La creatividad (serie de artículos sobre REACCIONES ANTE LA CRISIS EN ESPAÑA desde una perspectiva psico-social)

creatividad jesus cm onoff

La creatividad consiste en generar soluciones nuevas para los mismos problemas, desarrollar algo que es más que la suma de las partes. La creatividad colectiva es mucho mayor que la creatividad individual, el pensamiento colectivo bien aprovechado es un multiplicador de ideas de las que puede surgir LA IDEA.

El desarrollo de la creatividad en los niños y niñas y en los adultos nos abre la puerta a en estos tiempo sobrevivir, pero en cualquier caso nos abra la puerta contactar con nuestra parte más esencial e íntima, descubrir nuestro potencial y divertirnos, crear es divertido pero no de modo superficial, crear nos alegra de manera muy profunda.

Los niños/as pequeños son de natural muy creativos y consiguen crear un juguete con una serie de objetos domésticos, con cualquier cosa. En la educación formal tan racional y cuadriculada, vamos mermando esa capacidad que, podemos necesitar de adultos en muchos momentos de nuestra vida, en los que crisis económicas o personales se topen en nuestro camino.

Como no, la crisis despierta el ingenio, hay que buscarse las lentejas, y las vías habituales se han estrechado sobremanera, encontrar maneras nuevas de venderse, descubrir un negocio que en la crisis tenga éxito, buscar maneras de diferenciarse y destacar en un contexto de escasez de recursos y oportunidades es mera supervivencia.

Pero para activar la creatividad debemos estar lejos del miedo, que la aplasta cual cucaracha. El miedo inmoviliza y la creatividad necesita alas.

Si juntamos cooperación y creatividad la ecuación no saldrá mucho más rentable y sencilla. Crear cooperativamente o cooperar creando puede ser una solución para encontrar un hueco y no sólo salir adelante sino disfrutar en tiempos de crisis.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Guía para identificar el lenguaje del cuerpo

manos

¿Qué tenemos en cuenta a la hora de valorar si alguien me miente, es de fiar, es lo suficientemente seguro, se siento cómo conmigo, se siente atraído por mí, me está manipulando? ¿Qué estamos expresando con nuestro cuerpo con nuestra manera de andar, de mover las manos’ ¿Es esa la imagen que quiero dar, es eso lo que realmente siento y es lo que estoy mostrando? ¿Qué quiero mostrar y que no quiero mostrar a los demás?

El lenguaje no verbal corresponde a más del 80% de la información que podemos obtener de la otra persona si queremos interpretar sus necesidades, personalidad o intenciones.

  • 7% verbal (palabras)

  • 38% vocal (volumen voz, ritmo, etc.)

  • 55% movimientos corporales incluyendo movimiento faciales.

Es una herramienta esencial en la comunicación, tanto para el éxito de nuestras relaciones personales como sociales o laborales.

Existen pautas universales en la expresión no verbal pero en gran parte, se trata conductas aprendidas con gran influencia de factores culturales.

El significado de la conducta no verbal se debe enfocar teniendo en cuenta el conjunto de los gestos y el contexto.

Damos prioridad a lo no verbal frente a lo verbal a la hora de percibir el significado de un mensaje.

Es inconsciente, la mayor parte de las veces no nos damos cuenta de gestos que hacemos y también lo percibimos en general de manera inconsciente pero tiene un efecto en la imagen que nos hacemos del otro y en nuestras decisiones. Cada vez hay más interés sobre este tema y más personas interesadas en dominar un poco mejor su lenguaje no verbal y saber descifrar el de los demás.

Las habilidades para identificar lo no verbal las tenemos todos pero nos las hemos entrenado, de hecho los niños son mucho más hábiles que los adultos para identificar todo este tipo de patrones, ya que en los primeros años cuando aún no han desarrollado un lenguaje complejo, su comunicación se basa en lo no verbal.

Entendemos por comunicación no verbal aquello que hacemos con nuestro cuerpo, postura, orientación, ocupación del espacio, manera de caminar, movimientos de las manos, de las piernas, del tronco. También todo lo correspondiente a los gestos de la cabeza y de la cara, las expresiones de las emociones, la mirada, la sonrisa, por supuesto no podemos olvidar los aspectos paralingüísticos. Como suena nuestra voz, las pausas y los silencios que hacemos, los tonos emocionales de la voz, el volumen, la resonancia de la voz, el uso de nuestros tonos más grabes o agudos, el ritmo del habla.

Aunque no es propiamente no verbal también podemos descubrir muchas cosas del otro a través de su apariencia física, la estructura corporal, la ropa, los adornos…

Lo que no se dice pero se insinúa, la manera de expresarnos verbalmente si es más directa, más general, si hay ambigüedades, el vocabulario, si es más o menos rebuscado o es sencillo…

Os iremos descifrando las claves de la comunicación no verbal en diferentes post próximamente.

Os pedimos un juego, que es el primer paso para conocernos en lo no verbal e ir despertando nuestra capacidad de detectarlo en los demás.

VAMOS A OBSERVAR… Y OBSERVARNOS… ese es el primer paso.

Vamos a daros unas pistas para manejar situaciones habituales:

CLAVES PARA IDENTIFICAR LA INSEGURIDAD

bulling

1. Sudor excesivo en función de las circunstancias ambientales.

2. Postura cerrada de brazos, piernas o ambos.

3. Tensión facial: los gestos no son naturales.

4. Mirada baja, no mirar a los ojos de manera natural (intermitente).

5. Picores, rascarnos de manera impulsiva.

6. Agarrarse o frotarse las manos.

8. Balancearse (si la persona está de pie).

9. Movimientos nerviosos de las manos.

10. Mover poco las manos al hablar.

12. Expresar poco con la cara.

13. Titubeos.

14. Justificaciones excesivas

CLAVES PARA IDENTIFICAR QUE ALGUIEN NO DICE LA VERDAD O NO DA CONFIANZA

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Muchos de estos indicios indican emociones negativas o incomodidad, no siempre engaño.

  1. Mirada fría (no hay nada detrás).

  2. Gesto inexpresivo, nos da poca información, “cara de poker”

  3. Control excesivo de los movimientos faciales, la emoción se puede exagerar apareciendo de manera brusca, no natural, cuando el gesto es genuino aparece de manera más paulatina e igualmente desaparece de manera paulatina.

  4. Control de los movimientos corporales, también de una manera no natural. Lo normal es que el gesto no verbal preceda unos instantes la palabra, cuando mentimos la palabra antecede unos instantes al gesto. A veces, desacompasamiento de los gestos o poco acompañamiento del cuerpo o manos con el discurso.

