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8 Claves para aprender a expresar calidez y cercanía con el cuerpo

Con mucha frecuencia se nos plantean demandas de habilidades para gestionar y manejar situaciones como ser más cercano a mi grupo de compañeros de trabajo o transmitir contundencia para ganarme el respeto de un equipo al que estoy dirigiendo. Casi siempre las demandas son algo así como: ¿qué digo?, ¿cómo abordo la conversación?, ¿está bien utilizar estas palabras o son muy agresivas?...

Sin embargo, pocos o pocas se paran a pensar en la posición de su cuerpo, en el uso de sus manos, su postura o el tono de su voz... quiero decir... infravaloramos en gran medida la importancia de los aspectos no verbales o paraverbales.

Y eso que, curiosamente los datos contradicen esta forma de actuar, ya que la comunicación no verbal o para verbal supone más del 80% de la información transmitida, repartido de la siguiente forma:

  • 7% verbal (palabras)
  • 38% vocal (volumen voz, ritmo, etc.)
  • 55% movimientos corporales

Y ya que hemos aclarado lo importante que resulta, vamos a daros unos consejos claves para transmitir calidez ocercanía.

Queremos transmitir cercanía a cierto grupo de personas, que sepan que somos accesibles y disminuir la probabilidad de generar rechazo. Lo realizaremos cuando nos interese que nos perciban como compañeros, jefes o personas a quien pueden recurrir.

Las claves serían las siguientes:

1. Sonrisa más mirada.

Miraremos a las personas de forma directa con una leve sonrisa. De este modo favoreceremos el acercamiento y disminuiremos la tensión al comienzo.

2. Mirar a menudo pero no intimidar.

Trataremos de evitar miradas fijas o hacia arriba, las cuales generan un efecto intimidatorio.

3. Gestos acordes con la emoción que expresa el otro.

Nuestros gestos, tanto corporales como faciales, tendrán que ser empáticos (como ya hemos visto en otros artículos sobre la empatía), tratando de ser un reflejo del estado emocional de quienes interaccionen con nosotros. Gracias a esto se fortalecerá la conexión con nuestro interlocutor y la comunicación será más fluida.

Por ejemplo: cuando nuestro compañero o miembro de nuestro equipo de trabajo acudan con angustia, realizaremos un reflejo empático de calma, si viene triste o apagado tendremos un reflejo compasivo, o si viene alegre, adaptaremos esta alegría a nuestro gesto.

4. Gestos asimétricos.

Evitar gestos simétricos o rígidos que transmiten más distancia y contundencia. Al acercarnos para una escucha activa podemos encorvar un poco la postura, ladear la cabeza al escuchar cuando asentimos y evitar estar de brazos cruzados. Estos gestos son sinónimo de apertura.

5. Contacto físico adaptado a la situación.

Si la situación lo requiere podemos utilizar el contacto físico en función de la situación (siempre asegurándonos antes de que nuestro interlocutor reacciona positivamente a ello). Algunos ejemplos podrían ser la palmada en el hombro para felicitar por un buen trabajo, o una mano sobre la rodilla o la espalda para animar si se muestra tristeza.

6. Inflexiones y juego vocal adaptado al interlocutor pero cálidos.

Permitiremos que nuestra voz disponga de inflexiones según la emoción.

7. Coherencia entre lo verbal y lo no verbal.

Clave para transmitir sinceridad, ya que si estos dos sistemas son incongruentes, es un claro indicador de engaño, mentira u ocultamiento.

8. No exagerar los gestos a nivel no verbal.

Transmitir con la mayor naturalidad posible, sin que se nos note forzados o artificiales (se soluciona con la práctica).

Alberto López Viñau

Psicólogo experto en Comunicación

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