Las cosas del comer

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Vivimos en un mundo complejo, pero si hay algo complejo en este mundo es nuestra relación con la alimentación. Miremos nuestro gran espejo público, sí , la TV. ¿qué vemos?: una sociedad que por un lado difunde un exigente cánon de belleza, que impone mantenerse joven, extremadamente joven y delgado/a durante la mayor parte de nuestras vidas, un cuerpo que exigiría interminables horas de gymnasio,  una dieta espartana y un preciso balance de nutrientes. Sin embargo, pasamos una gran parte de nuestro tiempo ocupados en un ocio sedentario, vinculado a toda forma de pantallas (TV, consolas, ordenador, móvil), que condicionan hasta la más genuinamente humano: la comunicación entre nosotros. Por otro lado, si un extraterrrestre observara nuestras emisiones de radio y TV creería que la famosa pirámide de la alimentación consistiría justamente en la inversa de la que recomiendan los médicos. Creería que los humanos básicamente nos alimentamos de dulces, chocolates, pizzas, hamburguesas y snacks, y que la fruta o la verdura tan sólo la comeríamos "ocasionalmente". La mayor parte de las conversaciones sobre comida, versan sobre dietas milagrosas, que conllevan esfuerzos puntuales, restrictivos, exigentes y desgraciadamente, con resultados inútiles o fugaces. Si la dieta es nueva, distinta o exótica, el furor estará asegurado. Poca gente se preocupa por si la dieta es segura, saludable o sus objetivos de pérdida de peso razonables, cuánto más veloces y contundentes mejor.

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Por último, mientras que cada vez hay más y más minutos de gastronomía en los programas de TV y radio, y los cocineros son estrellas mediáticas; el común de los mortales, cada vez improvisa más en su forma de comer, le cuesta planificar sus compras, utilizar alimentos de temporada y cocina menos por falta de tiempo. De forma paralela, las líneas de alimentos  manufacturados y listos de un calentón en el microondas, inundan los supermercados...

¿Cuál es el resultado?, que la comida se convierte en un problema, bien por exceso o por defecto, o como es más frecuente, por una extraña mezcla de ambas. Convertimos una conducta básica para la supervivencia, y en principio placentera, en un extraño entramado de emociones contradictorias (atracción incontenible, placer compulsivo, culpa, alivio de otras emociones negativas), modas, idealizaciones de uno mismo y expectativas de éxito social desmesuradas.

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Es necesario un cambio, un cambio que nos reconcilie con el placer del acto de comer, con nuestro propio cuerpo, nuestras emociones y con nuestro legítimo deseo de agradar a los demás... pero a un precio razonable ¿y usted?, ¿usted qué opina?.

Pedro A. C.

Psicólogo

 

Pierdo mi casa, una perspectiva psicológica

“El hogar debe ser el refugio sagrado de la vida”

John Dryden

Son terribles las noticas de desahucios, a todos nos tocan la fibra.

Es terrible y doloroso ver como en mi calle, cuando hace poco esto no pasaba, veo personas rebuscando en la basura, personas, jóvenes y mayores, que no aparentan ser vagabundos habituales ¿Serán también personas que han perdido su hogar?

Según la Wikipedia hogar es “el lugar donde un individuo o grupo habita, creando en ellos sensación de seguridad o calma. La palabra hogar proviene del lugar en el que se reunía, en el pasado, la familia a encender el fuego para calentarse o alimentarse.”

Deriva del latín focus (lugar en la casa donde se prepara el fuego) y después se ha extendido para referirse a la propia casa o vivienda.

Tiene raíz indoeuropea (Bha que significa brillar), y está emparentado con el griego (fotós que significa luz).

El hogar como lugar de luz, de brillo, de calma, de alimento, de reunión, de calor, de seguridad.

El ser humano es un individuo asociativo, y todo el significado que tiene una vivienda se acompaña de todos estos símbolos que el lenguaje a lo largo de los siglos va construyendo y enriqueciendo.

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Todos estos significados apelan a motivaciones y necesidades humanas básicas que se ven truncadas tras un desahucio o el miedo a sufrirlo.

Una de las motivaciones más básicas en el ser humanos es la de sentirse seguro. Esta seguridad tiene varias ramificaciones, seguridad  frente a la satisfacción de necesidades básicas de afecto, alimento y cobijo.

La intemperie es fuente de peligros y dificulta nuestras posibilidades de superviviencia en condiciones extremas de temperatura y los seres humanos siempre nos hemos cobijado, primero en cuevas u oquedades, después construyendo cabañas, chozas y viviendas de la más diversa índole hasta las sofisticadas construcciones de la actualidad.

Perder el hogar es carecer de esa seguridad y calma y situarnos en una situación de indefensión y vulnerabilidad.

Un hogar, es un lugar confortable, en que mantenemos una temperatura adecuada para sentirnos cómodos y no enfermar, donde desarrollamos nuestros apegos, guardamos recuerdos, cuidamos a nuestros familiares más vulnerables…

Perder el hogar es perderse también a sí mismo. Nuestra identidad, otra motivación básica, también, se configura en cómo hemos organizado y construido nuestro hogar, y si lo perdemos todo, esta identidad se desconfigura, se desmiembra.