  5. Esconder las manos al hablar.

  6. Sonrisa falsa, no nos salen las patas de gallo al sonreír, los ojos, la mirada no sonríe.

  7. Exageración en las muestras de afecto en relación al vínculo que establecemos con el otro.

  8. Microexpresiones contradictorias. Las microexpresiones son expresiones faciales que se producen en 3/4 de segundo que reflejan la auténtica emoción (Sistema de codificación de la actividad facial (FACS, ref. P. Ekman).Por ejemplo no te gusta lo que te dicen y pones un microgesto de ira casi imperceptible, después muestras una calma o relax que no son sinceras.

  9. Abortar una expresión emocional, que se queda como a medias.

10. Mirar fijamente a los ojos en situaciones de vergüenza o culpa, cuando sentimos vergüenza o culpa o así lo manifestamos la conducta automática es bajar la mirada o la cabeza, aunque sea por un instante.

11. Lágrimas cuando no hay risa o cuando las cejas no están levantadas

12. Enrojecimiento o empalidecimiento (pueden indicar otras situaciones emocionales rabia, vergüenza y culpa, y no sólo engaño)

13. Deslices emblemáticos: los emblemas son gestos a veces universales otras veces culturales que reflejan un mensaje, por ejemplo encogerse hombros significa duda, si ante una pregunta en la que me dicen, ¿se siente capacitado para realizar esta tarea? Decimos sí y de manera rápida encojemos los hombros, se darán cuenta de que mentimos o no confiamos en nuestra respuesta si son buenos observadores.

14. No hay coherencia entre lo verbal y lo no verbal.

sonrisa falsa

COMO DARNOS CUENTA DE QUE ALGUIEN NO ESTÁ CÓMODO CON NOSOTROS

  1. Nos mira menos.

  2. Nos pregunta menos y muestra menos conductas empáticas. Sus preguntas no están orientadas a lo personal.

  3. No orienta el cuerpo hacia nosotros: puede ser que sólo oriente la cabeza o sólo el tronco y no las piernas o puede ser que su postura esté totalmente orientada a otro lugar.

  4. No habla de sí mismo, no nos hace confidencias ni autorrevelaciones.

  5. Aumenta la distancia interpersonal.

  6. Sonrisa falsa, no nos salen las patas de gallo al sonreír, los ojos, la mirada no sonríe.

  7. Nos puede cambiar de tema.

  8. Mira el reloj.

  9. Su postura es más cerrada tanto de brazos como de piernas.

10. Puede expresar movimientos nerviosos con las manos o el cuerpo.

11. Hay tensión facial y corporal.

12. Al despedirse no concreta un nuevo encuentro.

COMO DARNOS CUENTA DE QUE ALGUIEN MUESTRA INTERÉS HACIA NOSOTROS

  1. Mirada intermitente pero a los ojos.

  2. Sonrisa, incluso risa.

  3. Escucha empática.

  4. Sincronía empática, repite los mismo gestos o adopta una postura parecida a la que estamos adoptando nosotros de manera intermitente.

  5. Pupilas más dilatadas con relación a la luminosidad del ambiente.

  6. Hay más acercamiento, menos distancia personal e incluso contacto físico.

  7. La postura está 100% orientada a nosotros.

  8. La postura es asimétrica y relajada.

  9. Hace preguntas más personales y ofrece autorrevelaciones.

10. Expresa cosas positivas y lo muestra en el rostro.

11. Hay coherencia entre lo verbal y lo no verbal.

12. No hay tensión facial ni corporal.

COMO DARNOS CUENTA DE QUE LA OTRA PERSONA QUIERE LIGAR CON NOSOTROS O LE INTERESAMOS MÁS ALLÁ DE LA AMISTAD

A veces es difícil distinguirlo del mero interés sincero, pero hay algunas claves.

1.  Mirada muy intensa a los ojos. A veces rubor y desvío de mirada.

2.  Sonrisa continua, risa a la menor oportunidad.

3.  Escucha empática. Nuestra vida le parece apasionante, hasta el más nimio detalle.

4.  Sincronía empática, repite los mismo gestos o adopta una postura parecida a la que estamos adoptando nosotros, de manera continua.

5.  Pupilas más dilatadas con relación a la luminosidad del ambiente.

6.  Hay más acercamiento, menos distancia personal y cualquier excusa es buena para tocar.

7.  La postura está 100% orientada a nosotros.

8.  La postura es asimétrica y relajada.

9.  Hace preguntas personales y ofrece autorrevelaciones personales.

10.  Expresa cosas positivas hacia nosotros y lo muestra en el rostro.

11.  Hay coherencia entre lo verbal y lo no verbal.

12.  La persona está cómoda pero puede mostrar señales de nerviosismo o de pudor, no hay una relajación física total.

13.      Buscará la manera de estar a nuestro lado quitándose de en medio y cerrando la postura a posibles competidores o competidoras.

14.  Conductas masculinas:

  • Avanzar y mover los hombros.

  • Estirarse.

  • Acariciarse el cuello.

  • Pasar el peso de un pie a otro

  • Balanceo a delante y hacia atrás

  • Sobreactuación del cuerpo.

  • Elevación o impostación de la voz. Puede que también susurre.

  • Autocontactos.

  • Exhibiciones de destrezas.

  • Miradas de comprobación.

  • Tocare los labios.

  • Velocidad del habla lenta

SEDUCCION

15.  Conductas femeninas.

  • Estirarse, arquear la espalda, empujar el pecho hacia delante. Movimientos ondulantes en general.

  • Elevación de cejas.

  • Balanceo de cadera.

  • Enredarse y recolocarse el pelo.

  • Torcer la cabeza.

  • Humedecerse los labios, chasquear la lengua.

  • Ligeros movimientos de cabeza.

  • Autocontactos.

  • Pies arqueados

  • Cruce de piernas

  • Manos desplegadas mostrando la muñeca por su cara exterior.

  • Voz más aguda o susurrante.

  • Agarrarse las caderas.

  • Velocidad del habla lenta

Muchas de las conductas de cortejo tienen una similitud brutal en los animales, están en nuestra base biológica más primitiva.

COMO PODEMOS MOSTRAR CONFIANZA Y SEGURIDAD

  1. Sonrisa intercalada con ostros gestos, incluso en momentos de conflicto.

  2. Mirada directa. Cabeza recta sin levantar la barbilla.

  3. Mirar a menudo.

  4. Gestos de seguridad tendiendo a la simetría y contundencia.

  5. Mover manos, y en general ser expresivo con el cuerpo y gesto.

  6. Posturas abiertas.

  7. Acercarse al otro, no retirarse hacia atrás.

  8. Orientación corporal hacia el otro.

  9. Evitar posturas excesivamente territoriales.

10.  Combinados con gestos asimétricos y ondulantes.

11.  Inflexiones y juego vocal, sonidos contundentes

12.  Contacto físico natural adaptado a las situaciones.

13.  Coherencia entre lo verbal y lo no verbal y coherencia entre los diferentes elementos no verbales.

14.  Evitar automanipulaciones o movimientos nerviosos.

COMO IDENTIFICAR A LAS PERSONAS QUE QUIEREN INTIMIDARNOS

En general utilizarán comportamientos no verbales agresivos pero de manera muy sutil, aunque se pueden ir al extremo de comportamientos evidentemente agresivos.

chantaje

NUESTRA ACTITUD DEBE DE SER SIEMPRE MOSTRAR SEGURIDAD Y CONFIANZA, NUNCA SUMISIÓN.

