Meditar en la naturaleza

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Ha llegado el verano y con él las vacaciones, las jornadas de trabajo reducidas, más tiempo libre y ganas de salir y hacer cosas.

Algo fantástico para descansar durante el verano son las actividades en la naturaleza.

El medio natural nos ofrece un espacio de relajación y de desconexión muy potente. Favorece degustar la realidad con los cinco sentidos, lo que que nos ayuda a no estar tanto en el plano mental. Los sentidos nos ofrecen multitud de placeres que no aprovechamos en nuestro día a día y que son facilitadores del descanso, del bienestar y de la relajación mental. Concentrándonos en las sensaciones corporales agradables que recogen nuestros sentidos se consigue fluir y desconectar la mente.

Los colores, la luz y la texturas que podemos disfrutar con la vista, los olores del mar, del campo, de la montaña llenos de matices para disfrutar con el sentido del olfato, los armónicos sonidos y el silencio para nuestro sentido del oído, el calor, la brisa, el fresquito, el contacto con la hierba, con la arena de la playa… para el tacto, el tiempo para comer despacio y degustar las cosas y potenciar así nuestro sentido del gusto.

Actividades en la naturaleza hay para todos los gustos: desde paseos suaves por la playa o por una senda, a rutas en bicicleta, piragua, travesías en la montaña...

Os animo a disfrutarlas desde la relajación y la concentración en las experiencias sensoriales, a modo de meditación activa y os invito a compartir vuestra experiencia en este espacio de encuentro.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Mantener el 15M a largo plazo

Mantener el 15M a largo plazo

 Hay varios componentes psicológicos que mantienen la conducta a largo plazo:

Las emociones y los sentimientos son motores de la conducta, algunos de ellos se están experimentando en este movimiento, como la indignación, la esperanza, la alegría compartida por el empuje solidario... Estos sentimientos nos llevan a la acciónpara el cambio, a la acción para conseguir algo preciado y justo. Si estas emociones bajan su intensidad, la acción puede venirse abajo. En este sentido la actuación de los mossos d’Esquadra en la Plaza de Cataluña reavivó la indignación y le dio más vida a la llama de las emociones. La falta de concreción en las acciones o la dispersión pueden provocar también una disminución de estímulo emocional.

Otro motor de la conducta son las normas. Muchas veces no tenemos el estado emocional propicio para actuar pero hay normas interiorizadas que nos obligan a hacerlo. "Debo cumplir con…" Estas normas cobran más fuerza cuanto más unidas estuvieron en un principio y lo están con estados emocionales y sentimientos. Es decir, si se han convertido en valores importantes para ese individuo o grupo, en algo valioso por lo que luchar, en algo valioso que conseguir.

¿Está basado el movimiento 15M sólo en estados emocionales efímeros o hay un sistema de valores que está sujetándolo y manteniéndolo?

Creo que los valores están muy presentes por ser valores universales relacionados con la naturaleza humana: libertad, dignidad, seguridad, justicia, equidad…

Otro elemento que funciona como motor de la acción es el de los límites de dicha acción. Qué se puede o no se puede hacer… Hay límites que pueden superarse si miramos la realidad con un prisma positivo. Muchas veces, los límites nos los auto-imponemos nosotros mismos con creencias desajustadas, pensamientos catastróficos o irracionales, baja autoestima y baja percepción de autoeficacia, lo cual lleva a la evitación, a la huída y, a nivel emocional, al cansancio, la depresión o la resignación.

Características psicológicas que tienden al reto y a la construcción de soluciones ante situaciones complejas, al autocontrol emocional y mental ante las adversidades o dificultades, facilitan que se superen dichos límites. Tenemos muchos ejemplos de superación personal en nuestra realidad, por ejemplo en el deporte.

Por supuesto, hay límites insalvables, y por ello las metas y los objetivos de cambio deben asentarse en unos mínimos realistas que puedan materializarse en acciones concretas.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

El secreto de la eterna juventud

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Sí, parece que este secreto existe y está en las manos de cada uno de nosotros.