Perder el hogar supone enfrentarse a no poder cuidar a nuestros seres queridos, no poder ofrecerles la protección que necesitan. Nos supone perder ese instinto básico de cuidar y proteger. De repente, esas personas pueden haber perdido parte de su sentido o su utilidad psicológica.

Perder el hogar, por lo tanto, sitúa a las personas en una situación donde indefensos, desarraigados, con imposibilidad de proteger a los suyos se debe salir adelante. Difícil, ¿verdad?

De forma vicaria, estas situaciones nos angustian a todos, aunque no hayamos perdido nuestra casa.

Supone un gran impulso, para estas personas que han perdido su casa o puedan perderla, el apoyo del grupo.

Las asambleas y asociaciones de barrio que se están movilizando para detener desahucios no sólo están mostrando con su labor,  una resistencia, una presión social que pueda tener eco en los políticos para ofrecer soluciones más justas, sino que están ofreciendo un sostén psicológico para este grupo de personas que se encuentran tan desamparadas.

Raquel López Vergara

Psicóloga, psicoterapeuta y coach

Grupo Crece

Viaje en el tiempo al orígen de las Navidades

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Os proponemos para las próximas fiestas, un plan que ninguna agencia de viajes podría, por ahora, ofreceros: subir a la máquina del tiempo, en vez de a un avión, y viajar a Roma, no a la actual, sino a la Roma que era el centro del mundo, en la época del apogeo imperial y de la aparición incipiente de una nueva religión: el cristianismo. Probablemente “Aterrizariamos” no en el actual aeropuerto de Fiumicino, sino en alguna de las calzadas del exterior de las murallas, y poco a poco, entraríamos en medio de un denso tráfico de comerciantes en una ciudad sorprendentemente moderna, estimulante, exótica, misteriosa, cruel y peligrosa a la vez. Por si fuera poco, el ambiente es extraordinario, no el habitual, llegamos en época de fiestas…

LAS SATURNALES

Las Saturnales estaban consagradas al dios Saturno y se celebraban del 17 al 23 de diciembre en honor a Saturno. En sus más remotos orígenes, las Saturnales celebraban la finalización de los trabajos del campo, una vez concluida la siembra efectuada durante el invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano.

El día oficial de la consagración del templo de Saturno en el Foro romano era propiamente el 17 de diciembre, pero la festividad era tan apreciada por el pueblo que de forma no oficial se festejaba también a lo largo de los seis días posteriores, hasta el 23 de diciembre. Las fiestas comenzaban con un sacrificio en el templo de Saturno, que en la Roma primitiva tuvo tanta importancia como Júpiter. Después del sacrificio, seguía un banquete público, al que todo el mundo estaba invitado al grito multitudinario de “¡Io, Saturnalia!”.

Eran días de bulliciosas diversiones, banquetes e intercambio de regalos. En ellos, se decoraban las casas con plantas y se encendían velas por el fin del período más oscuro del año. Los romanos intercambiaban regalos (en un principio, recordando a antiguos rituales, velas, saquitos de nueces o figurillas de barro) y visitaban a amigos y familiares. Estas fiestas estaban dirigidas por un sacerdote.

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La fiesta tenía también su ironía: nadie estaba a salvo de convertirse en víctima de algún regalo bromista. En las fiestas, se jugaba al mundo al revés y se caricaturizaban leyes y cargos públicos, se suspendía la actividad del Senado, de la escuela y los tribunales de Justicia. Por si fuera poco, se aplazaba la ejecución de los condenados a muerte, y se relajaba la ley, severísima, contra los juegos de azar, y los romanos veían crecer o mermar su patrimonio en el juego de los dados, las tabas y la lotería.

Sin embargo, la expresión popular que más sorprende de estas fiestas era el intercambio de papeles que existía entre los esclavos y sus amos. Era habitual que los señores de la casa sirvieran la mesa a sus súbditos que tenían, además, la licencia de emborracharse e, incluso, de injuriar a sus amos como si de siervos se tratase. Asimismo, todos los esclavos recibían de sus propietarios una generosa paga extra en forma de moneda o vino.

Las Saturnales terminaban el 23 de diciembre, pero en el año 274 d.c. el emperador Aureliano, introdujo el culto del Sol Invictus (25 de diciembre), procedente de Siria en el que se celebraba también el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo periodo de luz, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio, que constituye el solsticio de invierno. Sobre el astro reconocieron casi todas las religiones imperantes en el Imperio a su suprema divinidad, sobre todo los crecientes adoradores de Mitra. El conglomerado de dioses, propios y adoptados que se idolatraban en Roma terminaría por reducirse solo al del Sol. Sin embargo, este tipo de monoteísmo devocional, cuyo culto había sido precedido por las fiestas en honor de Saturno, facilitó el camino al desarrollo del Cristianismo al establecerse la fecha de nacimiento de Jesucristo en ese día.

Las Saturnales tuvieron tal arraigo en la sociedad romana que el cristianismo tuvo muchos problemas para acabar con las celebraciones, y en parte lo consiguió cuando cobró mayor importancia la celebración de la Navidad.