  1. No te mira, o lo hace elevando la barbilla, mira más a la frente que a los ojos.

  2. Mirada directa y continua sin casi pestañear intimidatoria.

  3. Se sitúa en un lugar de “poder”, por ejemplo. Silla más elevada, posición de mayor control en una mesa o en una estancia, está de pie, mientras el otro está sentado…

  4. Postura con los brazos agarrando la nuca y las piernas cruzadas en cuatro.

  5. Nos quita posibilidades de movimiento o maniobra.

  6. Invade nuestro espacio personal.

  7. Eleva el volumen de voz con respecto al del otro.

  8. Interrumpe continuamente.

  9. Relativiza o ignora los comentarios del otro.

10. Puede mostrar gestos sarcásticos o irónicos.

11. Sonrisa falsa o ausencia de sonrisa.

12. Postura frontal y simétrica.

13. Ridiculizarnos en público.

COMO IDENTIFICAR A UNA PERSONA QUE SE ESTÁ ENFADANDO MUCHO

Algunos de estos gestos serán evidentes si la persona no pretende disimular su enfado pero si no es así, un buen observador puede identificar y prevenir un ataque de ira.

ENFADO

Gestos más evidentes

  1. Gesto facial del enfado

  2. Elevación del volumen de voz.

  3. Esgrimir el puño

  4. Ataque físico

  5. Miradas intensas y duras

Gestos más sutiles

  1. Enrojecimiento

  2. Puños cerrados de pie

  3. Puño en la boca

  4. Rascarse el puño

  5. Palma en la frente

  6. Taparse la boca con un dedo

  7. Brazo-antebrazo cogido por la mana o o puño agarrado

  8. Respiración rápida, intensa y torácica

  9. Tensión corporal generalizada

10.  Micropicores:

  • o Hacia el interior del ojo

  • o Rascarse el ojo hacia adentro

  • o Cara externa de los brazos

  • o En la oreja

  • o Picar la nariz hacia el interior del rostro

  • o Tocarse la nuez

  • o Rascarse el cuello con todos los dedos

ira

COMO ACTUAR ANTE UNA PERSONA QUE PUEDE ESTAR MUY ENFADADA E INCLUSO PUEDE TENER UN ARRANQUE VIOLENTO

  1. Emitir señales corporales de relajación, tranquilidad y seguridad. Postura semiabierta, gesto relajado, cuerpo relajado, hombros relajados, piernas dirigidas hacia la persona, barbilla recta, nunca elevada…

  2. Postura simétrica y mirada directa al otro pero sin intimidar.

  3. No irnos hacia a tras, al contrario, que la persona vea que no le tenemos miedo y nos acercamos un poco evitando el contacto físico.

  4. Invitamos y facilitamos que la persona se siente, eso la relajará un poco.

  5. Empatía, sintonía con el otro, con nuestro cuerpo (asentimientos, mirada de interés, gesto serio…) y con nuestras palabras le daremos una razón parcial: “Es normal que te enfades”, “entiendo tu enfado”, (entendemos su enfado, no tenemos porque valorar positivamente su conducta, ni estar de acuerdo).

  6. Mantenemos silencio y sólo hacemos una escucha activa, asentimientos, parafraseos, sonidos de aprobación… no interrumpimos, le damos al otro espacio para expresar y que se desahogue, aunque nos parezca que dice algo injusto (ya habrá momento para aclarar el malentendido cuando la personas esté calmada).

  7. Cuando tomamos la palabra nuestros gestos y nuestra voz serán suaves pero contundentes.

  8. Cuando la persona se haya apaciguado plantearemos nuestra postura. Si esta postura es contraria la del otro, mantendremos nuestra postura con firmeza, nuestro gesto será serio pero no agresivo, nuestra mirada será amigable.

  9. Si presentimos que el arranque del otro puede ser muy violento puede sernos útil buscar el apoyo de otra persona o mantenernos en una postura más sumisa hasta poder escapar de la situación.

COMO TRASNMITIR Y CONTAGIAR MOTIVACIÓN

1.  Sonrisa amplia

2.  Más volumen en la voz pero cálido.

3.  Mayor velocidad del habla.

4.  Mirada directa pero sin intimidar, mirar amale y alegre.

5.  Movimientos enérgicos, contundentes pero relajados.

6.  Ritmo alto y tono muscular alto del cuerpo y de los movimientos.

7.  Pausas en el lenguaje unido a mirada directa. Jugar con los silencios en momentos relevantes del discurso.

8.  Actitud alegre e intensa.

9.  Presencia de emociones en el gesto y la voz.

  1. Movimientos sincrónicos con respecto al otro

  2. Empatía.

  3. Coherencia entre lo verbal y no verbal, debemos transmitir credibilidad

COMO SEDUCIR/PERSUADIR SIN ASOCIARLO A UNA CONQUISTA O LIGUE

1.  Sonrisa.

2.  Sonrisa más mirada. Mirada directa con leve sonrisa.

3.  Mirar a menudo. Juegos de miradas.

4.  Reír y provocar la risa.

5.  Gestos de seguridad combinados con gestos asimétricos y ondulantes.

6.  Entonaciones susurrantes y cálidas.

7.  Velocidad lenta.

8.  Inflexiones y juego vocal.

9.  El juego de las palabras seductoras.

10.  Contacto físico natural.

11.  Coherencia entre lo verbal y no verbal, debemos transmitir credibilidad

12.  Generar cierta sorpresa o misterio (que se resolverá al final o al hilo de la conversación).

COMO TRANSMITIR CERCANÍA Y CALMA

1.  Sonrisa

2.  Sonrisa más mirada. Mirada directa con leve sonrisa.

3.  Mirar a menudo pero no intimidar.

4.  Movimientos calmados a nivel corporal.

5.  Velocidad del habla lenta.

6.  Volumen medio-bajo.

7.  Gestos acordes con la emoción que expresa el otro, espejo empático. Por ejemplo: tristeza-compasión, vergüenza-discreción.

8.  Gestos asimétricos.

9.  Contacto físico adaptado a la situación.

  1. Inflexiones y juego vocal adaptado al interlocutor pero cálidos.

  2. Coherencia entre lo verbal y lo no verbal.

  3. No exagerar los gestos a nivel no verbal.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Las emociones no engañan

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Las emociones como la ira, el miedo, la tristeza…, todas ellas, son universales y también, lo son sus expresiones y gestos faciales y muchos de sus desencadenantes, por ejemplo la tristeza aparece ante las pérdidas, el miedo ante la amenaza de un peligro. Sin embargo, hay aspectos culturales o individuales diferenciales, que nos hacen inhibir las expresión, anular las emociones o exagerar sus expresiones o sentirlas con mayor o menor intensidad en diferentes circunstancias.

