La frustración es una respuesta emocional que aparece como resultado de un conflicto psicológico ante la imposibilidad de satisfacer una necesidad o deseo.

¿Por qué aparece?

1. Factores de desarrollo

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Las situaciones que vivimos de pequeños y la manera en la que hemos sido criados nos preparan ante la frustración o, por el contrario, nos vuelven más vulnerables ante esta.

2. Factores sociales

El entorno que nos rodea establece expectativas e ideales con los que crecemos, por lo que no lograr satisfacer estos estándares puede suponer una frustración.

3. Factores internos

Muchas veces la frustración viene dada por nuestra propia autoexigencia, por proponernos metas poco realistas, por ser demasiado críticos con nosotros mismos…

4. Factores externos

Además de los sociales, la frustración puede venir de la mano de otras personas. Las críticas de los demás, las expectativas que tienen los demás de nosotros o las expectativas que a veces tenemos de los demás no siempre coincide con la realidad y de ahí deriva la frustración.

Tipos de frustración

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La frustración por incompatibilidad de objetivos: aparece cuando existe la posibilidad de conseguir dos objetivos positivos, pero estos son incompatibles entre sí.

Ejemplo: le decimos a un niño que puede comer de postre helado o tarta, pero no las dos cosas.

La frustración por conflicto aproximación-evitación: surge cuando una situación provoca resultados positivos y negativos en igual medida, y se produce indecisión al calibrar el resultado y los beneficios.

Ejemplo: sabemos que para conseguir un aumento de sueldo (consecuencia positiva -> aproximación) debemos trabajar muchas horas (consecuencia negativa -> evitación).

 

La frustración por conflicto evitación-evitación: se produce cuando las dos alternativas posibles son negativas.

Ejemplo: nos urge mudarnos y las únicas opciones disponibles son un apartamento oscuro y alejado del trabajo y otro muy pequeño y también lejos.

La frustración por barrera: se da cuando existe un obstáculo que impide alcanzar un objetivo.

Ejemplo: queremos hacer una reforma en nuestra casa, pero el ayuntamiento no nos concede los permisos.

Y sus efectos...

Ansiedad

Ante la frustración la persona puede desarrollar ansiedad y emitir signos externos de la misma, tal como morderse las uñas, rascarse la cabeza, mover mucho las piernas…

Racionalización

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Surge como intento de paliar las consecuencias negativas de la frustración, al haber tenido que escoger una opción que no nos convencía, o haber tenido que renunciar a una buena alternativa.  Justificamos nuestra elección racionalizando la misma y convenciéndonos de que era la mejor/única opción.

Proyección

Podemos proyectar esa frustración hacia nuestro entorno de forma inadecuada, lo que nos repercutirá negativamente.

Huida

Es la retirada de la lucha por conseguir un objetivo si se presentan obstáculos o dificultades.

Enfado/ira

Una emoción muy común que surge a raíz de la frustración es la ira, bien sea hacia otros o focalizada en nosotros mismos. Esta emoción nos puede traer consecuencias muy negativas, tanto a nivel personal (problemas de salud, devaluación de nuestra autoeficacia, nuestra autoestima…) como a nivel social (alejarnos de los demás, provocar situaciones tensas o incómodas, incitar hostilidad y desconfianza en los que nos rodean…)

Agresión

Un efecto común en algunas personas de la frustración es la agresividad, ya sea de forma verbal o física. Esto puede darse sobre todo en niños pequeños, que aún no han adquirido las herramientas necesarias para hacer frente a esta situación.

Sustitución

Cuando sustituimos una actividad por otra debido a la frustración de no conseguir la primera. Esto no siempre es positivo (si lo hacemos con demasiada facilidad o frecuencia), ya que no perseveramos en lo que queremos conseguir.

 

Nuestra receta para gestionar la frustración

1. Tener alternativas

No obcecarnos en conseguir algo, y centrarnos en otras cosas que si están en nuestra mano cambiar o conseguir puede ayudar. Tener metas alternativas es una manera eficaz de superar la frustración.

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2. Centrarse en lo positivo

Aunque algo no nos salga como esperábamos ganamos en experiencia y aprendizaje.

3. Reconocer los errores

Es la única forma de aprender y no volver a cometer los mismos fallos del pasado. Los errores nunca son fracasos, simplemente experiencias, que incluso nos pueden servir para conseguir nuevas metas en el futuro.

4. Dejar ir el ideal de perfección

Las ideas de perfección, inflexibilidad y exigencia elevadas son contraproducentes para reponerse y superar frustraciones.