Una vez que el cristianismo se impuso en el Imperio Romano, el nacimiento del Sol y su nuevo período de luz fueron sustituidos por la celebración del nacimiento de Jesucristo. Gradualmente las costumbres paganas pasaron al Día de Año Nuevo, siendo asimiladas finalmente por la fiesta cristiana, que consiguió establecer unas fiestas prolongadas en las que, como los romanos de antaño, los cristianos actuales se desviven en compartir la alegría, aumentar su patrimonio y cumplir con los regalos al mismo tiempo que se entregan sin recato alguno a fastuosas mesas.

FIN DEL VIAJE

Espero que os haya gustado. Ahora sólo queríamos proponeros una reflexión: si hubiéramos tenido la enorme suerte de enrolarnos en este viaje, que por ahora, sólo nos propone la Historia, seguramente volveríamos con una mente mucho más flexible sobre lo que ocurrirá en las próximas semanas en todo el mundo, volveríamos de nuevo a una vida más convencional, previsible, y sin duda, a una época con un mayor exigencia moral…, pero…¿volveríamos?

Pedro A. C.

Psicólogo

 

WhatsApp & Terapia: ¿Compatibles?

Si, siempre y cuando el WhatsApp  sirva como elemento o herramienta que complementa el contacto, trabajo y desarrollo personal. No es a través del WhatsApp que se hace la terapia ni la toma de conciencia, sino que es un puente, que al complementarse con otras técnicas, facilita y permite conectar con la información y trasladarla desde el mundo interior al exterior y viceversa, tomando conciencia de las consecuencias y reacciones (causa-efecto) de “lo que he dicho o hecho”. En inglés, what’s up, significa ¿qué pasa?, y es un modo de saber cómo está el otro, de saludarle. Es un intento por entrar en el mundo del otro y es por esta razón que se pude comprender que dicha aplicación de móvil hace un juego de palabras con esta pregunta.

En las sesiones terapéuticas el WhatsApp puede ayudar a contactar y prestar apoyo en el proceso de crecimiento personal de los individuos, tanto niños y adolescentes como adultos, desde una ruta creativa.

Hoy en día es tan potente la fuerza y la influencia de las nuevas tecnologías, que nos invitan y guían continuamente a hacer todo rápido, desde el impulso, mirando hacia el mundo externo más que hacia nuestro interior. Considero que es importante para una buena salud psico-emocional y crecimiento personal del ser humano, el reconocimiento de las emociones, y para lograr estos puntos, siento que la misión del terapeuta es innovar, e integrar nuevas alternativas con conocimientos anteriores, para facilitar que esa persona pueda crear una visión global y contacto genuino con su universo interior, ya que cada persona es un mundo.

Es por ello que creo que para momentos específicos, el uso del WhatsApp en un contexto terapéutico en el cual  se utiliza sin reemplazar al contacto personal, y directo, cara a cara, puede ser una vía o trampolín para ayudar al otro, tanto para salir al exterior sin esconderse tras el teclado, como para establecer y mantener una comunicación más sana. Todo ello guiado por el terapeuta.

Para niños, adultos y especialmente adolescentes esto les es muy útil. Utilizan esta tecnología para relacionarse entre ellos sin necesidad de esfuerzo alguno, sólo dan a una tecla y el emoticono se encarga de expresar de manera sintetizada lo que ellos desean expresar: su posible pensar y desear.

En las sesiones psicológicas con adolescentes, me encuentro generalmente con jóvenes que tienen un gran potencial para desarrollarse, pero que a  día de hoy presentan dificultades para poder identificar y expresar lo que sienten ….. incluso hay niños y jóvenes que llegan las sesiones y son incapaces de mantener un contacto visual, o simplemente no pueden quitar la vista del suelo. Frente a esta situación he utilizado diversas técnicas y he incorporado a modo de puente el WhatsApp,  que increíblemente nos ha ayudado, desde ahí, desde la palabra escrita, desde  las teclas, a establecer una forma de comunicación más directa y sincera, que complementado con otras técnicas, ayudan a esa personita a salir del escondite, descubriendo estrategias propias y necesarias para establecer contacto social, contacto directo con el otro, y para mantenerlo.

¿Para qué sirve con esta generación de niños y jóvenes, que tienden a caracterizarse por contactos breves, desde la impulsividad y atención poco mantenida?:

  • Desde el terapeuta, puede ser considerado como una forma creativa para expresar respeto y aceptación por su forma de posicionarse en el mundo, además de mostrar un interés genuino por querer comunicarse con ellos, con sus herramientas y en su terreno digital, multimedia o cibernético.
  • En sesión, para apoyar y promover el establecimiento del vínculo entre terapeuta y usuario, ya que tienden a ser niños y jóvenes que actúan sintiendo una fuerza flojita para establecer y mantener contacto visual directo, contacto con el otro…se le ayuda a pasar desde esta etapa de manera gradual al cara a cara.
  • El terapeuta debe ser consciente de a quién de entre sus pacientes permite utilizar el WhatsApp fuera de sesiones. Idealmente a uno que respete límites, que esté en un proceso de autocontención que le permita elegir, priorizar e identificar momentos de real necesidad, y que no vaya a sobre explotar el uso de esta herramienta. Además, aprenden a respetar el espacio del otro empatizando: “ hoy es domingo, hoy no trabaja, no es urgente, puedo esperar al lunes”. Aprenden a esperar, a identificar la gravedad de las situaciones y elijen cuándo pedir ayuda, lo que les promueve a la creación interna de estrategias de afrontamiento de situaciones que viven como complejas, y a la vez establecen un baremo de “qué tanto puedo o no sujetarme por mi mismo”, lo cual les va permitiendo, de manera gradual, reflejar cómo van evolucionando en su crecimiento, contención y madurez emocional, como por ejemplo con aquellosque están en proceso de enfrentar sus bloqueos.
  • Si están muy bloqueados puedo utilizar como puente los emoticones, acompañando a que verbalicen lo que quieren expresar por esta herramienta, colocándoles un tono de voz que corresponda y adecuando también la gesticulación facial y corporal de acuerdo a esa emoción expresada.
  • Se trabaja la empatía y el hacerse cargo y responsable de lo que cada uno dice, ya que, es muy fácil enviar un mensaje de texto “olvidando” que hay otro que lo recibe, puesto que no le vemos la cara, podemos “hacer cómo que no pasa nada”. Sin embargo, si aprovechamos en sesión el envío de mensajes por WhatsApp y complementamos esto con que el sujeto que lo envía vea los efectos en directo que ha provocado en el otro (en este caso el terapeuta), contacta de manera conciente en los efectos emocionales, conductuales que ocasionan sus decisiones en un entorno seguro, aprende a resolverlas y a desarrollar nuevas estrategias de enfrentamiento que podrá utilizar en su vida diaria. Lo que le lleva a pensar en las consecuencias de “sus palabras”, en lo que está comunicando y a autorregular sus impulsos.
  • Aprenden a prestar atención al otro y mantenerla unos minutos más ir expresando por texto información de la realidad y el poder contrastarla de manera inmediata, mirando, les hace tomar conciencia del presente, de tocar suelo en el aquí y ahora, en donde están en estos momentos, por ejemplo en caso de ser muy evasivos y dispersos, se les puede traer a sesión con un mensaje de WhatsApp que diga, por ejemplo: “¿te gustan mis zapatos?”, para poder responder, necesita mirar, salir del teclado, escribir la respuesta, volver a salir del teclado y finalmente mirar al otro para tomar conciencia del efecto que provocan sus palabras.

Grupo Crece

Peleas de hermanos

¿Son normales? ¿cómo actuar? ¿se pueden evitar?

peleas hermanos

Si hay algo que preocupa y agobia a los padres son las peleas entre sus hijos. Lo primero que se preguntan es si es normal, sobre todo cuando no conocen la experiencia de otros padres. Os interesa saber cuándo se salen de la normalidad, cómo actuar y si se pueden prevenir. Por Carmen Bayón para masquepadres, con el asesoramiento de la psicóloga infanto-juvenil de Grupo Crece.

Para tranquilidad de los padres, hay que decir que las peleas entre hermanos durante la infancia son algo normal e incluso necesarias para el desarrollo de los niños (siempre que no haya daño físico o su frecuencia sea cotidiana y descontrolada).

“Las peleas entre hermanos en la etapa infantil se consideran normales, necesarias y esenciales, ya que son parte del proceso y desarrollo evolutivo normal de los niños”, explica Claudia, psicóloga infanto-juvenil en Grupo CRECE, Madrid.

Aprenden a lidiar con rivalidad, a compartir a los padres y no tener siempre la atención exclusiva de ellos, a esperar turnos, emociones nuevas (celos, envidia, soledad), a manejar la competitividad y a fortalecer la autoestima, para así contar con las herramientas básicas que les ayuden a enfrentarse de adultos a situaciones de mayor complejidad.

Por qué se pelean

Las peleas suelen ser más frecuentes entre hermanos del mismo sexo: “Inicialmente buscan diferenciarse entre sí, conocerse, sopesar capacidades y recursos. Ensayan estrategias para darse a escuchar y ser vistos. Los motivos de los pleitos varían dependiendo si son chicas o chicos”, explica la psicóloga. Entre las chicas las peleas suelen ocurrir porque una le coge la ropa de la otra, si es más bonito el vestido de una de ellas, los maquillajes, accesorios, etc. En cambio, en los chicos serán las orientadas a: quien lanzó más lejos el balón, o corre más rápido, quien tiene más amigos… Hay peleas comunes, tanto para chicas como para chicos: turno para usar la Wii, la PSP, o la play, o el pedazo más grande de chocolate. Las peleas entre hermanos aumentan cuando hay menos diferencia de edad, por el hecho de “defender mi territorio”, sin embargo, a medida que van creciendo, éstas van siendo menos frecuentes y aisladas en el tiempo. Las peleas son más frecuentes en ambientes familiares donde hay escaso establecimiento de límites y normas, ausencia de negociación, cansancio de los padres, o donde se busca responsabilizar a otros agentes educativos (canguros, familiares…) de los niños. También si el estilo de educación y la relación en familia está basada en la devaluación, imposición, agresividad, ausencia de empatía y poca escucha activa; si existe ansiedad, situaciones estresantes (traslados por trabajo, cambios de casa y colegios, fallecimientos de un familiar, problemas de pareja, problemas académicos, separaciones), o excesivas comparaciones y preferencias de la familia o padres por un hijo más que por el otro.