Las emociones se reflejan en la cara, voz y en cambios a nivel fisiológico. El cuerpo no nos engaña con relación a las emociones si aprendemos a escucharlo.

Paul Ekman identificó los movimientos musculares implicaos en cada una de las emociones básicas (primarias) y algunas emociones secundarias. Se denominó sistema de codificación de la actividad facial (FACS, ref. P. Ekman). Ekman habla de que a través de las emociones no podemos engañar, ante cualquier evento o situación reaccionamos emocionalmente de manera abierta o de manera disimulada, en este último caso aparecen lo que él denominó microexpresiones. Las microexpresiones pueden durar 3/4 de segundo pero revelan lo que realmente sentimos.

Movimientos faciales de algunas emociones básicas siguiendo a Paul Ekman.

MIEDO

Eleve los párpados superiores al máximo, y, si se ve capaz, tense ligeramente los inferiores; si la tensión de los inferiores interfiere en la elevación de los superiores, entonces céntrese únicamente en la elevación de los superiores.

  • Abra la boca, deje que la mandíbula caiga, y estire los labios horizontalmente hacia las orejas.

  • Si tras intentarlo varias veces, no lo logra, limítese a dejar que la mandíbula cuelgue abriendo la boca y no intente estirar los labios horizontalmente.

  • Con los párpados superiores alzados al máximo, mire hacia delante y levante las cejas también al máximo. Vea si al mismo tiempo que las levanta, puede juntarlas. Si no puede realizar las dos acciones, sólo levántelas junto con los párpados superiores.

TRISTEZA

  • Mantenga la boca abierta y caída.

  • Baje las comisuras de los labios.

  • Manteniéndolas abajo, intente levantar las mejillas, como al entrecerrar los ojos. Eso tirará de las comisuras de los labios.

  • Mantenga la tensión entre las mejillas elevadas y las comisuras de los labios hacia abajo.

  • Mire hacia abajo e incline los párpados superiores.

  • Tire hacia arriba de las comisuras interiores de las cejas, pero sólo en el centro, no con toda la ceja.

  • También será de ayuda juntar y levanta las cejas en el centro.

  • Mantenga la mirada baja y los párpados superiores caídos.

IRA

Baje las cejas y júntelas: asegúrese de que los extremos interiores de las cejas descienden apuntando a la nariz.

  • Manteniendo las cejas como se ha descrito, intente abrir mucho los ojos de forma que los párpados superiores empujen contra las cejas descendidas, endurezca la mirada.

  • Una vez que esté seguro de que está realizando los movimientos de cejas y párpados, relaje la parte superior de la cara y concéntrese en la parte inferior.

  • Apriete los labios y ténselos; no los frunza, limítese a apretarlos uno contra el otro.

  • Una vez esté seguro de que está realizando correctamente los movimientos de la parte inferior de la cara, añada los de la parte superior bajando las cejas, juntándolas y levantando los párpados superiores para producir una mirada fija.

ALEGRÍA

  • Estire las comisuras de los labios hacia arriba y abra la boca sin soltar la tensión lateral.

  • Enseñe los dientes de la parte superior, elevando los labios en la parte central.

  • Frunza los ojos y cejas en la parte lateral.

La expresión facial como por arte de magia, provoca la sensación corporal de la emoción y si mantenemos un buen rato esta expresión podemos conectar con el sentimiento (aspecto mental de la emoción).

Si realizas este ejercicio presta atención a las sensaciones de la cara, estómago, pecho, garganta, manos y piernas. Observa la respiración y si la cara y las manos están frías o calientes o si se produce algún pensamiento o movimiento corporal.

Esta experiencia nos puede ayudar a identificar nuestros parones fisiológicos y corporales de las emociones y permitirnos identificarlas en situaciones cotidianas. Por otro lado, si forzamos una expresión facial es fácil que nos auto-provoquemos la emoción, es una manera de conseguir estado emocionales positivos o salir de los negativos.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

Referencia: Ekman, P: ¿Qué dice ese gesto?. RBA libros, 2004, Barcelona.

La Autoestima

La autoestima es la capacidad para querernos a nosotros mismos independientemente de nuestros éxitos o fracasos, de nuestras características personales o profesionales, incluso independientemente de si los demás nos quieren o no.A lo largo de nuestra historia vital hemos interiorizado patrones de pensamiento y valoración hacia nosotros mismos que han venido de nuestra familia, de nuestros profesores, de una primera relación amorosa..., y los hemos interiorizado tanto, que lo hemos convertido en algo intrínseco a nosotros, lo llamamos nuestro "CRÍTICO INTERNO"."Este Crítico Interno" nos dice que no podremos conseguir lo que nos proponemos, encontrará excusas para que no cumplamos con nuestras obligaciones, se fijará siempre ne cuando lo hacemos mal, dirá cosas horribles de nosotros mismos y entraremos en el círculo vicioso de la profecía autocumplida. Es decir si creo que algo me va a salir mal, si creo que no puedo, mi estado motivacional no va a ser muy pro-activo y acabaré haciéndolo mal, no consiguiéndolo porque yo mimo lo auto-provoco pero no por que no hubiese podido hacerlo si mi estado motivacional hubiese sido más pro-activo. "El crítico interno" arrasa con mis estado motivacional, le hunde.

Es importante empezar a darle la vuelta a este "crítico interno" a este diablillo interior, primero identificando aquello que nos decimos de manera tan injusta y tan global " yo no soy digno de amor", "yo no soy válido", "yo no puedo"..., y después buscando pensamientos más constructivos y realistas: "yo merezco que me quieran, de hecho hay gente que me quiere", "yo hago esto muy bien", "yo he conseguido estas cosas en mi vida"...Y es aún más importante ACTUAR en la vida para demostrarnos que la profecía autocumplida no es válida. Muchas cosas no nos salen bien porque no lo intentamos las veces necesarias.Os dejamos varios fragmentos de "Doctor en Alaska" donde Edd consigue darse cuenta de que tiene un hombrecillo verde detrás de él (la falta de autoestima, el critico interno) y consigue dejar de escucharle y centrarse en lo que realmente desea y ACTÚA.Te dejamos este enlace de "Doctor en Alaska" donde Edd hace frente al hombrecillo verde (su crítico interno) No olvides ver los tres fragmentos, crítico interno, toma de conciencia y resolución.