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5. Abre tu perspectiva

No cerrarse en una sola cosa nos permite evaluar la realidad de una manera más amplia y no derrumbarnos ante los obstáculos.

6. Fomentar la autoestima

Ante todo, confía en tus capacidades y aptitudes y persevera en lo que desees conseguir.

 

 

Romina Collado

Psicóloga

Grupo Crece

 

Decidirnos a decidir

Hoy en día la toma de decisiones es algo que hacemos a diario. ¿Qué me pongo hoy? ¿Cojo el metro o el coche para ir al trabajo? ¿Dónde me voy de vacaciones?... Algunas de estas decisiones pueden ser cotidianas y pasar desapercibidas y otras son más relevantes y nos cuestanalgún que otro quebradero de cabeza.

Lo primero es importante darnos cuenta de ciertas cosas que pueden suponernos trabas cuando hablamos de tomar decisiones.

Aspectos que pueden dificultar nuestra toma de decisiones:

1. Hacer las cosas sin pensar, de manera impulsiva.

2. El no saber decir “NO”, que nos lleva a tomar decisiones con las que no estamos conformes por miedo a decepcionar o enfadar al otro.

3. El conflicto entre lo que debo hacer, lo que quiero y lo que me conviene.

4. La falta de tiempo y el lugar para pensar: toda toma de decisiones importante requiere tiempo y espacio.

5. No tener con quien dialogar: a veces hablar con otras personas nos da una perspectiva diferente sobre lo que tenemos que decidir.

6. Las costumbres y hábitos: que nos dificultan salir de nuestra zona de confort y decidir hacer algo diferente que puede beneficiarnos por el miedo a lo desconocido.

8. Querer demostrar que soy bueno en algo: a veces tememos pedir una opinión por lo que pensarán los demás de nosotros.

9. Procrastinar: dejar para mañana una decisión que podemos tomar hoy, a veces por querer olvidarse de los problemas.

10. Pensar que todo es difícil de resolver o culpar a las circunstancias: si la culpa de lo que nos pasa la ponemos en algo externo nos autoconvencemos de que no hay nada que podamos hacer y esto puede convertirse en un círculo vicioso.

11. Estados de ánimo:las emociones como el enfado o la tristeza no son muy buenas consejeras a la hora de decidir algo importante.

12. Las presiones sociales:hacer lo que hacen los demás para no “sentirnos raros”.

13. Tomar la decisión basándonos exclusivamente en los demás: querer que todos acepten nuestras decisiones.

Herramientas para la toma de decisiones

 1. Asertividad: darse tiempo para pensar y respetar a otros. Decidir basándonos en lo que consideramos que es lo mejor para nosotros y respetar que no todos tienen que estar de acuerdo con nuestra decisión.

2. Empatía: cuando la decisión que debemos tomar afecta a un tercero, es importante ponerse en el lugar del otro y tener en cuenta sus sentimientos y sus circunstancias.

3. Autoconocimiento: es importante conocernos, saber qué queremos, cuáles son nuestros límites, nuestras aspiraciones… aspectos que nos ayudarán a la hora de tomar una decisión importante.

4. Autoestima:valorarse a sí mismo, saber reconocer las cosas buenas de uno y las limitaciones; querer lo mejor y no hacerse daño.

5. Reflexión:  tomarnos tiempo parapensar en las consecuencias y buscar alternativas para lograr lo que queremos.

6. Paciencia: No dejarse llevar por un impulso o lo primero que se nos ocurra, sino darnos tiempo para pensar antes de actuar, y también a la hora de esperar las consecuencias de nuestra decisión, que no siempre son inmediatas.

7. Tolerancia a la frustración: a veces las decisiones que tomamos traen irremediablemente consecuencias negativas. Hay que superar esa frustración y pensar en las consecuencias presentes o futuras positivas que nuestra decisión puede traer.

Por último…

La toma de decisiones, es algo a lo que inevitablemente nos debemos enfrentar. Algo que nos cuesta asimilar más que la decisión en sí, es el remordimiento, la culpa, la duda, el miedo… que surgen una vez hemos tomado la decisión. Para superar esto, la clave puede estar en una palabra: compromiso.Es importante ser conscientes de que no somos perfectos y que nos podemos equivocar, pero lo que hemos decido es la realidad, nuestra realidad. Vivir comprometidos con nuestras decisiones nos ayuda a vivir en el aquí y el ahora, y no en lo que podría haber sido, y si nos centramos en lo que elegimos y nos concentramos en esta realidad, siempre habrá más posibilidades de que el resultado sea satisfactorio.Todo lo que elegimos en nuestra vida puede traer consecuencias positivas si elegimos verlas.