¿No os ha pasado que la etapa de la infancia la recordáis como una eternidad donde pasaron muchas, muchas cosas?

Siendo niños, nos parecía eterno llegar a ser mayores. Y es que durante la etapa de la niñez, la adolescencia y la primera juventud, muchas cosas  de la vida cotidiana son novedosas y por ello despiertan al máximo nuestro interés. Eso hace que nuestra percepción subjetiva del tiempo sea más dilatada.

Tener una vida rica en experiencias, una vida activa física y mentalmente y con dosis de novedad, hace que percibamos nuestra vida como más intensa y más larga.

Aprender cosas nuevas, viajar a lugares exóticos y diferentes, tener variedad en nuestras actividades laborales o de ocio, profundizar en conocerse a sí mismo, tener una vida social rica, desarrollar actividades creativas… nos ayuda a experimentar que el tiempo está en nuestras manos.

La monotonía excesiva, el exceso de estrés, la sobrecarga de compromisos y responsabilidades, la huída de uno mismo, las actividades que son mera evasión, etc. Aceleran el paso del tiempo y nos hacen sentir más insatisfacción y frustración.

Aún no hemos inventado la máquina del tiempo pero mucho de esto sí está en nuestras manos.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Nuestro vídeo corporativo

CRECE es un gabinete psicológico con sede en Madrid. Sus profesionales desarrollan su labor en el ámbito de la psicoterapia, el coaching y la formación en habilidades. Trabajamos para conseguir que las personas se conozcan mejor y se sientan bien consigo mismas, abriendo camino al cambio y a la evolución. 

En el blog de Crece podrás conocer aspectos relevantes sobre el desarrollo personal y profesional, resolver tus dudas, reflexionar y abrir debates sobre temas relevantes para nuestras vidas.

Vídeo oficial de Grupo Crece http://www.youtube.com/watch?v=IV4lINZzqJ0

 

Ya lo pagarán mis padres

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Si un menor comete una infracción, cualquiera que sea y en el lugar que sea, la responsabilidad cae directamente sobre padres o tutores legales y casi siempre es un asunto económico. ¿Cuál es el objetivo? Que el menor aprenda a respetar un espacio público o natural. Pero, ¿lo estamos consiguiendo con una multa que pagan sus padres? Creo que no.

Desde la psicología y la pedagogía se ha demostrado que la mejor manera de prevenir este tipo de comportamientos es utilizar métodos de control-autocontrol como la SOBRECORRECCIÓN.

La sobrecorrección implica subsanar el error cometido, de modo que se aprende una conducta alternativa y no sólo se castiga la inadecuada (en este caso el castigo es para los padres y no para los hijos, así que con las multas no existe ningún tipo de control directo sobre los adolescentes).

Los trabajos de servicios a la comunidad que imponen algunos jueces son un buen ejemplo de sobrecorrección.

Si un niño o adolescente ha destrozado un pupitre, la sobrecorrección implicaría ayudar al carpintero a repararlo, si ha destrozado una fachada con una pintada, ayudar a los equipos de limpieza a limpiarlo o a volver a pintarlo, acudir a limpiar una zona natural de vidrios y plásticos, etc.

El objetivo, en realidad, es tomar conciencia del esfuerzo que implican las cosas y aprender a valorar lo que se hace bien, lo correcto, el trabajo bien hecho. Además se aprende que si una persona comete un error debe resolverlo, es decir, educar en el sentido de la responsabilidad. Y esto se educa desde la acción, no desde la palabra.

En otros momentos históricos en nuestro país, momentos de escasez, en la familia y la sociedad esto fluía de una manera natural. Había que cuidar el abrigo porque era el único que teníamos y si se estropeaba había que zurcirlo y arreglarlo porque no podíamos permitirnos otro abrigo. Era algo valioso y requería un esfuerzo tanto para conservarlo como para repararlo y al mismo tiempo la responsabilidad de un uso adecuado.