VIVIR SIN MIEDO

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El miedo, nos sirve, es un mecanismo de defensa y de alerta de nuestro organismo, nos protege de peligros, nos avisa de que algo va mal y debemos reconducir nuestra vida, sí, pero cuando el miedo se nos va de las manos…, cuando aparece en situaciones en las que no hay amenaza real de peligro…, cuando se manifiesta de manera crónica día tras día en nuestra vida…, nos condiciona hasta tal punto que es el mayor obstáculo para la felicidad y realización personal. Muchas de las personas que acuden a mi consulta tienen miedo. Un miedo irracional que merma sus posibilidades, baja el autoconcepto y la autoestima y les lleva a tomar decisiones inadecuadas en sus vidas. Todas estas personas presentan un potencial que ellas mismas no ven o si lo ven no se sienten capaces de desarrollar.

El miedo, además, no entiende de sexo o de edad, cualquier persona, hombre o mujer, más joven o menos joven, puede desarrollar miedos irracionales. Es independiente de nuestro nivel social, o de nuestro nivel intelectual, del aspecto físico que tengamos o de la situación económica.

Ana de 21 años, lo tiene todo para triunfar, es guapa y muy inteligente, estudia lo que más le gusta, medicina, pero es tan exigente que nunca está contenta, no puede concentrarse en sus estudios, el miedo a que las cosas no sean perfectas la paraliza y no saca partido a todo su potencial, está empezando a sufrir problemas digestivos y caída del cabello. Tiene miedo al fracaso.

Pedro de 35 años, ha llevado siempre una carrera profesional impecable. Recientemente, ha rechazado un importante ascenso que le exigía incorporar funciones de formador y liderar reuniones. Esto le ha llevado a dudar de sí mismo y ha empezado a manifestar síntomas de ansiedad en otras situaciones no relacionadas con el trabajo. Su sentido del ridículo y miedo escénico le han cerrado una gran puerta para su futuro.

María de 44 años, madre de dos niños fantásticos, felizmente casada, administrativo muy valorada en un bufete de abogados. No disfruta de todo lo que tiene, vive en un continuo estado de tensión, todo le preocupa, todo le agobia, se ahoga en un vaso de agua, padece de insomnio y ansiedad crónicos y se obsesiona por cosas sin importancia. Tiene miedo a no controlarlo todo.

Laura de 38 años, licenciada en Bellas Artes, quiere dejar un trabajo que no le gusta como vendedora de seguros pero o lo hace nunca, siempre ha soñado con abrir su propia tienda de artesanía, profesión que desarrolla como hobbie y a la que ha dedicado todo su tiempo libre. Piensa que ella nunca triunfará, no confía en sus cualidades. En su familia se valora mucho tener un empleo seguro, nunca estuvieron de acuerdo en que ella estudiase bellas artes, Laura cree que su tiempo de luchar ha pasado. Su problema es el temor al riesgo necesario que todos tenemos que asumir en nuestra vida y el miedo a decepcionar a su familia.

Juanjo de 29 años, es una persona tremendamente sensible, siendo muy joven sufrió una mala experiencia sentimental. Desde entonces le cuesta mantener relaciones sentimentales satisfactorias, sexualmente se siente inseguro y se ha obsesionado por la imagen física. No se atreve a vivir solo, sigue en casa de sus padres a pesar de tener un puesto de trabajo estable y bien remunerado. Su obstáculo es el miedo a no gustar.

Estas cinco personas sufren de miedo a vivir, ya que en la vida, en múltiples ocasiones,  hay fracasos, errores, falta de control, hay que sumir riesgos y podemos no gustar.

La dificultad para gestionar miedos habituales como el miedo a asumir un riesgo, quedar mal en una ocasión determinada, situaciones de incertidumbre, que las cosas no salgan como uno quiere, o no gustemos a todo el mundo, nos lleva a un callejón sin salida.

Además, el miedo es como una mancha de aceite, si no le hacemos frente campa a sus anchas y se extiende cada vez más, incluso en ámbitos de nuestra vida en los que anteriormente no teníamos miedo y aumenta su intensidad sintiendo que es una situación incontrolable. El miedo, además, se somatiza, pudiendo presentarse muchos problemas de salud.

Estas personas recondujeron su vida gracias a la terapia psicológica. En un proceso terapéutico ayudamos a las personas a ver las cosas desde otra óptica y a desarrollar las habilidades y herramientas que necesitan para superar sus miedos, les ayudamos a tomar contacto de sí mismos, de sus necesidades y de sus emociones para que se den cuenta de que no todo es miedo.

Para afrontar el miedo tendremos en cuenta los siguientes aspectos:

1. Tomarse las cosas menos en serio, la espontaneidad, la risa, divertirse…

Ana, la chica exigente, pudo concentrarse en sus estudios y disfrutar de ellos, y aprendió a encajar mejor los fracasos. Con ella se trabajó la espontaneidad, Ana debía hacer cosas diferentes y que no supusieran ni fracasar ni tener éxito, tenía que tomarse esas actividades como un juego, descubrió que podía divertirse y poco a poco fuimos aplicando ese recurso en sus estudios. Le comentaba, “en esta ocasión no estudies para el examen, nos vamos a permitir suspender algún examen, esto no es un problema ahora, ya que estamos trabajando tu ansiedad y eso es lo prioritario, diviértete estudiando, no te ciñas a los apuntes, lee algún libro que tenga que ver con la asignatura pero que no esté en la bibliografía. Tras varios meses de terapia, Ana empezó a relajarse y disfrutar de sus estudios, sus problemas digestivos y de caída del cabello remitieron. En la actualidad seguimos trabajando su espontaneidad para que todo lo conseguido se generalice y se incorpore a su personalidad.

2. Enfrentarse al miedo aunque se pase miedo…, poco a poco y con los recursos necesarios.

Pedro participó en una terapia de grupo para superar el miedo a hablar en público y en cada sesión tenía que hacer una presentación que grabábamos y visualizábamos delante de todo el grupo. Las presentaciones cada vez eran más largas, le enfrentábamos a preguntas que tenía que responder y le pedíamos que fuese más expresivo, que hablase más alto, que sonriese más… (que no se ocultase tras la timidez). Pedro aprendió a respirar, a gesticular, a hablar más alto, a sonreír, a buscar un lugar seguro mientras exponía su tema sin necesidad de ocultarse. Resolvió su miedo escénico en pocos meses. La exposición a la situación temida progresiva y guiada es la mejor manera de superar los miedos. El valiente no es el que no siente miedo sino el que se enfrenta a él.

3. Derecho a tener miedo... Aprender que no somos omnipotentes, no lo podemos controlar todo, tenemos nuestra parte vulnerable y debemos pedir ayuda.

María vino a terapia un poco presionada por su marido, a ella le costaba admitir que tenía un problema. Había acostumbrado a todo el mundo a ser ella la que resolvía todos los problemas, en su trabajo era imprescindible, “qué haríamos sin ti, María…”, en su familia todos contaban con ella para grandes eventos, “¿prepararás tú la cena de Navidad?, eres tan buena cocinera…”, participaba en todas las reuniones del AMPA del colegio de sus hijos, ayudaba a su prima con su tía que estaba enferma, ayudaba a su marido en el negocio familiar y todo lo hacía muy bien.