Romina Collado

Psicóloga

Grupo Crece

Beso que te quiero beso: la importancia de besar

Y no sólo te quiero, beso, como algo que despierta mi deseo, que me demuestra cariño y que me une a quien me lo da o lo recibe.

Sino porque para mi salud física y mental también eres bueno.

Y si no, lee los beneficios que numerosas investigaciones han hallado en ti:

 Subes las defensas

 La acción de besar moviliza secreciones hormonales que contribuyen a aumentar las defensas naturales. Además, mezclar nuestra saliva con la de otra persona actuaría como una vacuna natural, ya que nos permitirá inmunizarnos suavemente contra sus gérmenes.

Reduces el dolor

Las endorfinas que genera el acto de besar tienen la propiedad de actuar como reductoras del dolor. Esto también es debido a la dilatación de los vasos sanguíneos, por lo cual besar es altamente recomendable para aquellas personas que sufren a menudo dolores causados por todo tipo de enfermedades inflamatorias como artritis, fibromialgia, fatiga crónica, problemas musculares, etc. ¡Incluso para la jaqueca!

Eres un antidepresivo

Besar hace que nuestro cuerpo libere oxitocina, la famosa hormona que hace que nos sintamos con buen ánimo, por lo que funciona a modo de antidepresivo natural.

Previenes problemas cardiovasculares

El estrés es una de las principales causas de  múltiples enfermedades, entre ellas el colesterol y problemas coronarios. Por eso, además de llevar una buena alimentación no deberíamos menospreciar la agradable terapia de besar a menudo. Además, el aumento de la frecuencia cardiaca ayuda a regular la presión sanguínea.

Ayudas a ejercitar los músculos

Al besarnos ejercitamos hasta 30 músculos faciales y activamos el riesgo sanguíneo.Así  mantenemos nuestro cutis firme, suave y joven.

Previenes problemas dentales

Besar estimula la secreción natural de saliva, lo cual contribuye a que ésta se regenere y nos ayude a eliminar partículas y patógenos de la boca gracias a las sustancias desinfectantes que contiene. De esta manera se disminuye el ácido que, a la larga, es el que causa placa, caries y todo tipo de problemas dentales.

Mejoras la autoestima

A nivel emocional, besar nos hace sentirnos queridos y nos permite sentirnos una parte importante en la vida de la persona a la que besamos. Es un acto que, según la situación de las personas, nos puede llevar a estados de satisfacción generada por el acto de amar, de compartir, de dar y recibir.

Algunos asesores incluso recomiendan que cada persona pueda besar a su pareja antes de ir a trabajar para mejorar la autoestima y que eso se traduzca en un mayor rendimiento laboral.

Alivias los efectos de las alergias

Durante el acto de besar se estimula la producción de histamina, la cual alivia y previene la aparición de los síntomas que ocasionas las alergias, como son los estornudos, la congestión ocular o la secreción nasal.

Besar alarga la vida

Después de todos estos motivos, no queda duda de que besar alarga la vida. El único requisito es que los besos sean sinceros y se den con regularidad.

Besos y poesía

Ayer te besé en los labios.

Te besé en los labios. Densos,

rojos. Fue un beso tan corto

que duró más que un relámpago,

que un milagro, más.

El tiempo

después de dártelo

no lo quise para nada

ya, para nada

lo había querido antes.

Se empezó, se acabó en él.

Hoy estoy besando un beso;

estoy solo con mis labios.

Los pongo

no en tu boca, no, ya no

—¿adónde se me ha escapado?—.

Los pongo 

en el beso que te di

ayer, en las bocas juntas

del beso que se besaron.

Y dura este beso más

que el silencio, que la luz.

Porque ya no es una carne

ni una boca lo que beso,

que se escapa, que me huye.

No.

Te estoy besando más lejos.

(Pedro Salinas)

 

Raquel ibáñez Ortego

Psicóloga

Grupo Crece

La feminidad y la masculinidad en el sigol XXI

El sábado 4 de febrero organizamos en Grupo Crece un debate sobre la feminidad y la masculinidad en el siglo XXI. Sobre la base de unos planteamientos iniciales se desarrolló un debate en el que se trataron una serie de puntos muy interesantes que queremos compartir.