Cuándo no son normales las peleas

No se considera normal que no haya peleas entre hermanos, “su ausencia podría deberse a una escasa valoración de la relación fraterna”, explica la psicóloga. También cuando las peleas son diarias y a los padres les resulta difícil su manejo y control, es decir, pasa a ser cotidiano, descontrolado, generando sentimientos de frustración y estrés en la familia. “Si a esto se añade que los niños no muestren signos de arrepentimiento, culpa,  tristeza o existen manifestaciones explicitas de disfrute y goce frente al dolor y daño provocado al hermano, estamos frente a una relación de maltrato que está generando a su vez un agravamiento y pérdida de una dinámica sana que promueve el desarrollo, crecimiento y respeto entre los niños”, advierte la psicóloga Claudia Quiroz Chavarría. Para evitar que las peleas sean intensas o agresivas, “es recomendable dar un espacio para que los niños sepan que se pueden pelear pero en un encuadre establecido por los padres, es decir, donde se enseñe al niño un espacio para que aprenda a negociar, verbalizar sus deseos y sentimientos, respetar turnos, y evitar dar  golpes al otro”, aconseja la psicóloga. Para lograr esto es importante que el adulto mantenga una actitud atenta, cuidadora y protectora, brindando un entorno de contención y seguridad. “Hay veces que los niños pelean por aburrimiento, en esta caso se sugiere promover juegos participativos y relaciones pacificas entre ellos, supervisar el tipo de juegos (play, PSP, Wii) y las películas adecuadas a su edad”, indica la especialista.

Cómo deben actuar los padres

– Escuchar y negociar. Es importante que los padres se mantenga unidos para actuar frente a las peleas. Deben escuchar cada versión de los niños, manteniendo una postura comprensiva, neutral, paciente y tolerante, guiando a los hijos para que ellos resuelvan el problema a través del encuentro y la negociación, en un entorno exento de gritos, golpes, etc. – Poner límites. Si la pelea sube de tono e intensidad, es importante asumir un rol más mediador, estableciendo límites y consecuencias si ellos deciden traspasar esos límites; luego separarlos en espacios físicos diferentes (cada uno en una habitación) y dejarlos allí durante unos minutos para que identifiquen que las agresiones físicas o verbales no son toleradas por los padres. Finalmente es bueno hablar de manera individual con cada uno. – Dar ejemplo. Los niños aprenden por imitación, por eso es importante que llegéis a acuerdos en la pareja. “Si lográis llevar a cabo lo que enseñáis, el aprendizaje por parte de los niños será más rápido y mantenido y os validarán más fuertemente como padres ya que sois coherentes y estables”, aconseja la psicóloga.

Ayuda para los padres

•    Identificar el problema. •    Evitar buscar culpables, o quién hizo más daño o qué generó el problema; tampoco hay que mencionar quién es más pequeño o más grande, ya que esto promueve la perdida de neutralidad. •    Promover la verbalización de las emociones (motivar al niño a contar cómo se siente). •    Expresar de manera abierta el amor que se tienen y que en esos momentos han olvidado. •    Buscar formas de resolución. •    Evitar poner como castigo “estudiar o hacer los deberes”. •    Determinar un símbolo de reconciliación: un beso, un abrazo, un dibujo, etc. •    Promover actividades de ayuda entre ellos (por ejemplo, ordenar los zapatos de ambos y que se acompañen y ayuden). •    Aceptar que las peleas entre hermanos no se pueden eliminar, ya que no es sano.

Más información

Grupo CRECE

www.grupocrece.es

Centro de psicología infantil y juvenil, en Madrid. Tel.: 91 128 84 60.

Disponible en

http://www.masquepadres.com/ninos/peleas-de-hermanos

Cómo organizar los deberes de los niños

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Si queremos que nuestros hijos disfruten en el colegio y se sientan motivados, es imprescindible organizar bien los deberes en casa. Podemos empezar a crear una actitud positiva hacia las tareas del cole desde que los niños son muy pequeños. 

¿Tenéis bien organizados los deberes del colegio en casa? Tiempos, espacios, actividades extraescolares, actitud de los padres... Todo cuenta.

Las horas de sueño

El horario de ir a la cama es fundamental, los niños deben dormir un mínimo 8 horas. Si no se puede mermar la atención, motivación, humor, actitud y comportamiento de los hijos.

El rincón de estudio

El lugar de estudio se tiene que diferenciar de los demás espacios para predisponer al niño a estudiar y facilitar la concentración. Por lo tanto, debe ser un lugar sin televisión, sin ordenador, sin música, con luz adecuada, tranquilo y con mínimas distracciones. Lo ideal sería una mesa con sus cuadernos y bolis y nada más.