En muchas ocasiones para saber el por qué de un problema hay que remontarse a la historia personal. Tuvo una infancia difícil, su madre falleció tras una larga enfermedad siendo ella adolescente, no pudo tener una infancia normal, su madre les daba sustos con frecuencia por motivo de su frágil salud y ella tenía que ocuparse de su hermanito. Nunca nadie le hizo el caso que una niña necesita. De adulta, muestra muchos aspectos de llamada de atención y de vulnerabilidad, esa vulnerabilidad que de niña no pudo experimentar, por ello manifiesta ansiedad, obsesiones y miedo al futuro, de niña no pudo controlar lo más importante que era la salud de su madre. María empezó a delegar y a aceptar que en algunos aspectos podía tener miedo o inseguridad, dejó de ocuparse de todo y empezó a pedir ayuda. Tuvo un espacio para poder llorar lo que de niña no lloró y para expresar el miedo que sintió cuando era niña. María trabajó todos estos aspectos en terapia durante dos años, en la actualidad han desaparecido los problemas de insomnio y de ansiedad.

4. Escuchar quienes somos y qué queremos… Satisfacer nuestras motivaciones y vivir de acuerdo a nuestra personalidad y potencial.

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La familia de Laura era muy conservadora y tradicional, les costaba entender que su hija quisiera dedicarse al mundo artístico, fueron ellos quienes le buscaron el trabajo en la empresa de seguros, en un momento, además, un poco delicado para la economía de Laura. Pero Laura iba en contra de sí misma, no satisfacía sus necesidades por no defraudar a su familia, que tanto había hecho por ella, poco a poco se fue anulando y haciéndose más pequeñita.

Al desaparecer de nosotros mismos adquirimos muchos miedos, el niño que se conoce a sí mismo sabe sus límites y se maneja con soltura en el espacio disponible para explorar. Laura no exploraba porque desconocía sus límites. Ayudando a Laura a contactar consigo misma, recuperó su pasión con más intensidad y poniéndole tareas muy sencillas para que fuese cubriendo los puntos débiles de cara a montar un negocio se animó a hacerlo, tras un año recibiendo asesoramiento como emprendedora, pudo pedir una excedencia en su trabajo y probar suerte de camino a su sueño. Durante los dos primeros años como emprendedora asistió a un proceso de coaching para reforzar sus herramientas y recursos personales.

5. Desarrollar asertividad. Yo valgo… yo puedo…

Juanjo sufrió una situación de maltrato psicológico por parte de una chica de la que estaba muy enamorado, se sometió a múltiples humillaciones, muchas de ellas muy sutiles, de cara a la galería todo el mundo les decía que eran la pareja ideal, ella le fue infiel y eso le ayudó a romper la relación con ella.

Juanjo perdía su personalidad y su criterio cuando estaba con su novia y dejó que ella le tratase mal, no era asertivo con ella.

La asertividad es una herramienta esencial en el ámbito de la inteligencia emocional, tiene que ver con marcar nuestro territorio ante los demás y no permitir que se aprovechen, nos traten mal, nos ninguneen o no nos tengan en cuenta. Las personas asertivas expresan sus opiniones y sentimientos con libertad, marcan límites y buscan negociar con los otros, cuidando el lenguaje y las formas para favorecer un intercambio amistoso. Las personas más asertivas son más seguras de sí misas y se guían por sus propios objetivos y no dependen tanto de la opinión o valoración de los demás.

Juanjo participó en una terapia grupal para trabajar la asertividad y la autoestima. En las sesiones se exponía a expresarse tal y como es él,  enfrentándose a la posibilidad de no gustar, le pedimos que no se arreglase tanto cuando salía a la calle para ir a trabajar o con amigos y amigas, que si conocía a una chica pensase más en lo qué él sentía, si le ella gustaba en lugar de lo que ella sentía por él. Tras ese primer paso, empezó a ser más asertivo en su día a día, se le ayudó cuando conoció a una chica que era especial para él para gestionar el proceso de toma de contacto y acercamiento con ella, de nuevo para exponerse poco a poco al miedo. Ha mejorado su problema sexual y ahora vive en un piso compartido.

El miedo puede desaparecer o mitigase hasta el punto de no entorpecer nuestra vida, Ana, María, Laura, Pedro y Juanjo se dieron una oportunidad y consiguieron ser más felices.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

TIPS PARA SUPERAR EL MIEDO ESCÉNICO

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Hablar en público da miedo. Hoy queremos darte unos consejos para afrontarlo con más seguridad y control. 1. Detecta tus ideas negativas o pensamientos interfirientes: "Se notará que estoy nervioso/", "Voy a quedar mal", "Ya estoy empezando a sudar", "El corazón se me dispara".... Estos pensamientos interfieren en tu discurso y pueden llegar a bloquearte y además aumentan tu nerviosismo, preocupación y ansiedad como si entra´semos en un círculo vicioso.

2. Respira, despacio y profundamente, antes, durante y después de la presentación. La respiración nos relaja física y mentalmente.

3. Céntrate en tu comportamiento no verbal, hablar un poquito más alto y vocalizando ya que controla el temblor de la voz, abra los brazos y mueve las manos al hablar (incluso si estás sentado/a)  ya que relaja la tensión corporal, muévete un poco por es espacio, darás sensación de que dominas la situación, mira al público a los ojos, reparte la mirada entre todos, sonríe de vez en cuando.

4. Busca pensamientos constructivos y dirige tu atención hacia lo importante. "Los nervios son más intensos al principio, luego se pasan un poco", "Los demás no notan mi ansiedad tanto como yo" (aunque te parezca increíble es así ¡SIEMPRE!), "voy a respirar", "voy a centrarme en los movimientos corporales"...

5. Lleva un guión de aquello de lo que vas a hablar, y si lo necesitas puedes mirarlo.

6. Recuerda que estos es un proceso, tienes derecho a ir poco a poco y si te permites equivocarte, cada vez lo harás mejor y con menos ansiedad, busca ayuda si lo necesitas, a veces sólo necesitamos un empujoncito.

¡SUERTE!

Raquel López Vergara 

Psicóloga y coach

Pautas para afrontar una entrevista de trabajo con éxito.

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Podemos tener un buen currículum o podemos ser los candidatos perfectos para un determinado puesto de trabajo pero…llega la hora de la verdad, enfrentarse a la entrevista Es inevitable ir nerviosos/as a una entrevista de trabajo, más si no tenemos experiencia o si estamos en una situación desesperada. En muchas ocasiones, los entrevistadores no lo ponen nada fácil, buscarán la manera de dejarnos en una situación incómoda para poner a prueba nuestras habilidades de manejo del estrés y resolución de conflictos, para valorar si decimos o no la verdad y detectar incongruencias en nuestro discurso.

La primera impresión será importante y aunque valorarán la formación y la experiencia, también valorarán nuestra presencia, nuestra comunicación verbal y no verbal y nuestra personalidad.

Hay un punto a nuestro favor, nos han seleccionado para la entrevista, eso significa que nuestra candidatura es válida.

Algunas indicaciones que no debemos perder de vista:

1. Infórmate del puesto y de la empresa antes de la entrevista.

Puedes mirar su página web, perfil en Facebook o en Linkedin, mirar en foros… para hacerte una idea de la cultura de la empresa y su filosofía de base, de la organización de la empresa, a qué se dedica, cómo se habla de ella en los medios o en los foros…

2. Causa una buena impresión.

Ve aseado/a y vestido/a de manera acorde a tipo de empresa. Suele ser más adecuado pecar de discreto/a, un exceso en el arreglo, maquillaje o perfume, etc., no son adecuados. Puedo hacerme una idea del vestuario que se espera de mí en ese puesto de trabajo, e intentar llevar ese estilo en la entrevista. Por ejemplo, si es para un trabajo con niños, sería bueno ir con un vestuario juvenil.

Cuando saludes, da la mano y no lo hagas ni excesivamente fuerte, ni excesivamente flojo.

Siéntate sólo cuando te lo digan.

3. Transmite positividad y simpatía sin perder la compostura.

Sonríe al saludar, durante la entrevista y al finalizarla.

Mantén una postura abierta y relajada, suelta la tensión de los músculos. Siéntate erguido/a mostrando seguridad y seriedad.

Habla con una ligera sonrisa en los labios, ligera, no se trata de dar la impresión de excesiva diversión.

Exprésate en afirmativo. Mejor decir “este año he profundizado en mis conocimientos de inglés e informática” a “como no encontraba nada, me puse a estudiar inglés e informática”.

Muéstrate receptivo/a y positivo/a en relación a la empresa, el puesto y sus características.

4. Cuida tu lenguaje verbal y no verbal

Habla de usted hasta que te inviten a tutear.

No interrumpas, escucha primero, el protagonismo está en manos del entrevistador.

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No te enrolles, responde brevemente a las preguntas, usa frases cortas y sencillas. El vocabulario excesivamente rebuscado se valorará de manera negativa.

Mueve las manos al hablar y sé expresivo con los gestos de la cara.

Vocaliza y modula la entonación al hablar.

Evita gestos de ansiedad o impaciencia como morderse las uñas, rascarse, apretar los ojos, carraspear, mirar el reloj…

Respira con calma para ir relajándote.

5. Muéstrate atento/a a las preguntas trampa, los gestos para intimidar o destapar incongruencias.

No respondas a la defensiva antes un posible ataque o crítica desproporcionada, reconoce la posible verdad del comentario del otro y luego defiende tu postura. Algo así como… “para usted es un problema el periodo que yo he estado sin trabajar, yo lo he visto como una oportunidad para profundizar en mis estudios” o “es cierto, no tengo experiencia en un puesto administrativo, sí tengo una formación muy avanzada en herramientas de gestión administrativa, un potencial alto de aprendizaje y adaptación, y creo estar capacitado/a para el puesto”

Ante preguntas muy personales o inapropiadas… con una sonrisa relajada… “esa pregunta, a mi parecer, no está relacionada con este puesto de trabajo”

Si el entrevistador se queda callado, espera respirando tranquilamente a que rompa el hielo, no lo hagas tú.

Si el entrevistador está muy serio, no pierdas tu simpatía.

No mientas, pero no des detalles de aquello que no te conviene, responde de manera más general y en positivo.

Conoce muy bien tu currículum, no titubees en fechas o nombres de empresas anteriores, busca argumentos con antelación, no improvises.

6. Véndete bien pero no exageres.

Cuando expresamos algo positivo de nosotros de manera exagerada, el otro puede recibirlo como una mentira.

Piensa en tus puntos fuertes antes de la entrevista, y úsalos en el momento apropiado.

7. Si se trata de una entrevista de dinámica grupal, hay un conjunto de habilidades básicas.

Mostrarse participativo, pero sin pisar al resto de candidatos.

Si otro candidato tiene una buena idea, reconocerla y reforzarla en el grupo.

Si hay una situación de indecisión en el grupo, tomar la iniciativa y abrir un camino a la decisión.

Si alguien te hace una crítica, no entres al trapo, defiéndete sin atacar.

En general, se valorarán nuestras habilidades de autocontrol, de escucha empática, asertividad, capacidad de trabajo en equipo, planificación, cooperación y liderazgo.

8. Si la cosa no sale bien, no te desanimes.

Analiza lo que has hecho bien, y también lo que has hecho mal, la próxima vez te saldrá mucho mejor.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Se puede encontrar trabajo con la que está cayendo

actitud positiva

Los índices de paro siguen subiendo y parece previsible que seguirán haciéndolo. La tasa de paro se sitúa por encima de los seis millones de personas, el 26% de la población, más del 50% si se trata de los jóvenes. ¿Cómo se enfrenta con estas noticias una persona en paro, más si es de larga duración?

Si además, esta persona presenta alguna característica especial como por ejemplo, alguna discapacidad o ser una persona de cierta edad, la situación puede complicarse. Esto me transmitieron mis alumnos en un curso de habilidades para encontrar trabajo que la fundación ONCE organiza para personas desempleadas con discapacidad.

¿Podemos encontrar trabajo en esta crisis?

La respuesta es sí. Pero supondrá un esfuerzo extra.

Te ofrecemos algunas pautas para despertar tus opciones y aprovecharlas:

La clave está en diferenciarte, señalarte, para ser visible de cara a las pocas posibilidades de alrededor y abrir la mente a opciones nuevas de empleo y ser creativo.

marcar la diferencia

Punto uno: Piensa en tus puntos fuertes y tus puntos débiles.

Puntos fuertes

  1. ¿Qué te destaca como persona y como trabajador? Por ejemplo, tenacidad, responsabilidad, creatividad, seguridad personal…

  2. ¿Qué cosas sabes hacer y hacer bien? No tienen por qué ser habilidades asociadas a puestos anteriores, por ejemplo una persona puede tener mucha habilidad para la mecánica y nunca haber trabajado en ello.

  3. ¿En qué tengo experiencia?

  4. ¿En qué tengo formación?

Puntos débiles

  1. ¿Qué aspectos podría mejorar a nivel personal?

  2. ¿Qué cosas no sé hacer o se me dan regular?

  3. ¿En qué me falta experiencia?

  4. ¿En qué me falta formación?

Y se trata de aspectos, habilidades, experiencia o formación, importantes de cara a encontrar una salida laboral.

Para salvar estos puntos débiles, ¿qué puedo hacer?

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Por ejemplo, si me falta capacidad para comunicarme o expresarme, ¿puedo hacer algo para aprenderlo? Si me falta seguridad personal para defender mi candidatura, ¿puedo buscar apoyo? Si me falta experiencia en alguna herramienta o formación más completa… ¿puedo adquirir esa experiencia o formación de algún modo?

Algunas ideas:

-       Apúntate a formación en desarrollo de habilidades personales, los aspectos de tu personalidad o seguridad personal pueden marcar la diferencia.

-       Los voluntariados, los bancos de tiempo, son una alternativa no remunerada con dinero pero sí con recursos, contactos, habilidades y experiencia.

Punto dos: Disciplínate para buscar trabajo

Pero no te obsesiones con ello. Dedica unas horas al día para este menester como si fuese una jornada de trabajo y no más.

Tómate tiempo libre para descansar y divertirte.

¡Es fundamental reforzar el estado de bienestar para no desanimarse o hundirse!

Busca por internet las ofertas disponibles pero no te quedes sólo ahí, ve a los lugares donde quizá puedan necesitar a alguien, que puedan conocerte pero no te hagas demasiado pesado/a.

Punto tres: Amplía al máximo tu red de contactos

Internet te abre una puerta a esto, abre tu perfil o página en facebook, linkedin u otras redes sociales o profesionales. Muestra quien eres aportando contenidos de interés.

Hazte unas tarjetas que puedas repartir.

Los bancos de tiempo o voluntariados, estar presente sin cansar… todo esto es fundamental para darse a conocer y crear una imagen positiva.

No muestras únicamente tu interés de encontrar trabajo sino también tu interés de ofrecer, aprender, compartir.

Punto cuatro: Cuida tu imagen

¡Una imagen vale más que mil palabras! Todo lo que expreses con tu  vestimenta, con tus gestos, tu postura, movimientos o manera de hablar es importante y debe adaptarse a cada contexto o circunstancia.

Buscar una foto adecuada para tu currículum que transmita lo que creas, puede ser apropiado en ese puesto y en esa institución a la que te diriges.

Tu expresión escrita, expresión verbal y vocabulario, también son muy importantes en el día a día en la relación con los posibles contactos, en las entrevistas y en el currículum.

Acierta con el currículum. Muchas veces, el currículum es el primer escaparate que les ofrecemos a las empresas de nosotros. Cuidar la estética y el contenido es esencial para que nuestra candidatura tenga más posibilidades: en internet puedes encontrar muchos modelos al respecto.

Punto cinco: Muéstrate amable y positivo

A las personas, nos resultan más atractivas y nos dan más confianza cuando otros sonríen, se muestran relajados y alegres.

La actitud interna y mantener a raya las emociones negativas como la desesperanza, el miedo o la desesperación es el gran reto.

Punto seis: ¿Te has planteado optar por el autoempelo?

Aunque hay enormes recortes en las ayudas, sí hay muchos recursos gratuitos para orientarte si quieres emprender un negocio.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

¿Somos otros cuando hacemos teatro?

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“Los actores mienten”, “Cuando hago teatro soy otra persona”, “Este personaje está muy alejado de mi”, “Me ha costado mucho hacer este personaje, yo soy muy distinto”… En muchas ocasiones he oído estas afirmaciones acerca de la actuación teatral y el trabajo del actor. No solo de personas que van al teatro a ver teatro, sino también de actores amateurs y profesionales. Tales afirmaciones pueden parecer muy lógicas, ya que a nadie que ha de interpretar a un malvado le gusta pensar que esa maldad proviene de él. Sin embargo la expresión de ser otro nodeja de resultarme paradójica, y me lleva a hacerme algunas preguntas fundamentales: ¿Cómo es posible que yo sea o haga de otro? Y si yo no era eso, ¿quién era? Y ya puestos… ¿Quién soy yo? Dejando a un lado juegos de palabras me gustaría enfocar este dilema desde la perspectiva que ofrecen varios enfoques terapéuticos como la psicología Gestalt o el trabajo con Eneatipos. Y para empezar cabría fijarse en la definición que ambas disciplinas nos ofrecen de la personalidad. Esta es vista como una estructura compleja que se forma desde la niñez, y que funciona como una herramienta útil que nos ayuda a crecer, a desarrollarnos y a relacionarnos con nuestro entorno. La personalidad es una respuesta directa al ambiente en el que hemos crecido. De tal manera que si somos divertidos, serios, agresivos, tiernos o perfeccionistas lo seremos en función de cómo hayamos necesitado ser para crecer de la mejor manera posible. El problema viene cuando, con la edad, nos identificamos con esa manera de ser que tan útil nos fue en las primeras etapas de nuestro desarrollo. Así diremos: “yo soy simpático”, “soy un cascarrabias”, “siempre fui un angelito”, “yo es que soy así”, etc. Nos decimos yo soy esto o lo otro, nos identificamos con una manera de ser, y desgraciadamente nos olvidamos del resto del abanico. Ya lo decía Lope de Vega en su famoso soneto: “alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso…” Según el poeta todas ellas son facetas del amor, y es que “quien lo probó lo sabe”. Y también todas ellas son cualidades humanas a nuestro servicio disponibles para enfrentar las diferentes situaciones de la vida.

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La Gestalt afirma que la personalidad se forja como una estructura neurótica en tanto en cuanto limita nuestra capacidad de ser múltiples cosas. Habrá momentos en los que, con un bebe en los brazos, sea menester sacar nuestra más tierna paternidad, situaciones en las que debamos mostrarnos fuertes ante una agresión, fiestas en las que invocar nuestro lado más divertido, arduas tareas en las que trabajar de manera minuciosa y constante, etc. Pero si en lugar de eso decimos, yo es que no soy tierno, o fuerte, o divertido, o trabajador… estaremos negando partes de nosotros absolutamente necesarias. Nos identificamos con una parte, negamos las otras. Y nos convertimos en personas incompletas…

Pues bien es aquí donde aparece la maravillosa capacidad del teatro para permitirnos ser esas otras personas que decimos no ser. Representamos a un padre y recuperamos nuestra ternura perdida, a un rey Shakesperiano y saboreamos la fuerza, a un criado de la Comedia dell Arte y sacamos lo más divertido de nosotros, a una Madre Coraje y aparece nuestra capacidad de sacrificio. ¡Pero no son esos personajes los que hablan, sienten y actúan, somos nosotros! ¿De dónde sale sino ese grito, ese llanto, o esa carcajada? Por eso mismo muchas terapias llaman a la responsabilidad de nuestras expresiones artísticas. Nos invitan a hacernos cargo de aquello que hemos creado, y a que nos demos cuenta de que dependiendo de lo que necesitemos, podemos ser lo que queramos. El teatro nos invita a explorar las múltiples maneras de ser y a sentir todo lo que se puede sentir. Y eso nos hace personas más completas.

Fernando Gallego

Actor y terapeuta gestalt