Comenzamos definiendo qué significaban los términos “sexo”, “género” e “identidad con el género”.  Aclaramos que con sexo nos referimos a los atributos biológicos, a los caracteres sexuales primarios con las que nace una persona. El género por su parte es una construcción social, siendo aquellas características que cada sociedad atribuye a cada uno de los sexos. De esta manera, son sexistas aquellas sociedades que atribuyen comportamientos, actitudes y aptitudes diferentes a los hombres y a las mujeres. La identidad con el género es la vivencia que cada persona tiene de su género, la idea que tiene la persona sobre las características y comportamientos que la describen, teniendo en cuenta lo que la sociedad en la que vive establece como deseable y apropiado para las mujeres y los hombres.

A colación del concepto de género, se planteó la siguiente cuestión ¿Somos libres para elegir lo que somos? ¿Somos lo que somos por decisión nuestra?  ¿O somos el resultado de un cúmulo de expectativas? De alguna manera, las expectativas siempre van a estar presentes desde el nacimiento, ya sea desde el género, desde la cultura en la que nazcamos, el estatus y la cultura familiar. Entonces, ¿cómo podemos romper con los caminos que nos son marcados?

Las vías de mejora que se plantearon fueron las siguientes:

  1. Respeto: educar y crecer en el respeto por las decisiones propias y ajenas, generará una mayor libertad en la elección, siendo así una elección sana y consciente, y no desde la sumisión o la rebeldía.
  2. Equilibrio: La búsqueda de nuestro propio equilibrio y el equilibrio en la sociedad.
  3. Valorar el cambio: Ser conscientes de que nuestra identidad es un constructo en continua evolución y permitirnos hacer los cambios que necesitemos en los diferentes momentos del ciclo vital. La libertad comienza en nosotros mismos, en concedernos la libertad de evolucionar.
  4. Salir de nuestra zona de confort. El cambio supone un esfuerzo y enfrentarnos a los miedos o incomodidades que plantea salir de lo que ya conocemos. Entender que la zona de confort en cuanto el género es actualmente un lugar poco confortable, en el que hombres y mujeres nos sentimos constreñidos por unos atributos que en muchas ocasiones no nos representan, es el primer paso para romper con el inmovilismo.

Necesitamos dejar de dejarnos llevar y asumir la responsabilidad que implica hacernos cargo de la construcción de nuestra propia identidad, y de las elecciones y rechazos que eso conlleva. Dejar de valorar lo bueno que tiene el modelo en el que estamos enmarcados en la actualidad, y valorar el progreso como algo positivo y necesario, sin dejar que el miedo y la pereza nos paralicen y fagociten en una realidad que nos daña de múltiples maneras, unas más sutiles que otras.

Nos despedimos con la reflexión de la gran responsabilidad que tenemos como sociedad que se está comenzando a movilizar, a rebelar y a plantear realidades diferentes en las que el género no sea un hándicap. Valoramos esta realidad como el inicio de un proceso en el que esperamos cada vez seamos más implicados.

 

Sara Ferro Martínez

Psicóloga y coach

Grupo Crece

Identificar y ajustar nuestra personalidad

"Somos un híbrido de biología y cultura" dice el filósofo José Antonio Marina. Nuestra manera de ser incluye una parte heredada o configurada en nuestra estructura genética y otra aprendida (incluso ya durante el vientre materno), y las interacciones entre ambas partes configuran lo que llamamos personalidad.

La personalidad que nos viene de nuestros genes o configurada antes de nacer se llama temperamento, si bien,  cada vez está más reconocido el hecho de que lo ambiental y emocional influye durante el embarazo, con lo que en ese temperamento inicial que observamos en el bebé hay ya una parte de aprendizaje.

En cualquier caso, podemos observar que desde el nacimiento, el bebé muestra ya unas tendencias básicas: apertura a lo nuevo vs. miedo a lo desconocido, impulsividad o estabilidad emocional...

El temperamento es plástico y podemos reorientarlo durante el desarrollo del individuo hacia una personalidad constructiva y sana, partiendo de la estructura básica de ese ser.

A medida que las personas vamos siendo expuestas a la interacción con nuestro ambiente físico y social y a las interacciones con nosotros mismos, a través del conjunto de nuestras diferentes experiencias vitales, vamos desarrollando nuestro carácter, la parte aprendida de nuestra personalidad.

No podemos ir en contra de nuestro temperamento.

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Conectando con nuestro temperamento (indagar en nuestro niño/a interno) podemos aprender muchas cosas de nosotros mismos que nos guíen a la hora de tomar decisiones o marcarnos objetivos.

 

¿Como podemos conocer cosas de nuestro temperamento o carácter?

¿Cómo éramos de bebés, cuáles nuestras tendencias los dos o tres primeros años de vida?

¿Hubo algún momento de nuestra vida que desarrollamos una personalidad diferente? ¿Qué experiencias vitales lo podrían explicar?

 

Pistas para reorientar nuestra personalidad hacia la potenciación de nuestras fortalezas:

Te presento algunos ejemplos de como afrontar tu personalidad en algunos casos.

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1. Si eres miedoso/a exponte a nuevos retos de manera progresiva. Sobre todo, aquellas cosas cuya evitación, te estén provocando sufrimiento o frustración. No hay qeu vencer todos los miedos sólo aquellos que nos permitirán ser más felices. aún así, no pretendas ser lo contrario de lo que eres. Tenderás a ser más prudente que osado/a pero atravesarás tus propios límites.

 

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2. Si eres obsesivo/a, te gusta controlar, dedicas un exceso de tiempo a las rumiaciones que no llevan a ninguna conclusión práctica o dedicas un exceso de tiempo a ser muy perfeccionista con lo que haces, más allá de lo razonable: busca espacios para dejarte llevar, situaciones donde los resultados no importen, controla las anticipaciones y desenchufa la mente con actividades meditativas y con mindfulness.

 

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3. Si eres impulsivo/a intenta no tomar decisiones con estados de ánimo muy altos o muy bajos. Si te enfrentas a una conversación importante prepárala mucho con antelación. Si experimentas una emoción fuerte de enfado, intenta marcharte del escenario y esperar a que e te pase un poco antes de responder o resolver.

 

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4. Si eres una persona introvertida y te encuentras mejor en las distancias cortas, piensa que esa personalidad no es negativa, sino sólo es una característica más. Puedes mejorar tus habilidades sociales e intentar no aislarte pero respeta tu condición de sentirte más a gusto en grupos pequeños o de tú a tú.

 

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Hipnosis: mitos y realidades

Cuando escuchamos la palabra hipnosis se genera en nosotros una sensación de incredulidad que nos lleva a mirarla con desconfianza e incluso con miedo. A veces, también ejerce una poderosa atracción pues se ve envuelta en un halo de misticismo y esoterismo que nos lleva a mirarla como una solución mágica para la resolución de problemas. Estas sensaciones contrapuestas han sido propiciadas por la televisión, el cine y otros medios de comunicación de masas que han generado esta visión tan distorsionada de una técnica suficientemente avalada por investigaciones científicas.


El objetivo de este artículo es desterrar falsos mitos y creencias profundamente arraigados ofreciendo argumentos realistas y comprensibles sobre el fenómeno hipnótico y así eliminar en lo posible las creencias erróneas que existen, apareciendo ante el público como una técnica posible con la que beneficiarse. 

Mitos y realidades

La mayoría de la gente tiene una visión estereotipada de la hipnosis como una poderosa forma de control mental, y la mayoría de concepciones equivocadas se basan, en mayor o menor medida, en esa noción.

Sorprende comprobar como la mayoría de estos mitos, profundamente arraigados entre la gente, también se hallan presentes en mayor o menor medida entre los propios profesionales de la salud mental.

A continuación se presentan y discuten los más significativos:

Mito nº1. El poder del hipnotizador y la pérdida de voluntad y control del sujeto hipnotizado

Se trata de uno de los mitos “estrella” y se encuentra muy relacionado con la atribución al hipnotizador de supuestos “poderes mágicos” responsables de la influencia que “ejerce” sobre el paciente.
La investigación experimental y clínica ha revelado que la hipnosis es un trabajo en equipo donde el hipnotizador dirige la experiencia porque conoce los procedimientos y técnicas, y el sujeto hipnotizado decide hasta dónde debe llegar esa experiencia. Así, la hipnosis es un proceso de comunicación entre dos protagonistas. Si existe una buena relación de comunicación entre ambos, aumenta la probabilidad de que en el sujeto CREA que el resultado será adecuado, lo que hará que el proceso hipnótico sea exitoso.
El hipnotizador no tiene ciertas aptitudes especiales, no hay nada esotérico en la realización de hipnosis. Más bien se trata de procedimientos que están basados en sugestiones para favorecer la relajación, la imaginación y la actuación de los sujetos para que estos sean más flexibles al cambio psicológico. 
Las aptitudes del hipnotizador están más relacionadas con las aptitudes de un buen profesional de la salud.
La hipnosis es una técnica que se utiliza para el incremento del autocontrol sobre las conductas problemáticas para el paciente, no para la pérdida de control. Las sugestiones realizadas por el terapeuta son recibidas sin el análisis y la crítica propias del hemisferio izquierdo cerebral, pero para ello la persona a hipnotizar debe querer entrar en hipnosis.