El horario para hacer los deberes

Desde los 5 años de edad, se puede instaurar un “momento de los deberes”, que vaya incorporándose en casa de manera paulatina, en el que el niño incorpore como algo natural el tener un espacio para hacer actividades concretas (ya sea pintar, leer) que a medida que crezca se irá volviendo más complejo. Este es el cimiento de los futuros hábitos de estudio.

Premios y refuerzos

Además de un horario de hacer los deberes, es importante que haya consecuencias positivas por realizarlos (la valoración verbal y la expresión de emociones positivas de los padres siempre debe estar presente. Pero además, una hora de juego con mamá o papá, o se gana el fin de semana un desayuno con bollos o algo que sugiera el niño, si es realista y asequible para los padres. Nunca se tratará de regalos materiales o premiso excesivos, salvo excepciones). El objetivo es reforzar el esfuerzo y los resultados derivados de éste.

Se pueden acordar “premios” de fin de año, que se dan sólo si se cumplen los acuerdos, ya sean: clase de windsurf en verano, o buceo, o un mp3 nuevo, o cambio de móvil, o nuevo reloj o vacaciones con algún familiar, etc. El premio debe ser realista y no se debe materializar si no se han conseguido los objetivos. El objetivo es que el niño se lo gane, para que aprenda a esforzarse, buscar, conjugar y utilizar una motivación tanto interior como exterior para sus objetivos. Durante el año escolar los refuerzos y premisos no deben sobrepasar el gran premio final.

La merienda forma parte de los preliminares

Antes de estudiar y hacer los deberes se sugiere que coman algo, beban algo y pasada una hora entre una actividad y otra se pongan a ello, para que sientan que empieza otro momento.

Planifica los momentos de descanso (de toda la familia)

Los momentos de ocio también hay que planificarlos semanalmente para que sea un factor que promueva la motivación. Tanto de padres con hijos, tanto de pareja como individualmente, porque muchas veces los adultos tienden a no desconectar y terminan cansados, tensos y de mal humor, y eso afecta a la relación con los hijos y al estudio.

Definir tiempo concreto frente a la televisión, chat, internet, consola, etc. Y definir y aplicar las consecuencias de no respetar dichos acuerdos. Padres, mantened vuestras palabras independientemente de que os entristezca.

Hacer los deberes no exime de otras responsabilidades

Es importante que los niños ayuden en casa, no pueden estar exentos por tener que hacer deberes o estudiar. Hay que definir tareas sencillas que diariamente se deberían hacer, por ejemplo: hacer su cama, recoger su ropa sucia para la colada, recoger sus libros o sus juguetes.

Cuidado con las actividades extraescolares

En cuanto a las actividades extraescolares, pueden ser muy recomendables, pero si son demasiadas pueden causar estrés a los niños e impedirles descansar como lo necesitan.

Hay que valorarlo con cuidado, porque si el niño está todo el día en el cole y luego sigue con actividades extraescolares, posiblemente llegue a casa con intención de “olvidarse de todo” y no querer hacer deberes ni estudiar.

Psicóloga infantil de Grupo Crece

www.grupocrece.es

Publicado en http://www.serpadres.es/3-6-anos/educacion/Como-organizar-los-deberes-para-que-el-curso-sea-un-exito.html

Mantener el 15M a largo plazo

Mantener el 15M a largo plazo

 Hay varios componentes psicológicos que mantienen la conducta a largo plazo:

Las emociones y los sentimientos son motores de la conducta, algunos de ellos se están experimentando en este movimiento, como la indignación, la esperanza, la alegría compartida por el empuje solidario... Estos sentimientos nos llevan a la acciónpara el cambio, a la acción para conseguir algo preciado y justo. Si estas emociones bajan su intensidad, la acción puede venirse abajo. En este sentido la actuación de los mossos d’Esquadra en la Plaza de Cataluña reavivó la indignación y le dio más vida a la llama de las emociones. La falta de concreción en las acciones o la dispersión pueden provocar también una disminución de estímulo emocional.

Otro motor de la conducta son las normas. Muchas veces no tenemos el estado emocional propicio para actuar pero hay normas interiorizadas que nos obligan a hacerlo. "Debo cumplir con…" Estas normas cobran más fuerza cuanto más unidas estuvieron en un principio y lo están con estados emocionales y sentimientos. Es decir, si se han convertido en valores importantes para ese individuo o grupo, en algo valioso por lo que luchar, en algo valioso que conseguir.

¿Está basado el movimiento 15M sólo en estados emocionales efímeros o hay un sistema de valores que está sujetándolo y manteniéndolo?

Creo que los valores están muy presentes por ser valores universales relacionados con la naturaleza humana: libertad, dignidad, seguridad, justicia, equidad…

Otro elemento que funciona como motor de la acción es el de los límites de dicha acción. Qué se puede o no se puede hacer… Hay límites que pueden superarse si miramos la realidad con un prisma positivo. Muchas veces, los límites nos los auto-imponemos nosotros mismos con creencias desajustadas, pensamientos catastróficos o irracionales, baja autoestima y baja percepción de autoeficacia, lo cual lleva a la evitación, a la huída y, a nivel emocional, al cansancio, la depresión o la resignación.