Creo que se abusa de implicar a las familias en el manejo de estas variables. Esfuerzo, responsabilidad, valorar lo importante, se las responsabiliza directamente de la irresponsabilidad de sus hijos, pero si la sociedad no fomenta desde las leyes, un sentido sano y educativo de la responsabilidad está contribuyendo poderosamente a mantener a un conjunto de adolescentes irresponsables sin darles la oportunidad de cambiar.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Danza y teatro para expresar tu yo auténtico

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En la vida desempeñamos papeles, roles diversos. Algunos de esos roles nos han servido en momentos vitales, la mayoría nos fueron impuestos en el entorno familiar y social a edades tempranas y eran útiles para adaptarnos a dichos entornos, pero en la etapa adulta ya no nos sirven y pueden estar provocándoos insatisfacción, frustración y baja autoestima. Algunos de esos papeles que tuvimos que representar no estaban hechos a nuestra medida, no respondían a nuestras necesidades, nuestras capacidades o nuestros deseos más intrínsecos. Algunos roles no tuvimos ocasión de experimentarlos por imporsición, por tabúes o miedos y son una asignatura pendiente en nuestra vida.

El teatro terapéutico o teatro Gestalt y el movimiento expresivo y danza Gestalt facilitan que tomemos contacto con nuestro verdadero yo a través de juegos teatrales y la expresión del movimiento. Se trabaja con las emociones, la comunicación, la confianza, la aceptación, la vulnerabilidad y la fortaleza, para conseguir conocernos mejor, aprender a escucharnos a nosotros mismos a nivel corporal y emocional, afrontar miedos y dificultades, y sentirnos más seguros y motivados.

Este trabajo se realiza con adultos o con menores, en el ámbito del coaching y del crecimiento personal, en el ámbito clínico-terapéutico, educativo y psico-social.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Comunicación no verbal: Más allá de las palabras

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La conducta no verbal nos da información del carácter de las personas, sus emociones e intenciones. Además, manifestamos y percibimos estos comportamientos en muchos casos de forma automática e inconsciente.

La postura y los movimientos, la activación fisiológica, la gestualización, la voz (volumen, inflexiones, tono emocional)… comunican más allá de las palabras.

La conducta no verbal cumple importantes funciones en la comunicación. Ilustra, acompaña, contradice o recalca el mensaje verbal, expresa en sí misma un mensaje como sustituto de las palabras, regula los flujos de comunicación en las conversaciones, nos sirve de adaptador, controlando y manejando nuestros sentimientos y sirve de vehículo para la expresión de las emociones y para la comunicación siendo esencial en el establecimiento de los vínculos afectivos.

Birdwhistell, pionero en el estudio de la cinesis y movimiento corporal afirma que no más del 35% del significado del mensaje corresponde a las palabras.

En realidad, damos prioridad a lo no verbal frente a lo verbal a la hora de percibir el significado de un mensaje cuando existe incoherencia entre el mensaje verbal y el no verbal.

En la vida social, en el mundo laboral, en la educación de nuestros hijos, en la interacción con nuestra pareja o familia, una comunicación eficaz a nivel no verbal nos ayuda a tener más éxito en las relaciones y nos acerca a nuestros objetivos.

A comienzos del siglo XX psicólogos y antropólogos afirmaron que los movimientos corporales y expresiones del rostro no son fortuitos sino que se aprenden del mismo modo que una lengua.

Pero nos es sino a partir de la década de los cincuenta cuando se empiezan a estudiar estos aspectos de una manera más sistemática y a ser divulgados al gran público.

Existen pautas universales en la expresión no verbal (por ejemplo la expresión de las emociones y sensaciones) pero en gran parte, se trata de conductas aprendidas con gran influencia de factores culturales y personales. Por ello, el significado de la conducta no verbal se debe enfocar teniendo en cuenta el conjunto de los gestos, su velocidad, duración, momento en el que se realiza, intensidad, etc. y el contexto en el que se dan, además de tener en cuenta las características individuales de cada persona.

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Cuando hablamos de la conducta no verbal nos referimos a aspectos corporales como: activación y tono muscular, respiración, ritmo, postura, orientación, distancia interpersonal, gestos de las manos, gestos de las piernas y pies, gestos de la cabeza, contacto físico y presencia física; gestuales como: expresión de las emociones, mirada, cejas, sonrisa, tensión-relajación facial, y paralingüísticos: tono emocional, timbre, resonancia, volumen, claridad, velocidad, inflexión y énfasis, pausas y silencios.