Mito nº 2. La persona está dormida o inconsciente durante la hipnosis

La experiencia de la hipnosis presenta determinadas similitudes a nivel físico con el sueño (menor actividad,relajación muscular, enlentecimiento de la respiración....) los cuales son utilizados como indicadores fiables del nivel de profundidad hipnótica alcanzado. Ahora bien, a nivel mental, existe cierto consenso en afirmar que se está relajado pero alerta, siempre está presente un cierto nivel de consciencia de actividad, incluso en los estados más profundos de la hipnosis.
Los indicadores fisiológicos de la hipnosis ( tasa cardíaca, respiración, presión sanguínea, etc.) tienen mucho que ver con los indicadores fisiológicos de cualquier otra técnica de relajación.

Mito nº 3. Las personas hipnotizadas tienen una mente débil

El estado hipnótico es un estado natural en el que entra prácticamente todo el mundo incluso varias veces al día. Un ejemplo de ello es cuando estamos absortos en una lectura, cuando miramos un fuego encendido, el mar... en estos momentos nos hayamos en un estado de tal atención y concentración que incluso podemos dejar de atender a estímulos externos... El estado hipnótico es igual pero amplificado. 
La capacidad para ser hipnotizado no se correlaciona de manera fiable con rasgos de personalidad específicos. Esta creencia errónea se basa en la imagen del hipnotizador todopoderoso, y se basa en el supuesto de que para que éste controle a alguien, la persona debe tener poca o ninguna voluntad propia.


Mito nº4 . Los riesgos de la hipnosis


Esta idea fomenta, de manera intensa, el miedo de la gente. De hecho existe una base legítima para preocuparse por el uso de la hipnosis, pero la preocupación no debería ser respecto a que la experiencia haga daño a nadie, sino respecto a quien practica la hipnosis y cómo lo hace.
La hipnosis en sí misma no es perjudicial, pero un profesional incompetente o poco ético puede hacer daño mediante una ignorancia absoluta de la complejidad de la mente de la persona o mediante una falta de respeto por la integridad del ser humano.

 

 

Mito nº5. La generación de dependencia paciente-terapeuta

La hipnosis, debidamente entendida y aplicada, no debería generar mayor dependencia de la producida por la aplicación de otras técnicas terapéuticas como la realización de tareas entre sesiones, la aplicación de un test o el desarrollo de una desensibilización sistemática clásica.

El aprendizaje de la auto-hipnosis por parte del paciente constituye un ejemplo perfecto de cómo la hipnosis puede ser utilizada para generar mayores recursos en el propio paciente, y donde el protagonista principal es el mismo paciente,responsable en última instancia de su propio cambio,estimulando de esta forma su autonomía personal respecto a su terapeuta y al proceso terapéutico.

Mito nº 6. La gente puede quedar atrapada en un estado de hipnosis y no puede salir de él cuando quiera. 

La experiencia clínica con numerosos pacientes inducidos a hipnosis indica lo contrario. Así, cualquier terapeuta con cierta experiencia en hipnosis podrá constatar que: 
1. Ningún sujeto puede ser hipnotizado si no desea realmente hacerlo; 
2. De la misma forma que un sujeto “decide” ser inducido a hipnosis, puede “decidir” terminar el proceso cuando lo desee, aunque generalmente espera que sea el terapeuta quien se lo indique. 
3. El sujeto puede ser remiso o negarse a decir o hacer algo que el terapeuta le pida durante el transcurso de la sesión hipnótica.
4. El sujeto hipnotizado puede fabular o incluso mentir durante la hipnosis.
5. El sujeto puede experimentar unas sesiones de hipnosis mejores que otras, ello no depende tanto de las habilidades del terapeuta sino de aspectos motivacionales, estado de ánimo, nivel de fatiga, del propio paciente.

 

Mito nº 7. La hipnosis es una terapia

La hipnosis NO es una terapia. Más bien es una herramienta terapéutica que se puede utilizar en una variedad casi infinita de formas, que se emplean conjuntamente con otras estrategias psicológicas y no se alinea con ninguna orientación teórica o práctica.Mito nº 8. El poder ilimitado de la hipnosis
La hipnosis clínica es una herramienta más de intervención,no la única o la más importante,al servicio del profesional con la formación adecuada y con un potencial terapéutico relevante en determinadas trastornos emocionales y psicosomáticos,con una eficacia comparable al de otras estrategias terapéuticas ampliamente aceptadas y utilizadas. Además requiere esfuerzo y colaboración activa por parte del paciente, no es una técnica tan cómoda como pudiera parecernos, aunque es cierto que los resultados puedan ser muy rápidos.

En resumen:

La hipnosis es un estado voluntario y confortable, con diferentes grados de profundidad, caracterizado por una reducción de la actividad periférica, en el que se mantiene una concentración especial, con una suspensión VOLUNTARIA de la capacidad analítico lógica propia del hemisferio izquierdo cerebral.

Si en algún momento os decidís a hacer uso de la hipnosis debéis saber que la Psicología y la Medicina son las dos titulaciones que se exigen para la práctica de la hipnosis clínica, por lo que debéis tener cuidado con hipnoterapeutas legos que ofrezcan servicios que vayan de la mano de los mitos antes citados.

Raquel Ibáñez Ortego

Psicoterapeuta

Grupo Crece

Expresarse para subir la autoestima y ganar en autoconfianza

La expresión es muy importante a la hora de definir nuestro autoconcepto. Tener libertad para expresarnos en público, mostrarnos ante los demás tal y como somos, soltar los lastres de la excesiva timidez y mostrar nuestro cuerpo, nuestro rostro, nuestra voz y nuestras palabras nos abren la puerta a desarrollar un autoconcepto más definido, más complejo y completo y ganar en seguridad personal y autoconfianza.

Algunos signos de que necesitaríamos un empujoncito en este sentido son:

  • Dificultades de ser el centro de atención, por ejemplo en una situación de hablar en público o de dar mi opinión.

  • Tendencia a hablar bajo, a no soltar toda la potencia de voz que tenemos o podemos llegar a tener.

  • Tendencia a ocultarse detrás de la palabra, restringirse en la expresividad corporal.

  • Tendencia a expresarse en lo verbal en un plano más abstracto e impersonal.

  • Tendencia a contener nuestro lado espontáneo o nuestro lado más desinhibido o no haberlo descubierto aún.

En los seres humanos antes del desarrollo completo de lo lingüístico se produce una explosión en el desarrollo psicomotor, que nos permite controlar nuestro cuerpo. Obtener el control de nuestro cuerpo es fundamental a la hora de desarrollar más autoestima. Poco a poco ese desarrollo de la palabra unido al desarrollo del cuerpo nos ayudan a conocernos y a mostrar lo que somos a los demás, y esa integración nos aporta una seguridad en nosotros mismos más compleja y completa.

En los niños pequeños es importante potenciar la expresividad a través de todos estos canales: cuerpo, gesto, voz y palabra para sentar unas buenas bases. Siempre adaptándose al niño, si al niño no le gustan los deportes como el fútbol, puede que le guste bailar o las artes marciales, si hay oportunidad de permitirle expresarse sin avergonzarle o corregirle debemos aprovecharlo.

De adultos hay muchas cosas que podemos hacer para potenciar nuestra capacidad expresiva y mostrarnos genuinos en nuestros gestos. actividades artísticas como bailar, cantar, hacer teatro... o actividades más guiadas y orientadas a nuestras dificultades concretas pueden ser de gran ayuda.

 

Raquel López Vergara

Psicóloga y facilitadora de grupos de danzaterapia

Grupo Crece

 

Pensamientos que hacen daño. Parte III: Hoy... Magnificando lo negativo y minimizando lo positivo

En los anteriores artículos sobre pensamientos comentábamos varios tipos de de distorsiones en nuestra mente que pueden minar nuestra autoestima e influir en el estado de ánimo. Hablábamos de los extremos de pensamiento (todo o nada) que nos conducían a vivir nuestras experiencias en polos extremos, sin vislumbrar términos medios y por tanto condenando a nuestra mente a una rigidez mental que nos dañaba y posteriormente también vimos como otros pensamientos distorsionados eran los adivinos del pensamiento y las predicciones catastróficas (cuando creemos adivinar lo que va a suceder como si fuésemos hechiceros o pensamos que somos capaces de leer la mente de los demás).

Hoy hablaremos de un tercer tipo de pensamientos muy usuales cuando nuestro ánimo está muy decaído, hemos tenido un mal día o pasamos por una mala racha. Las magnificaciones y minimizaciones.


Si bien es cierto que todos los pensamientos anteriores al final pueden coincidir y parecerse en muchos aspectos, lo que diferencia a las magnificaciones y minimizaciones del resto de pensamientos es lo siguiente: todos los acontecimientos positivos de nuestro día, nuestra percepción de éxitos futuros, el reconocimiento de logros o méritos propios... los acabamos percibiendo con un foco muy pequeño, como si se tratase de una linterna del tamaño de un llavero, y entonces, emitimos frases del tipo "no es para tanto", "he tenido suerte", "cuando pase la próxima vez seguro que no lo hago tan bien", "no he tenido tanto mérito", "era demasiado fácil", "he tenido días mejores", "podría haber sido peor"...

Todos estos ejemplos indican lo que los psicólogos denominamos "locus de control externo para el éxito" que no es más que explicar que las personas atribuyen sus éxitos a factores externos ajenos a ellos mismos. En este caso, estaríamos minimizando lo positivo sin ser justos con nosotros mismos, valorando todo lo que nos acontece de una forma poco objetiva.


Sin embargo, y lamentablemente, en ocasiones, nos comportamos justamente al contrario con todos nuestros pensamientos, sucesos, anticipaciones futuras o recuerdos negativos. En este caso, nuestro "locus de control" que hablábamos anteriormente pasa a ser interno. Las mismas situaciones de éxito que atribuíamos anteriormente a la suerte o factores externos, ahora que son de fracaso, las atribuimos a nuestra valía personal y herimos nuestra autoestima de una forma completamente injusta. Además de ello cambiamos la pequeña linternita de llavero por un enorme foco luminoso que nos muestra todo lo negativo y lo hace más grande y visible. Esta es la magnificación del fracaso de la que hablábamos. Ejemplos de este tipo serían los típicos "el fracaso se ha debido a mi incapacidad", "todo el día de hoy ha sido un verdadero desastre", "no he hecho nada bien", "en el futuro seguiré siendo el mismo inútil porque soy incapaz de aprender"...


¿Qué podemos hacer para que no puedan con nosotros?

A continuación vamos a ver algunas estrategias o soluciones que podemos poner:

1) Como en los otros ejemplos, la detección de los pensamientos a modo de alarma mental sigue siendo importantísima. Esa pequeña sirena mental que nos diga PIIIII PIIIIIII PIIIIIIIIIIII ESTÁS MACHACÁNDOTE EN EXCESO Y HAY COSAS QUE NO PUEDES CONTROLAR, ¡¡NO SEAS TAN CRUEL!! y también sea capaz de indicar PIIIIIIIII PIIIIIIII PIIIIIIIIIIIIII LO QUE HAS HECHO HA TENIDO MÉRITO Y TAMBIEN ES FRUTO DE TU TRABAJO, EXPERIENCIA Y CUALIDADES ÚNICAS, ¡¡¡ RECONÓCETELO CABEZOTA!!!.

2) Introducir pensamientos positivos a modo de autoinstrucciones es una gran ayuda a la hora de vencer pensamientos de este tipo y en general de todas las distorsiones. Algunos ejemplos pueden ser los siguientes:

- A veces puedo equivocarme, pero soy una persona valiosa y lo he demostrado otras veces.

- La suerte influye en mis éxitos, pero también cuando pintan malas.

- Es lógico que me sienta triste o con rabia, decepcionado o apenado por las cosas que vienen sucediendo, aún así esto también es así porque me estoy focalizando mucho en ello y no estoy observando las cosas buenas que también han sucedido.

No obstante, el mejor ejemplo y la mejor autoinstrucción es la que la propia persona es capaz de generarse con sus propias palabras, pues tiene una cualidad extra de veracidad y autenticidad. No lo dudéis.

3) Además de ser muy importante para magnificaciones o minimizaciones, lo es para pensamientos polarizados. Hablamos de una escala de autenticidad. A través de ella podemos calibrar de una forma más justa lo positivo y lo negativo hacia nosotros y la mala suerte. Un ejemplo sería el siguiente:

- Dices que hoy en tu trabajo/ con tu hijo... has sido un absoluto desastre... ¿de 0 a 10, cuanto crees que ha sido culpa tuya y cuanto crees que lo ha sido por causas ajenas a ti?. Justifícamelo.

- ¿Cuántas cosas más además de tu inutilidad explican lo que ha sucedido hoy? ¿De verdad es todo achacable a poca capacidad por tu parte?.

- Dices que todo ha sido horrible y desagradable hoy y que en el futuro seguirá siendo así. ¿Podrías indicar de 0 a 10 lo horrible que fueron cada una de las cosas que sucedieron?, ¿has podido encontrar cosas buenas?, ¿cuán positivas fueron?

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