Características psicológicas que tienden al reto y a la construcción de soluciones ante situaciones complejas, al autocontrol emocional y mental ante las adversidades o dificultades, facilitan que se superen dichos límites. Tenemos muchos ejemplos de superación personal en nuestra realidad, por ejemplo en el deporte.

Por supuesto, hay límites insalvables, y por ello las metas y los objetivos de cambio deben asentarse en unos mínimos realistas que puedan materializarse en acciones concretas.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

El 15M y la próxima generación

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El movimiento 15M es un hito en la historia española. Lo importante es considerarlo como un hecho que recordarán distintas generaciones, especialmente los niños de ahora y que serán los adultos del mañana.

Muchas veces, la sociedad tiende a considerar o a devaluar la capacidad de atención, opinión e interés de los niños hacia el entorno, se tiende a omitir información y evitar dar explicaciones. Un niño, protagonista del vídeo de la acampada de Pamplona, con naturalidad, inocencia y espontaneidad , propia de la infancia, refiere muy claramente, "intento enterarme de algo… aunque la mayor parte de las veces no entiendo nada… para cuando empiezo a entender  y me doy cuenta que ya estamos en crisis… y los políticos se pasan el día  discutiendo entre sí por quien arregla la crisis… en vez de darse cuenta y arreglar la crisis de una vez”.

Es importante integrar, explicar, enseñar lo más simple posible a los niños, lo que actualmente está ocurriendo, ya que los cambios que se puedan hacer hoy, para que se mantengan y puedan evolucionar, dependen de las generaciones venideras…. y me pregunto:

¿Qué decisiones podrá tomar la generación venidera si no la implicamos, motivamos y explicamos lo que actualmente está pasando? Y me pregunto ¿Qué tipo de sociedad queremos lograr?

Si miramos a nuestro alrededor, los niños de hoy en día se encapsulan y/o enajenan al pasar varias horas conectados a las “maquinitas de entretención” (PSP, WII, PLAY), esto no quiere decir que esté en contra de estas herramientas, pero pueden llegar a provocar que el niño deje de estar conectado al mundo, "alienado", puesto que comienza a vivir en un mundo con otras características que sustituye a la realidad y  puede que aprenda, en la mayoría de los casos,  que la agresividad es validada, es poderosa, además, de que las respuestas a sus demandas,  se obtienen  en "segundos". Aprenden la impaciencia, tienden a presentar una escasa  tolerancia a la frustración y muchas veces dejan de valorar otras  posibles alternativas que les permitan resolver el problema, ya que se nublan sus sentidos.

El 15M está siendo una puesta en escena de varias características importantes que deberían primar en el ser humano: apoyo, solidaridad, empatía, nobleza, entereza, dignidad, tolerancia, paciencia, comunicación efectiva y afectiva, alegría, deseos de hacer bien las cosas, respeto, unidad y diferenciación, responsabilidad, darse cuenta o estar conectados con la vida y la realidad, liderazgo, iniciativa, creatividad, organización, autocuidado y  cuidado tanto del entorno como de los demás, esperanza en el cambio y evolución, resistencia frente a la agresividad y adversidad.

Claudio Naranjo, psiquiatra gestáltico chileno que ha desarrollado los programas SAT, señala que para poder crear  una nueva sociedad hay que abordar la educación, puesto que esa es la generación del mañana. Entonces me pregunto: ¿Será positivo que los niños vivencien las acampadas (bajo el cuidado de personas mayores)? Definitivamente sí, ya que los niños aprenden por medio de la observación, imitación y experimentación, es decir, vivir las situaciones. En estos puntos de acampada, actualmente se están dando lecciones de vida, que enriquecen a los niños, ya que podrían observar diversidad de culturas, personas, opiniones, vestimentas, formas de resolver conflictos, distintas maneras de expresión,  podrán con un poco de explicación y guía de los adultos,  vivenciar y  sentir que forman parte de una sociedad en donde ellos también son considerados, cuidados, queridos, protegidos, escuchados y validados.

Grupo Crece

Área de Psicología infanto-juvenil y familiar

 

Movimiento 15M, lo mejor de la naturaleza humana

15M, lo mejor de la naturaleza humana

Lo que está ocurriendo desde el 15 de mayo explica, desde mi punto de vista, cómo el ser humano ha conseguido sobrevivir, superarse y avanzar a lo largo de millones de años de evolución: COOPERACIÓN.

Estamos asistiendo a un acontecimiento donde de manera pacífica, gentes de diversa índole e ideología se han organizado con un objetivo común, manifestándose a través de múltiples voces y enfoques, y un método común, una organización, que ha surgido prácticamente de la nada, sin líderes ni cabecillas, simplemente de la motivación hacia ese objetivo y con la conciencia de grupo, sin que primen los intereses individuales. Esto es cooperar.

La gente que se ha sumado al movimiento Democracia Real Ya o Movimiento 15M,  ha demostrado civismo, organización y solidaridad, ha habido una total y absoluta autorregulación, sin ningún tipo de incidente violento. Ha salido lo mejor de la naturaleza humana: la unión en los momentos difíciles. Desde una perspectiva psicológica, es una tendencia normal de las personas ante catástrofes, crisis o injusticias.