Como decíamos, gran parte de la información que suministramos a nivel no verbal es inconsciente: los gestos de inseguridad cuando hablamos en público o hacemos una entrevista de trabajo, los gestos de seducción que emitimos cuando alguien nos interesa, aspectos de nuestro carácter como la introversión o extroversión, gestos que denotan que estamos mintiendo o que somos fácilmente manipulables.

Todos estos elementos son entrenables, podemos aprender a observar en nosotros mismos y en los demás los diferentes aspectos de la conducta no verbal y podemos modificar con la autoconciencia y la práctica nuestra conducta no verbal y por tanto la imagen que damos de nosotros mismos y acercarnos así a nuestros objetivos.

Adoptar una actitud corporal diferente también nos sitúa en un plano diferente en cuanto a cómo nos sentimos y a nuestra capacidad para afrontar determinadas situaciones.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

 Grupo Crece

Cuando estamos alegres…

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La alegría es una emoción universal, innata y básica.

Es universal ya que está presente en todas las culturas humanas, es innata porque los bebés nacen ya con capacidad para experimentarla, expresarla y reconocerla en las expresiones de los otros y, básica porque a partir de ella desarrollamos otros sentimientos positivos más complejos.

Además, no es exclusiva de las personas, la compartimos con muchos animales.

La alegría es la emoción de la acción positiva. Cuando estamos alegres imaginamos más, somos más creativos, anticipamos que el futuro y el resultado de nuestras acciones depararán cosas buenas, sentimos que tenemos más capacidades para enfrentar las diferentes circunstancias y obstáculos cotidianos, inhibimos nuestro miedo y ansiedad, somos más proactivos, nos relacionamos más con los demás y, en definitiva, aumentamos la posibilidad de conseguir nuestros objetivos y de que las cosas salgan bien.

Todo esto se manifiesta también a nivel biológico liberando los neurotransmisores del placer, las endorfinas. 

“Sin alegría ni orgullo no hay nada que salga bien”

F. Nietzche

Hay muchas vías para potenciar los estados emocionales positivos:

  • Aprende a relajarte y mantén a raya el estrés.

  • Fíjate en lo que haces bien y no te exijas tanto.

  • Encuentra momentos para ti y lo que te gusta.

  • Come y duerme lo suficiente para ti.

  • Haz algo de deporte.

  • Toma decisiones hacia cambios vitales ilusionantes.

  • Incorpora cosas nuevas en tu vida.

  • Encuentra momentos para relacionarte con los otros.

  • Haz actividades creativas.

  • Sonríe y ríete cada día, cultiva el humor.

Técnicas como la danzaterapia, risoterapia, musicoterapia, arteterapia, entre otras nos pueden ser muy útiles para acercarnos a esos estados emocionales positivos.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

¿Tengo que ser guapo/a para ser feliz?

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Desde que tengo uso de razón me recuerdo rodeada de vestidos para las muñecas, para los recortables, para mí, de una antigua "Singer" y revistas para crear mis propios modelos, de esas que te venían con patrones dentro... También me recuerdo rellenita, y con mil complejos, por mis gafas, mis michelines, mis ojos pequeñitos... la moda y la creatividad para mí se convertían, aparte de una pasión, en una búsqueda de aquello que creía no poseer, mi propia "belleza".

La sociedad en la que vivimos no nos ayuda a tener una imagen favorable de nosotros mismos; de una forma inconsciente, se crean unos estereotipos, a los que contribuyen todos: diseñadores, prensa, marketing, nosotros mismos con nuestros comentarios... Creamos estos modelos con unas fuertes creencias del tipo "si no eres como la chica de la foto, no puedes ser feliz y para conseguirlo te ofrecemos el producto X". Yo también interioricé desde pequeña esas creencias de que para ser feliz tenía que ser guapa "como las chicas de las fotos", y el trabajo que elegí no me ayudó a desmentir esta creencia durante muchos años. Gracias a Dios, siempre he sido una persona con sentido común, y aunque me han influido estos mensajes no han sido determinantes en mi vida, como en la de otras personas, que han podido desarrollar enfermedades como trastornos alimenticios. Por otro lado, trabajando en la trastienda de la moda, no dejaba de sorprenderme el hecho de comprobar que estando tan cerca del mundo del "glamour" pocos son los que se sienten realmente satisfechos con su propia imagen. Creo que la mayor parte de las veces ponemos nuestro valor y autoestima más en los objetos que llevamos, el precio que hemos pagado por ellos, nuestro peso, edad, etc., que en nosotros mismos. Nos creemos que nos tenemos que parecer a las personas de físicos espectaculares que salen en los anuncios y empezamos a hacer cosas desde fuera de nosotros: dietas milagrosas, ejercicios, tratamientos... y gastamos fortunas en marcas de ropa y perfumes, que se supone, que, con un chasquido de dedos, tal y como nos dice la publicidad de "Gucci", nos van a convertir en "eso" que deseamos ser. Y ¿qué ocurre? Que no, que evidentemente no nos convertimos en eso porque no somos esas personas, somos otras personas diferentes; hemos perdido parte del sentido de la realidad, hemos desconectado de nosotros mismos, hemos dejado de escucharnos y nuestro cuerpo necesita otras cosas diferentes para estar bien; lo único que conseguimos, si seguimos desconectados, es alejarnos de nosotros mismos intentando ser otras personas diferentes a lo que somos de verdad, y sobrevalorando un aspecto de nosotros mismos dejando de lado otros, igual de importantes o más. Creo que cuidarse es fundamental para tener una sana autoestima, pero existe una gran diferencia entre un sano cuidado y la obsesión de nuestra sociedad por la imagen. ¿Qué pasaría si en vez de dar por sentado que nos tenemos que parecer a esos modelos, cada vez nos escucháramos más? ¿Si decidiéramos vernos y aceptarnos tal y como somos, mimarnos y amarnos? Nuestro cuerpo refleja la relación que tenemos con él; para mejorarla el primer paso que podemos dar es aprender a mirarnos sin juzgarnos, aceptar lo que vemos tal y como es ahora, y entender que en el momento en que cambie mi relación con él, éste, agradecido, empezará a mostrar lo mejor de sí mismo. Estas reflexiones, este mundo ilusorio de la imagen y el glamour, y todo el engranaje mediático, fueron los motivos de peso para empezar a investigar, primero en mí misma, y más tarde formándome como profesional para crear "Ilumina TU Imagen", que con el tiempo se convertieron en la "necesidad" de trasmitir el mensaje de que "somos mucho más que nuestra apariencia". En los talleres que imparto invito a mis clientas a aprender a verse de forma "objetiva y amable", a conocerse tanto por fuera como por dentro, a auto-observarse, a incluir el juego y la diversión con su cuerpo e imagen, a cuidarse y a introducir hábitos saludables en todos los ámbitos, desde la comida sana a las buenas relaciones. En los diferentes módulos, vamos tocando todos los temas relacionados con la imagen: colores, estilo, líneas de ropa que mejor les sientan a cada una, etc...de manera que aprenden a sacarse más partido a su aspecto exterior y, por otro lado, los temas relacionados con las cualidades personales, la relación que tenemos con nuestro cuerpo, aquello que las hacen personas únicas y especiales, a disfrutar de su diferencia...poco a poco van descubriendo a ser sus mejores amigas, aprendiendo a valorar su imagen en su justa medida, aprendiendo a poner conciencia en su forma de verse tanto por dentro como por fuera, aprendiendo a sentirse personas bonitas. Me gusta la creatividad a la hora de vestirme, me gusta mirar revistas y pasarelas, pero desde esta nueva perspectiva, desde el auto-conocimiento y apreciación, si no, carece de sentido, y es así como enfoco mi trabajo con mis clientas, desde el amor propio y respeto por ser quienes son.

Gema Gómez de Pablo

Diseñadora de Moda y Coach