Está demostrado que la cooperación es más eficaz que la competición para conseguir los mejores resultados en cualquier contexto a largo plazo. La teoría de los grupos así lo ratifica, pero, aunque está en los manuales de alto rendimiento de las empresas, cuando se habla de trabajo en equipo o negociación, o lo escuchamos de boca de los políticos ante situaciones mundiales complejas, en la práctica NO SE HACE.

En épocas de opresión, de crisis, de escasez, se han producido las grandes revoluciones de la humanidad, y en todos esos momentos la cooperación ha sido clave en la consecución de libertad y derechos humanos.

El 15M se da en un contexto de crisis mundial, de índices muy altos de paro, de circunstancias donde los más desfavorecidos son los que están sufriendo las peores consecuencias, de otros antecedentes de protestas sociales ante la realidad político-económica actual. Un momento en el que muchos jóvenes  sienten que no tienen futuro y no tienen nada que perder, y ante la inminencia de unas elecciones que, en este caso, han funcionado como detonador de lo que se fraguaba.

Esta situación es un caldo de cultivo para desarrollar sentimientos de indignación y descontento ante la injusticia social y que aleja a los votantes del sistema por la incapacidad de los políticos de atender las necesidades reales de la ciudadanía. Desde la psicología hablamos del principio de saciedad/privación. Las motivaciones proactivas del ser humano se despiertan ante la privación de necesidades y no en momentos de bonanza.

Y muchos españoles se han movilizado y concentrado en la Puerta del Sol y en las principales plazas de nuestro país y de otros países, unidos por un sentimiento de indignación, que gracias al grupo, se ha complementado con sentimientos de justicia universal y de esperanza. Estos sentimientos son de unión, de lucha y de acción positiva.

Esto es lo que está pasando ahora, no hay nada que perder, social y psicológicamente se están dando todos los factores que explican este acontecimiento: privación de necesidades, sentimientos de indignación e injusticia, cohesión y cooperación grupal alimentados por sentimientos de acción positiva y objetivos comunes. 

¿Es el momento de hacer resurgir las utopías? Las utopías no se consiguen, dicen, por eso son utopías, pero la lucha por los ideales y un mundo mejor nos ha ayudado a dar grandes saltos éticos y de superación personal en la historia de la humanidad. Esto marca una gran diferencia con otras especies, el ser humano no sólo actúa motivado por el aquí y ahora sino que puede anticiparse y actuar para conseguir cosas positivas de cara al futuro, actúa también motivado por ideas e imágenes que puede ser capaz de hacer realidad.

Ojalá esto no tenga vuelta atrás y estemos ante uno de los cambios fundamentales de nuestro mundo.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Ya lo pagarán mis padres

Botellón

Si un menor comete una infracción, cualquiera que sea y en el lugar que sea, la responsabilidad cae directamente sobre padres o tutores legales y casi siempre es un asunto económico. ¿Cuál es el objetivo? Que el menor aprenda a respetar un espacio público o natural. Pero, ¿lo estamos consiguiendo con una multa que pagan sus padres? Creo que no.

Desde la psicología y la pedagogía se ha demostrado que la mejor manera de prevenir este tipo de comportamientos es utilizar métodos de control-autocontrol como la SOBRECORRECCIÓN.

La sobrecorrección implica subsanar el error cometido, de modo que se aprende una conducta alternativa y no sólo se castiga la inadecuada (en este caso el castigo es para los padres y no para los hijos, así que con las multas no existe ningún tipo de control directo sobre los adolescentes).

Los trabajos de servicios a la comunidad que imponen algunos jueces son un buen ejemplo de sobrecorrección.

Si un niño o adolescente ha destrozado un pupitre, la sobrecorrección implicaría ayudar al carpintero a repararlo, si ha destrozado una fachada con una pintada, ayudar a los equipos de limpieza a limpiarlo o a volver a pintarlo, acudir a limpiar una zona natural de vidrios y plásticos, etc.

El objetivo, en realidad, es tomar conciencia del esfuerzo que implican las cosas y aprender a valorar lo que se hace bien, lo correcto, el trabajo bien hecho. Además se aprende que si una persona comete un error debe resolverlo, es decir, educar en el sentido de la responsabilidad. Y esto se educa desde la acción, no desde la palabra.

En otros momentos históricos en nuestro país, momentos de escasez, en la familia y la sociedad esto fluía de una manera natural. Había que cuidar el abrigo porque era el único que teníamos y si se estropeaba había que zurcirlo y arreglarlo porque no podíamos permitirnos otro abrigo. Era algo valioso y requería un esfuerzo tanto para conservarlo como para repararlo y al mismo tiempo la responsabilidad de un uso adecuado.

Creo que se abusa de implicar a las familias en el manejo de estas variables. Esfuerzo, responsabilidad, valorar lo importante, se las responsabiliza directamente de la irresponsabilidad de sus hijos, pero si la sociedad no fomenta desde las leyes, un sentido sano y educativo de la responsabilidad está contribuyendo poderosamente a mantener a un conjunto de adolescentes irresponsables sin darles la oportunidad de cambiar.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece