10 señales de que te está yendo bien la vida

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1. NO TIENES MIEDO A PEDIR AYUDA

Para ser un héroe debes renunciar a ser el superhéroe que puede con todo y salva a todos.

Querer llevar la carga del mundo sobre los hombros sólo te llevará a que se caiga en algún momento y te arrastre con él debido a su peso.

Pedir ayuda no es síntoma de debilidad, sino de madurez, puesto que reconocerse como humano incompleto requiere de mucha fortaleza.

2. TU PONES TUS NORMAS.

Eliges cómo quieres vivir las cosas, cómo quieres construirlas ( lo que no significa que siempre lo tengas claro y sabiendo que siempre puedes pedir ayuda )
Vives de acuerdo a tus deseos, sin ignorar los deseos del otro, pero haciendo que los tuyos sean prioritarios puesto que se trata de TÚ desarrollo personal.

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3. TE ALEJAS DE LAS COSAS QUE TE HACEN DAÑO

Te quieres lo suficiente para empezar a tratarte con respeto y alejar a las personas que no lo hacen y despedir las situaciones o cosas que no te convienen...

4. HAS APRENDIDO QUE LOS FRACASOS SON PARTE DEL AUTOCRECIMIENTO

No nos queda más remedio que sumir que la única forma de crecer es concebir el error como primer paso para ello. Y es que en el error no debe haber vergüenza, ni culpa, ni inferioridad…lo único perjudicial del error es no aprender de él debido a nuestro orgullo y a la ambición de ser superhéroes.

5. TE RODEAS DE PERSONAS QUE APORTAN EN TU VIDA

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Ya has alejado a la gente que no te hace bien y eliges que formen y formar parte de la vida de personas que te aporten bienestar.

Esto no significa que no haya nunca dificultades con esas personas, eso forma parte de las relaciones, pero esas dificultades se tratan con respeto y con cariño.

Estas personas confían en ti y confías en ellos, lo que te ayuda a avanzar y continuar adelante.

6. NO TE QUEJAS MUCHO

Eres capaz de ver el otro lado de las cosas, el positivo, el que nos hace disfrutar de los pequeños detalles placenteros.

Atendiendo únicamente a lo negativo no queda más remedio que la queja, no hay otra forma de sobrellevarlo.

En los momentos más complicados, te quejas , pero lo justo y necesario para expresar tu malestar, sabiendo que la queja excesiva no te hace bien ni a ti ni a quien te rodea.

7. CELEBRAS LOS LOGROS AJENOS.

Es natural que aparezca cierta envidia del éxito del otro si consideramos que en nuestra vida no vamos cumpliendo nuestros deseos....

Y cuánto más pendientes estemos de si los otros consiguen o no sus sueños , menos conscientes seremos de los que vamos consiguiendo nosotros y menos valor le daremos.

Céntrate en ti y acompaña a los demás en su crecimiento. Saldrás creciendo también.

8. ACEPTAS QUE HAY COSAS QUE NO PUEDEN CAMBIAR

No gastes tus energías en intentar cambiar cosas que sólo están en la voluntad del otro cambiar.

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9. SABES QUE NO PUEDES COMPLACER A TODO EL MUNDO

Complacer implica ir regalando trocitos de uno mismo. Regálate a quien tu quieras, no a quien debas, porque si todo el mundo se queda con algo de ti puede llegar el día en el que te mires y no encuentres nada tuyo. Todo se lo habrán quedado los demás .

10. TE SIENTES FELIZ

A pesar de que las vicisitudes de la vida seguirán ocurriendo, cuando miras dentro de ti encuentras un espacio de serenidad y la sensación de que las cosas, aunque lentas, van colocándose....

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¿Por qué es tan importante el hábito de estudio?

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Un buen hábito de estudio genera mayores posibilidades de eficacia y rendimiento y permite asimilar más conocimientos con menor esfuerzo y menos tiempo. El estudio ayuda a los niños y niñas en su desarrollo cognitivo, en la solución de problemas, en el autocontrol, en la disciplina, en la constancia y en la consecución de objetivos y metas a corto y a largo plazo. Además cuando aprenden a ser más eficaces a la hora de asimilar nuevos aprendizajes, se sienten más confiados/as  en sus capacidades.

Los padres y madres deben facilitar el desarrollo de hábitos de estudio adecuados en sus hijos e hijas proporcionando para ello ciertas condiciones ambientales y educativas.

¿Por qué es importante el hábito de estudio?

- La adquisición de este hábito le ayudará a hacer del estudio una actividad diaria e ineludible.

- Asimismo, se sentirán más seguros/as en relación con los estudios y confiados/as en sus capacidades para superar las diferentes pruebas escolares.

- El estudio es fundamental para el aprendizaje de los niños y niñas puesto que les dota de los conocimientos necesarios para enfrentarse en el día a día y a su futuro laboral.

- También les ayuda a desarrollar sus capacidades lingüísticas y cognitivas tales como la atención y la memoria. Es igualmente importante para la maduración personal, social e intelectual.

- El hábito de estudio aumenta las posibilidades de conseguir un alto rendimiento escolar.

- Implica constancia y perseverancia, factores fundamentales para el éxito laboral y personal.

- Los  niños y niñas con buenos hábitos de estudio serán más capaces de adaptarse y desarrollar con éxito las labores que desempeñarán en sus puestos de trabajo.

Tenemos que ayudar a los niños y niñas a desarrollar su motivación hacia los estudios. Han de comprender que aunque las ventajas a corto plazo son escasas para ellos ya que sólo encuentran inconvenientes (el aburrimiento que les provoca hacer los deberes, el número de horas que podrían dedicar a jugar, etc.), es importante explicarles que estudiar tiene más beneficios que no hacerlo, lo fundamental es que encuentren su motivación hacia los estudios:

- “Todo el mundo lo hace y yo no voy a ser menos”

- “Porque me gustaría trabajar de…”

-“Porque me siento útil”

-“Para sacar buenas notas”

-“Para ser más listo…”

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El hábito de estudio es una rutina y como tal debe llevarse a cabo siempre en el  mismo lugar, a la misma hora y de la misma manera porque eso le ayudará a desarrollar posteriormente otro tipo de hábitos. Se establece a fuerza de repetirlo, no es necesario que los niños y niñas tengan deberes, lo ideal es que desde pequeños/as se habitúen a estar concentrados/as en una tarea durante un rato. De esta manera, podrá conseguir más concentración durante periodos largos de tiempo cuando sea más mayor, algo imprescindible para los estudios más avanzados (universitarios, másters, oposiciones, módulos, etc.).

Susana Paniagua

Psicóloga

Grupo Crece

Identificar y ajustar nuestra personalidad

"Somos un híbrido de biología y cultura" dice el filósofo José Antonio Marina. Nuestra manera de ser incluye una parte heredada o configurada en nuestra estructura genética y otra aprendida (incluso ya durante el vientre materno), y las interacciones entre ambas partes configuran lo que llamamos personalidad.

La personalidad que nos viene de nuestros genes o configurada antes de nacer se llama temperamento, si bien,  cada vez está más reconocido el hecho de que lo ambiental y emocional influye durante el embarazo, con lo que en ese temperamento inicial que observamos en el bebé hay ya una parte de aprendizaje.

En cualquier caso, podemos observar que desde el nacimiento, el bebé muestra ya unas tendencias básicas: apertura a lo nuevo vs. miedo a lo desconocido, impulsividad o estabilidad emocional...

El temperamento es plástico y podemos reorientarlo durante el desarrollo del individuo hacia una personalidad constructiva y sana, partiendo de la estructura básica de ese ser.

A medida que las personas vamos siendo expuestas a la interacción con nuestro ambiente físico y social y a las interacciones con nosotros mismos, a través del conjunto de nuestras diferentes experiencias vitales, vamos desarrollando nuestro carácter, la parte aprendida de nuestra personalidad.

No podemos ir en contra de nuestro temperamento.

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Conectando con nuestro temperamento (indagar en nuestro niño/a interno) podemos aprender muchas cosas de nosotros mismos que nos guíen a la hora de tomar decisiones o marcarnos objetivos.

 

¿Como podemos conocer cosas de nuestro temperamento o carácter?

¿Cómo éramos de bebés, cuáles nuestras tendencias los dos o tres primeros años de vida?

¿Hubo algún momento de nuestra vida que desarrollamos una personalidad diferente? ¿Qué experiencias vitales lo podrían explicar?

 

Pistas para reorientar nuestra personalidad hacia la potenciación de nuestras fortalezas:

Te presento algunos ejemplos de como afrontar tu personalidad en algunos casos.

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1. Si eres miedoso/a exponte a nuevos retos de manera progresiva. Sobre todo, aquellas cosas cuya evitación, te estén provocando sufrimiento o frustración. No hay qeu vencer todos los miedos sólo aquellos que nos permitirán ser más felices. aún así, no pretendas ser lo contrario de lo que eres. Tenderás a ser más prudente que osado/a pero atravesarás tus propios límites.

 

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2. Si eres obsesivo/a, te gusta controlar, dedicas un exceso de tiempo a las rumiaciones que no llevan a ninguna conclusión práctica o dedicas un exceso de tiempo a ser muy perfeccionista con lo que haces, más allá de lo razonable: busca espacios para dejarte llevar, situaciones donde los resultados no importen, controla las anticipaciones y desenchufa la mente con actividades meditativas y con mindfulness.

 

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3. Si eres impulsivo/a intenta no tomar decisiones con estados de ánimo muy altos o muy bajos. Si te enfrentas a una conversación importante prepárala mucho con antelación. Si experimentas una emoción fuerte de enfado, intenta marcharte del escenario y esperar a que e te pase un poco antes de responder o resolver.

 

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4. Si eres una persona introvertida y te encuentras mejor en las distancias cortas, piensa que esa personalidad no es negativa, sino sólo es una característica más. Puedes mejorar tus habilidades sociales e intentar no aislarte pero respeta tu condición de sentirte más a gusto en grupos pequeños o de tú a tú.

 

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

No te dejes manipular: Identifica a las personas manipuladoras

Todos ejercemos influencia en los demás o en nuestro entorno y, a su vez, somos influidos por los otros y las circunstancias. Es inevitable, somos seres sociales dependientes de los demás y vivimos en una sociedad muy compleja en la que es imposible tomar en cuenta y controlar todos los factores. En una gran parte de ocasiones esa influencia es positiva y bienintencionada. Por ejemplo, cuando educamos a los niños ejercemos una gran influencia sobre ellos, les moldeamos hacia valores que nos parecen los más sanos, les enseñamos lo bueno y lo malo y que las cosas tiene consecuencias. Intentamos ejercer una sana influencia, al igual que lo hacen nuestros maestros o mentores, nuestra pareja, nuestros amigos están llenos de buenas intenciones y de buenas influencias. Los niños también ejercen una influencia en nosotros y, muchas veces, "nos manipulan".  cuando lloran y les damos lo que quieren sin pensar si es correcto o no, si era lo que realmente necesitaban..., al verles llorar y llorar caemos en sus redes ya que no soportamos verles sufrir, pero ellos aprenden una estrategia magnífica para manipularnos el resto de las veces y así conseguir a través del chantaje emocional lo que ellos quieren en ese instante.Y desde ese momento serán manipuladores y chantajistas en potencia salvo que les conduzcamos a ser también buenos "influenciadores" en los demás y no caigamos en sus redes.

Existen también formas aceptadas socialmente donde uno puede "manipular". Por ejemplo la "mentira social". Todos entendemos que es sano mentir para no hacer daño "mentira piadosa" y que los niños o adolescentes ocultan cierta información o mienten en el proceso de construcción de su identidad, de adultos también mentimos para dar una imagen y quedar bien, sonreímos aunque no lo sintamos ("sonrisa social"). Es adaptativo generar buen rollo. Además permitimos y potenciamos las habilidades de persuasión y negociación necesarias en la educación, en el trabajo en equipo, en la venta de productos y servicios, en la solución de conflictos internacionales. La sociedad se sustenta también sobre ello.

Pero existe un lado oscuro en la manipulación muy dañino, que puede hundir psicológicamente a la persona que lo sufre. Y hay personas realmente expertas en el arte de manipular que pueden parecer inofensivas a simple vista, pero que son muy tóxicas y peligrosas. Hablaremos en términos genéricos, pero tanto ellos como ellas pueden ser grandes y perversos manipuladores.

En algunas ocasiones, estas personas no son conscientes de sus estrategias de chantaje, presión o manipulación, han aprendido a satisfacer sus necesidades más básicas e importantes de forma indirecta a través de la manipulación, no tiene intención de dañar pero no han aprendido a ser asertivas o han desarrollado una personalidad complicada, en algunos casos se trata de patologías clínicas. En otras ocasiones, el manipulador sabe lo que hace y disfruta teniendo la batuta de mando, en un extremos de estos personajes también hablaríamos de casos clínicos con algún tipo de patología psicológica.

Tanto a los primeros como a los segundos debemos pararles los pies para mantener nuestra autoestima a salvo, y generar relaciones sanas con los demás.

Los manipuladores se esconden detrás de muchas estrategias de comunicación que dominan a la perfección y que crean una falsa impresión en los demás o generan un desconcierto que nos dificulta actuar en el momento y defendernos. 

Algunas de ellas son:

1. Incoherencia entre el mensaje verbal y no verbal.

Son muy hábiles con la comunicación no verbal con lo que verbalmente nos dan un mensaje constructivo pero a nivel no verbal dan un mensaje opuesto, nos dicen sí pero con el cuerpo dicen no, esa ambigüedad nos deja desarmados hasta que conseguimos reaccionar.

2. Mensajes indirectos o ambígüos que no dicen nada pero que pueden significar todo.

Ante estos mensajes se despierta nuestra mente obsesiva y buscamos posibles interpretaciones, al final entramos en un bucle que nos provoca más inseguridad.

3. Ironías, sarcasmo, bromas...

Lanzan muchos mensajes hostiles o inapropiados disfrazándolo de broma, y ante las quejas apelan a que no tenemos sentido del humor.

4. Son expertos en el manejo de las emociones

Pueden mostrar mucho equilibrio emocional, hasta que un día se enfadan mucho, se indignan mucho, se muestran hundidos o preocupados. la tendencia es a darles credibilidad a esas emociones ya que habitualmente no aparecen, con lo que creemos que dichas emociones corresponden a sentimientos auténticos, así estas personas consiguen en ese momento lo que quieren.

A veces, el manipulador usa un registro emocional habitualmente: voy de triste  y dando pena, voy de víctima y culpabilizo a todos, voy de inseguro y me resuelven los problemas siempre, voy de hostil y genero miedo...

Otras veces, irradian emociones positivas y nos seducen, nos llenan de halagos, refuerzos, consideraciones, muestran su admiración hacia nosotros... eso nos encanta y nos acomodamos y confiamos con esa persona. en cualquier momento pasará al otro extremo emocional, nos despreciará, nos criticará de forma desmesurada y nos ignorará.

5. Generalizaciones y afirmaciones tajantes.

Hablan con tanta contundencia sobre como somos y lo que somos, "eres débil", "eres despreocupada", "nunca llegarás a medrar en esta empresa", que nos dejan sin palabras y con el miedo en el cuerpo.

6. Nos exigen por encima de lo humanamente razonable

Si somos personas que nos gusta hacer las cosas bien, valoramos el esfuerzo... siempre nos sentiremos de menos.

7. Nos ocultan información

Así provocan que nos sintamos como perdidos o fuera de lugar o menos importantes.

8. Provocan rumorología y difamaciones sobre los demás

De manera tan sutil a veces, que ellos no son los protagonistas de las difamaciones pero sí los que lanzaron el primer dardo. 

9. En su vocabulario, de manera sutil o directa suele estar presente la amenaza y la coacción

Si tu no haces lo que yo quiero.... no tendrás lo que necesitas.

10. Y ya para rematar, multiplican el efecto de la manipulación si utilizan estas estrategias delante de más personas.

Ser manipulado delante de otros, implica que los presentes van a caer también en la influencia del manipulador creando una sensación negativa sobre la persona objeto de la manipulación y provocando a largo plazo rechazos, falta de apoyo, etc.

Veremos ahora en detalle algunas situaciones de manipulación y chantaje:

1. La manipulación del control: yo hago lo que tú dices, lo que tú quieres... y casi ni me entero

Este tipo de manipulador/a es alguien muy controlador, las cosas deben ser a su manera y además le gusta tener adeptos, pupilos que no le pongan pegas a nada, se rodea personas que le admiran y nunca le pondrán en tela de juicio sus decisiones. Es posible que este pupilo esté sobre explotado pero lo hace "por la causa", sea la que sea y hace de esa causa algo suyo por encima de sus necesidades reales.

2. La manipulación del amor: la tiranía de las reglas del cariño y del amor

Esta persona manipuladora nos quiere, nos lo hace saber de mil maneras, pero detrás de ese amor está su necesidad de dañar para conseguir sus objetivos o satisfacer sus necesidades. A veces, es muy inconsciente pero genera daños muy grandes, ya que la personas que te manipula forma parte de tu red de apego y de relaciones seguras.

Pongamos algunos ejemplos:

Nuestra mejor amiga que al final se lleva el puesto de trabajo porque ha sabido sacarnos la información necesaria y se ha presentado ella primero a la entrevista ocutándonoslo.

Obligamos a nuestra pareja a apuntarse a un curso de baile sabiendo que no le gusta nada pero es una condición imprescindible para no sacar más el tema de la ex, que tantas discusiones provoca.

Una madre cuyo discurso habitual es "yo lo doy todo por mis hijos y quiero que sean felices" que se siente incómoda con que uno de sus hijos no haga lo que ella considera adecuado y busca momentos clave para hacerle críticas desajustadas o hacerle sentir mal hijo.

"Quién te querrá sino yo"... con este mensaje nos vemos avocados a hacer lo que el otro quiere por miedo al abandono.

3. La manipulación del victimismo: te obligo a hacerte cargo de mí aunque yo no lo necesite de verdad

Se trata de personas que tienen dificultad para hacerse responsables de su vida y ser autónomas, entonces buscan parásitos en los que anidar y que les resuelvan todo. Suelen utilizar también las reglas del cariño y ser muy afectivos, amorosos, buenos amigos, buenos padres, buenas parejas. El mensaje velado es: "con todo lo que yo te doy, lo maja/o que soy...deberías hacerte cargo de mi problema y ayudarme".

4. La manipulación que no ves venir: "me la dio con queso" 

Son personas que se parecen a Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la primera fase de la relación, que puede durar desde días a unos meses o incluso años es maravillosa, todo fluye, hasta que la persona manipuladora empieza a mostrar sus auténticas intenciones. Este tipo de manipuladores sí son conscientes de la situación.

Por ejemplo: 

Alguien comienza una relación con otra persona que tiene, exito, dinero... Después de asentar la relación con algún hijo, o con alguna propiedad a su nombre, etc. La persona manipuladora rompe la relación añadiendo que nunca hubo amor, y lanzando comentarios destructivos hacia la pobre víctima del engaño para parecer víctima ella misma.

Puede ocurrirnos con la pareja, los amigos, socios de una empresa, compañeros de trabajo... y todo ello suele estar motivado por ambiciones e intereses personales y egoístas, quizá a veces, también por envidias, venganzas, rencores...

5. La manipulación a través de la seducción: te puse en el pedestal para confundir tu realidad

Son personas zalameras, con carisma, seductoras, siempre tienen una palabra amable, te hacen sentir especial, divertido, único, inteligente... todas las cualidades que tú valoras. Una vez que te tiene en sus redes pueden empezar a hundirte hasta que toques el fango. En muchas ocasiones juegan de manera intermitente, por un lado te aprecian y te valoran muchísimo, por otro lado te humillan, te rechazan, te infravaloran, te ningunean, te critican...

A veces este juego es inofensivo con personas zalameras y seductoras que nunca se van a aprovechar de nuestros sentimientos aunque sabemos que a ellas no les podremos decir no.

6. La manipulación a través del poder:  “Juegos de poder y de miedo”

Nuestra sociedad es jerárquica en muchas de sus estructuras, unos tiene mucho, otros tiene poco y mucho que perder si lo pierden. en este contexto juega un papel esencial "La ley del más fuerte" que tiene siempre las de ganar.

Por ejemplo:

Nuestro jefe puede obligarme a hacer horas extras por miedo a perder el ascenso que me permitiría poder tener otro hijo.

Nuestro compañero sabe más del tema y tiene más experiencia así que toma todo el protagonismo y yo quedo como un cero a la izquierda.

En la familia siempre se hace lo que quiere Fulanito, no se discute, siempre es el elegido.

7. Traspaso de responsabilidad y control: "yo nunca tengo la culpa, es tuya"

Hay personas expertas en barrer para afuera, nunca es responsabilidad de ellas, nunca lo hacen mal, nunca se equivocan pero siempre hay cabezas de turco o excusas que se llevan el muerto.

8. Manipulación contra la autoestima: destacar el “error” o la “debilidad”

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Estos manipuladores siempre hacen notar la debilidad o el error de otros aprovechando pillarles en un momento bajo, de mayor vulnerabilidad  inseguridad. como lo hacen usando un lenguaje sutil y ambígüo es difícil defenderse de la crítica y autoafirmarse con lo que nos vamos hundiendo progresibamente y bajando nuestra sensación de valía y control personal.

9. La manipulación a través de la humillación: todos lo han visto y oído

Similar al punto anterior, en el que el manipulador destaca el error o la debilidad, en este caso se hace en público.

Puede tratarse de un ligero comentario ambígüo o generalista en tono de ironía, que ante la respuesta ofendida o autoafirmativa del manipulado, se le tacha de poco sentido del humor o de no recibir bien las críticas... el manipulador es tan hábil que generará tensión en el manipulado mientras que romperá el hielo con el grupo y así quien queda señalado es el manipulado y no el manipulador, que al fin y al cabo ha dado sólo una opinión o ha hecho una inofensiva broma.

Puede tratarse de una presión más intensa, ridiculizando a la persona en público, humillándola, dejándola en evidencia, a veces incluso puede falsear pruebas y mostrarlas en público para hundir al contrincante.

Ninguneos, desprecios, exclusiones... que van calando sutilmente en el grupo, o que este por miedo a represalias prefiere callar.

Desde aquí se formaja el mobbing o bullyng, formas de manipulación y acoso en las que se implica el silencia y la falta de apoyo del grupo de referencia.

10. Amenaza de pérdida o daño: "ya no me querrás, me abandonarás, me harás daño, me pegarás, me matarás, me despedirás, me difamarás..."

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Es una manipulación que es en sí misma un maltrato y conlleva mucha agresividad que puede ser física, verbal o una agresividad soterrada que no se ve ni oye pero se respira. Se basa en el miedo del manipulado ante la pérdida de ciertas circunstancias si no cede a las necesidades del manipulador.

Aquí caben las agresiones físicas y sexuales que nos manipulan a través del miedo, las amenazas de todo tipo, las coacciones, aprovechar el estatus de poder para explotar a los demás, las vejaciones y humillaciones...

Pero también caben manipulaciones más difuminadas en las que un día te elevo en un pedestal y otro, de repente te bajo a los infiernos, provocan un caos psicológico de indefensión y de no saber qué hacer ya para resolver los problemas, conseguir el afecto del otro, encontrar una salida... que acaba reproduciendo reacciones de indefensión aprendida y hundiendo al manipulado que deja de defenderse.

11. La manipulación del ninguneo: no te saludo, no te miro, no te informo... ¡estás fuera!

En este caso, si obviamos la parte más agresiva, de humillaciones, críticas, etc, y nos centramos sólo en la manipulación de la exclusión y del ninguneo, estaríamos en este caso de manipulación qeu aquí describimos. Somos individuos sociales y necesitamos sentirnos integrados, quien nos deja fuera, nos hace sentir invisibles y cada persona necesita su dosis de pertenencia y protagonismo.

Es una manipulación que podemos hacer para evitar que alguien se meta en mi camino y entorpezca mis objetivos. 

Por ejemplo: 

No le voy a presentar a mi jefa a mi compañera, voy a pasar de ella, no vaya a ser que ascienda antes que yo.

Es un rival sexual para mí, le voy a ignorar así se sentirá incómodo y los ojos de mi chico serán sólo para mí.

12. La manipulación racional: lo digo tantas veces y tan bien que te lo crees

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El manipulador se apoya en esto de si digo una mentira muchas veces y con total seguridad y contundencia, al final parecerá una verdad. tenemos ejemplos de muchos personajes públicos que nos engañan continuamente y creemos en ellos, y aunque siempre se pilla al mentiroso, puede ser ya tarde para reaccionar.

Vendedores fraudulentos que venden humo, profesionales que ofrecen servicios que ofrecen soluciones mágicas a problemas serios para la gente.

Ese/a jefe/a que con su dialéctica nadie le rechista y parece hasta que tiene razón. Ese amigo, mi pareja, alguno de mis familiares... apelando a las reglas de la lógica verbal y manejando una comunicación no verbal impecable, nos manipulan para salirse con la suya sea cual sea su objetivo.

¿Todos conocemos a alguien así, verdad?

13. La manipulación por emociones desajustadas

Si ante una situación determinada una personas reacciona con una emoción desproporcionada (enfado, alegría, tristeza, miedo...), podrá ser que esta personas no tuviese habilidades de gestión emociona suficientes y se sobre estimule en ciertos momentos.

Podría ser también, que esta personas hiciese un teatro para provocar un efecto en los demás, el natural ante la expresión de una emoción intensa.

Tristeza y llanto me puede llevar a conseguir que me cuiden o me hagan caso.

Agresividad y hostilidad, me permiten colarme en una cola, salirme con la mia...

Miedo terrible o pánico hace que esta personas no afronte una responsabilidad y quizá otros la afronten por ella.

Etc.

 

 

 

 

14. La manipulación para eliminar las emociones: reproches “contra natura”

Pero las emociones no siempre son desajustadas o no siempre son engañosas, un manipulador puede utilizar la expresión de emociones y sentimientos genuina y necesaria de una persona para atacarla y manipularla, impidiendo que esta persona pueda expresarse en libertad y satisfacer sus necesidades de liberación emocional o de autoafirmación. A largo plazo provoca personas anuladas y con la autoestima muy baja.

Ante esto, ¿Qué podemos hacer para defendernos de los chantajes, manipulaciones y presiones de este tipo?

Lo primero y más importante identificarlo.

En un siguiente poste analizaremos las maneras de librarnos de los manipuladores y las herramientas con las que podemos contar para ello.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

 

 

Los personajes de mi vida: esos roles que reproducimos...

¿Os suenan frases como  “pareces otro delante de tu mujer” o “cuando estás con tus padres no te reconozco”?

Frases de este estilo nos han acompañado en diferentes momentos de la vida y es posible oírlas de muchas personas. Algunos reaccionan desde la preocupación ante este tipo de afirmaciones, entendiéndolas como un ataque o duda sobre algo vital en nuestras vidas: nuestra identidad. Sin embargo, esto no es más que la evidencia del juego consciente o inconsciente que jugamos en nuestro día a día a lo largo de nuestra vida: un juego de roles.  En cada uno de los ámbitos de nuestra vida (trabajo, familia, amigos, etc.)  desempeñamos un rol, un personaje que tiene una función determinada y unos comportamientos que componen una perfecta sinfonía para conseguir que esa función se vea reforzada. Hay personas que tienen un rol en el que se sienten cómodos  y buscan la manera de jugar siempre desde el mismo personaje, mientras que otros adaptan su rol a las necesidades del entorno en el que tengan que actuar, jugando roles diferentes en función de las circunstancias.

¿Es mejor mantener siempre un rol o jugar diferentes roles?

Como casi toda diciotomía, no podemos afirmar que exista una opción buena de manera absoluta.  Pongamos como ejemplo una persona fijada en el rol del luchador, encarnado en el personaje del Guerrero. Un Guerrero, para serlo, necesitará siempre causas por las que luchar, estará siempre en alarma y con la espada lista para desenvainar, haya o no razones para hacerlo. Pueden incluso llegar a buscar conflictos en los que participar y dificultades que superar con el fin de no perder su identidad de luchadores, con el desgaste que supone vivir una vida de batallas. Ahora veamos el caso de una mujer Maga en su vida laboral (sacando trabajo adelante en las peores condiciones, con soluciones para cada problema y siempre con un toque de creatividad) que en su familia juega el rol del Demonio de Tasmania (no queda nada en orden a su paso, olvida fechas importantes y genera más problemas de los que soluciona). Nuestra Maga-Demonio seguramente sentirá malestar al ver las diferencias que existen en sus roles, sufriendo un conflicto de rol que le puede generar una crisis de identidad.

El conflicto de rol se produce cuando sentimos que en nuestra vida desempeñamos roles incompatibles o cuando pensamos que un grupo de personas tiene expectativas de nosotros que no se corresponden con nuestros comportamientos actuales.

 

 

El punto de bienestar, como en muchos otros aspectos de la salud mental, está en la libre elección. ¿Has elegido los roles que desempeñas?, ¿te sientes a gusto en esos roles?, ¿te gustaría explorar un nuevo rol en algún ámbito de tu vida?

Como hemos explicado al inicio, los roles solo forman parte de un juego en el que nosotros elegimos la dirección en la que queremos mover nuestra ficha .

Muchas veces el miedo a las reacciones de los demás ante un nuevo rol nos impide explorar y nos hace anclarnos en el rol del bueno, del gracioso, del superhéroe e incluso del gruñón. Pero ante este miedo debemos plantearnos si nos merece la pena que los demás solo conozcan una de nuestras facetas o si queremos generar relaciones plenas en las que nos sintamos libres de explorar y elegir el rol que mejor nos sienta en cada momento.

Quizá tus amigos agradezcan que no coartes tu faceta mimosa con ellos, o tus padres que les deleites con tu fabulosa tortilla de patatas. 

Sara Ferro Martínez

Psicóloga y coach

Grupo Crece

La obsesión por aprovechar el tiempo

En la sociedad actual en la que vivimos nos obsesiona el tiempo. Nos obsesiona aprovecharlo al máximo, que el tiempo sea siempre "productivo". Nos damos el permiso de las vacaciones estivales, pero llega septiembre y volvemos a las andadas de inmediato.

La propia sociedad y las personas de nuestro alrededor nos hacen sentir inútiles o poco valiosos si no tenemos la agenda apretada.

Al final tenemos tantas cosas que hacer y las hacemos tan deprisa que no podemos paladearlas y se nos escapan, se escurren entre los dedos y perdemos su esencia, aquella que nos puede enseñar cosas.

No nos paramos a sentir, ni siquiera a pensar de una manera productiva, la acción nos atrapa.

Todo ello, desde una perspectiva psicológica tiene consecuencias:

  • Los pensamientos obsesivos o las rumiaciones son más frecuentes, nuestro organismo está hiperactivado y es menos probable pensar con serenidad.

  • La percepción del paso del tiempo es mucho más acelerada, sentimos que el tiempo pasa más rápido y tenemos la sensación de no haberlo vivido con intensidad. Esto nos puede general vacío e insatisfacción.

  • No tomamos contacto con nuestras emociones y nuestro cuerpo, la atención está en otra cosa, por ello es más difícil identificar lo que nos conviene o no desde una perspectiva emocional, lo que nos agrada, nos gusta, nos aporta frente a lo que no. Es más difícil que podamos identificar sucesos emocionalmente relevantes. Y esto puede derivar en decisiones precipitadas y erróneas para nosotros y de igual manera vacío e insatisfacción, ya que los estados emocionales pasan desapercibidos.

  • Los estados emocionales pasan desapercibidos, pero nuestro organismo sigue sintiendo aunque sea de manera no consciente y este conjunto de emociones no expresadas, no resueltas, no vividas, se acumulan provocando un exceso de tensión, ansiedad, estrés.

  • Desperdiciamos mil instantes meditativos en los aconteceres cotidianos que nos puedan ayudar a desconectar, relajarnos, estar en el presente. simplemente, disfrutar del café de la mañana, del camino al trabajo, de una sensación fresca en la cara al salir a la calle, de la sonrisa de alguien...

  • Todo esto nos agota y acudimos a desconectarnos con actividades que quizá nos desenchufan pero no nos aportan: exceso de televisión, de redes sociales, de móvil...

¿Qué podemos hacer para no ser esclavos del tiempo?

"Una Décima de Segundo" 
Un momento en una agenda, 
una décima de segundo más 
vuela, 
va saltando de hoja en hoja, 
mil millones de instantes de que hablar… 

Y es que no hay nada mejor que remover 
el tiempo con el café…”

Antonio Vega

 

 

 

 

 

  1. No te satures de tareas. en tu tiempo libre escoge dos o tres cosas por hacer, intenta dejar tiempo suficiente para esas actividades y poderlas hacer con calma.

  2. De las obligaciones o actividades que debes cumplir intenta buscar algo que te agrade, que te haga sentir bien y focaliza tu atención en lo positivo de esas cosas.

  3. Deja tiempo sin planificar, para descansar o dejarte llevar.

  4. Busca dos o tres cosas al día para ser muy consciente y vivir plenamente el presente: la ducha diaria, el camino a casa, el desayuno, el ratito de estar ayudando en los deberes a tus hijos...

  5. Intenta disfrutar del proceso más que del resultado.

  6. Recuerda que las mejores cosas de la vida no son cosas.

 

 

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

La perfección, lo enemigo de lo bueno

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Desde que somos pequeños el entorno nos “invita” a mejorar nuestro rendimiento para “ser 
mejores”, conseguir el éxito y, por tanto, la felicidad. Somos evaluados y corregidos de forma que aprendemos muy rápido que para agradar a los demás hay que hacer las cosas de tal o cual forma. 
Empezando por nuestros padres hasta los “spots” publicitarios, nos vemos rodeados de modelos y altos estándares a imitar, o intentar conseguir, si queremos optar por un cachito de esa felicidad tan ansiada. 

La presión por "perfeccionarnos" o " perfeccionar" a los demás nos puede llevar a filtrar la 
realidad a través de mensajes de este tipo: "sí cometo algún error es porque no soy una persona lo suficientemente válida", " si no hago bien las cosas no me aceptarán y me rechazarán" o " sólo existe una forma de hacer las cosas, y es la mía", que pueden teñir nuestra vida de angustia, tristeza e incluso ira. 

¿Soy perfeccionista o simplemente me gusta hacer las cosas bien? 

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Querer alcanzar nuestras metas o mejorar nuestro rendimiento no es lo mismo que ser perfeccionista. De hecho, fijar nuestras metas y querer superarlas nos ayuda a rendir de forma más efectiva. Las dificultades vendrán si esas expectativas o estándares son tan elevados que se hacen imposibles de cumplir y comienzan a afectar al rendimiento de la persona e interferir en su vida cotidiana o en la vida de la gente que la rodea. El perfeccionismo hace sufrir y se asocia a menudo con ansiedad y depresión. 

Algunas características de las personas con un estilo perfeccionista: 

  • Tendencia a ver las cosas como correctas o incorrectas, sin puntos intermedios. Ejemplo: "Si pierdo los nervios con mi hijo soy una mala madre".

  • Sentencias del tipo " debería..." o " tener que"...: son reglas arbitrarias, impuestas a voluntad del que las crea sin seguir ningún tipo de lógica o razonamiento. Si se rompen, se crean sentimientos de culpa, tristeza, incompetencia, etc. Ejemplo: " No debería sentir emociones negativas como la tristeza o los celos" (¿ Dónde está escrito que no se puedan sentir estas emociones negativas?).

  • Inflexibilidad y rigidez: cuando las normas que nos exigimos o exigimos a otros no pueden variar bajo ningún concepto. - Se asocia el " error" al " fracaso" , lo que conlleva un excesiva necesidad de control y comprobaciones continuas para asegurarse de que no hay ningún error y todo esta correctamente hecho.

  • Dificultad para delegar en otros al no confiar en el criterio de los demás considerando el propio como el único válido.

  • Comparaciones sociales inapropiadas: existe una tendencia en las personas perfeccionistas a compararse con los demás con mayor frecuencia que otras personas, y a salir perdiendo en estas comparaciones.

  • Dificultad en la toma de decisiones ante la posibilidad de equivocarse de manera irreversible.

  • Posponer y/ o evitar: al retrasar la realización de las cosas o evitarlas no se necesita afrontar la posibilidad de hacer un trabajo imperfecto.

  • Intentos de modificar la conducta de los demás.


Que se cumplan algunas de estas características no es sinónimo de " padecer de perfeccionismo".  Todos y cada uno de nosotros puede "practicar" un poco de cada una, la diferencia se encuentra en la frecuencia con la que ocurren y el grado de sufrimiento que ocasiona a nosotros mismos o a los demás. 

 

Algunas ideas para flexibilizar nuestro perfeccionismo:

  • Acepta la imposibilidad de la existencia de lo perfecto. Todo lo que podamos considerar o imaginar como perfecto es siempre susceptible de mejorarse, os invito a que hagáis la prueba.

  • Cambiar la máxima " debo hacerlo perfecto" por " hacerlo lo suficientemente bien" disminuye el nivel de exigencia con el que iniciamos una tarea y permite fijar nuestra atención en metas más realistas y, por tanto, más plausibles.

  • Se realista. Aprende a tener una visión realista de tus responsabilidades y posibilidades, asumiendo que el ser humano no puede con todo y aceptando tus debilidades pero sin olvidar tus fortalezas.

  • Date permiso a cometer errores. Date permiso a ser un ser humano. El ser humano es

  • imperfecto, gracias a lo cual hace que su vida sea un interesante camino donde aprender, sorprenderse, imaginar, crecer, explorar, jugar...todas ellas cosas que no tendrían cabida si las personas fuéramos perfectas. Date permiso a poner en práctica todos estos verbos y otros más que te harán sentir vivo.

  • Toma como positivas las críticas. No tomes las críticas como una ataque a tu persona y tu valía, sino como información que te permitirá mejorar para la próxima vez. Si recogemos las críticas como una alusión a nuestras debilidades y, por tanto, las leemos como aquello que nunca podremos ser o hacer, estamos avivando el fuego del perfeccionismo al seguirle el juego a las sentencias " debería" ( " no debería haber hecho tal, ha sido un error"), asociando el error al fracaso, categorizando el mundo en " correcto" e "incorrecto"...

  • Prioriza metas. Intentar alcanzar lo, supuestamente, perfecto mata la creatividad, la espontaneidad y la productividad. Perseguir altos estándares y fijarse sólo en la meta de la perfección como fin último , nos impide disfrutar del camino que estamos recorriendo y atender a pequeños detalles que pueden sorprendernos y hacernos disfrutar del momento. La felicidad está más en la salida y en el recorrido que en la meta.

"The journey is the reward." ( El viaje es la recompensa) Proverbio chino 

  • Aprende a pedir ayuda. Permite a los demás que puedan mostrarte también sus capacidades, su valía. Repartir responsabilidades permite enriquecerse con el conocimiento de los demás y aumentar el tiempo de dedicación a otras tareas quizás olvidadas, como las dirigidas uno mismo.

  • Y, sobretodo, convéncete de que tu valor , y el de los demás, no está en función de los resultados, sino en el sencillo e importante hecho de ser persona.

Raquel Ibáñez Ortego

Psicóloga

Grupo Crece

Emociones evitadas, sentimientos no sentidos

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Las emociones y sentimientos son algo real que no podemos eliminar o provocar a nuestro antojo, simplemente suceden. Los sentimientos son las reacciones más importantes y trascendentes que tenemos como seres humanos, nos dan luz sobre el rumbo a tomar en cada paso de la vida, nos ayudan a darnos cuenta de nuestras necesidades y deseos; reprimirlas, negarlas, ocultarlas, racionalizarlas en exceso, nos anula y nos distancia de nosotros mismos, nos disfraza la realidad y no nos permite generar recursos de afrontamiento, y entonces, se enquistan en el cuerpo provocándonos somatizaciones y problemas de salud.

Muchas personas se han desconectado de sí mismas, de sus auténticas necesidades, motivaciones y emociones, y se han construido una vida donde "ni siento ni padezco", "siento sólo aquello que soy capaz de digerir", "siento sólo cosas supuestamente bonitas o agradables pero alejadas de mi propia realidad".

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La dificultad para gestionar las emociones y los sentimientos nos lleva al autoengaño y a largo plazo a un callejón sin salida de insatisfacción, de soledad o de enfermedad.

El sufrimiento que nos produce enfrentarnos a nosotros mismos, a nuestro dolor, a nuestra vulnerabilidad..., impide el acceso a la plenitud y a la satisfacción. En la vida no es posible sólo sentir las emociones agradables, sin las desagradables o dolorosas no tenemos acceso a todo el universo emocional y a una vida plena. Hay personas que viven en un universo irreal de felicidad, evitando todo aquello que le genere disonancias, displacer, frustración o dolor: evasión e compras sin sentidos, ocio vacío, drogas, adicción al trabajo, perfeccionismo sin sentido, asentarnos en un rol y no movernos de ese lugar, reproducción de patrones automáticos de comportamiento, dejarse llevar pro nuestra zona de confort... Entonces... dejamos de sentir y dejamos de vivir.

Muchas veces, negamos nuestro yo emocional y visceral, para mantener la autoestima en equilibrio, una autoestima basada en cierta imagen o en cierto rol, o en ciertas circunstancias que no tienen nada que ver con nosotros mismos, o para que no afloren miedos y penas muy profundos que pueden tener su origen en un niño o niña heridos, miedos o penas que creemos que no seremos capaces de superar. Podemos tener miedo a no controlar las emociones o no controlar las emociones o la conducta del otro y sentimos que evitamos un conflicto si nos callamos. 

Nada más lejos de la realidad emocional, al ir dejar fluir nuestras emociones y sentimientos, al conectarnos con nuestra vulnerabilidad y al expresar nuestros sentimientos, iremos recuperando una autoestima sólida centrada en nosotros y no en aspectos externos, iremos curando las heridas del pasado y situando las cosas en la vida de modo que nos perjudiquen lo menos posible.

Cuando expresamos las emociones, vamos cubriendo necesidades pendientes para poder satisfacerlas y cerrarlas, dejando paso a nuevas necesidades y espacio para vivir en el aquí y ahora.

Las emociones están en la base de nuestra superviviencia y en la base del acceso a todo aquello que nos provoca bienestar, sin ellas no podemos tampoco construir vínculos con las demás personas.

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"Reconocer la vulnerabilidad nos vuelve auténticos y nos acerca a los demás; nos hace más valiosos como experiencia humana con otro y nos hace libres"

¿Cómo conseguir conectarme más con mis emociones?

  1. Escuchar al cuerpo es el primer paso, en él se anidan las emociones más básicas, las necesidades más primarias, poco a poco iremos siento capaces de identificar en él las emociones que está sosteniendo.

  2. Aceptar las emociones como algo natural y positivo, incluyendo las emociones que nos dan miedo o rechazamos. Todas las emociones y sentimientos nos sirven para algo aunque racionalmente pensemos que no son adecuadas. en este proceso de aceptación cada vez seremos más capaces de sentir que la emoción es una aliada y no una enemiga.

  3. Dejar espacio para la espontaneidad y ser nosotros mismos; buscar espacios o personas con las que pueda aflorar mi yo más esencial y auténtico. Descubriremos los beneficios de no avergonzarnos de nosotros, de no pensar antes de hacer, de fluir sin necesidad de hacer o decir nada especial y eso nos dará muchas claves para seguir nuestro camino de desarrollo personal.

  4. Detectar mis puntos débiles: exceso de racionalización, exceso de actividad para no pensar, relativizar las cosas y ver sólo el color de rosa o la paja en el ojo ajeno, adición a alguna cosa o sustancia.

  5. Expresar a los demás mis emociones, necesidades, deseos..., marcando límites, pidiendo algo, expresando lo positivo, dando mi opinión sincera, expresando una crítica... La asertividad nos ayuda a ser más conscientes de nuestras emociones y necesidades y a equilibrar y gran parte de las veces a acercar las relaciones con los demás.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

 

Las emociones y la supervivencia

Los sentimientos y emociones son los cimientos de nuestra mente. De todos los fenómenos mentales, los sentimientos y sus ingredientes emocionales son los menos conocidos en términos biológicos y neurobiológicos.

Las emociones nos preparan para manejar sucesos importantes sin pensar en lo que hay que hacer, por ello son muy primitivos en nuestra estructura cerebral y son básicos para la supervivencia de la especie y de muchas otras. Están relacionados con aspectos muy básicos a nivel biológico como los procesos metabólicos o el sistema inmunológico. Manejar adecuadamente nuestra emociones nos aporta por lo tanto salud y felicidad.

En el continuo evolutivo de las emociones y sentimientos encontramos.

  1. En un primer nivel: el proceso de metabolismo (mantiene a través de componentes químicos y mecánicos el equilibrio de las químicas internas), reflejos básicos (que reaccionan al ruido, la luminosidad, el calor o frío extremos… para replegarse y protegerse), el sistema inmune (el cual nos defiende de agentes peligrosos como virus, bacterias, parásitos).

  2. En un segundo nivel: comportamientos asociados al placer o al dolor con componentes de acercamiento o retirada (no nos tocamos una zona que nos duele y nos acercamos a fuentes de placer, expresamos el sufrimiento y dolor en la cara y en el cuerpo y abrimos y relajamos el cuerpo, liberando endorfinas ante las fuentes de placer).

  3. En el tercer nivel: instintos y motivaciones diversos, como la sed, el hambre, la curiosidad, la exploración, el juego y el sexo.

  4. En el cuarto nivel: Las emociones propiamente dichas (alegría, pena, miedo, vergüenza, orgullo… y sus expresiones faciales, vocales y corporales.

  5. En el quinto nivel: los sentimientos (las imágenes mentales de las emociones).

Todos estos dispositivos se activan al nacer o poco después con poca dependencia del aprendizaje (por ejemplo: llanto reactivo de los bebés). Sin embargo, el aprendizaje jugará un papel esencial a la hora de saber cuando desplegar estos dispositivos, con qué intensidad, o cuando inhibirlo.

Los niveles interactúan entre sí: por ejemplo el miedo, la tristeza o el asco inhiben el hambre, la sed y los impulsos sexuales, la satisfacción de los instintos produce felicidad, la frustración de los instintos produce cólera o tristeza. El manejo inadecuado de las emociones lleva a enfermedades que tiene que ver con los procesos metabólicos o autoinmunes.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

 

Expresarnos con Mensajes yo: una manera de ser asertivos sin herir a los demás

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En muchas ocasiones para no herir los sentimientos del otro, evitar un posible conflicto, damos rodeos o excesivas vueltas a lo que decimos, mostrando al final inseguridad y una menos credibilidad ante nuestro mensaje, además de sentirnos mal con nosotros mismo por no decir realmente lo que necesitamos.
Un buen truco para expresarnos de manera clara y directa evitando herir al otro o provocar un conflictos son los MENSAJES YO.

En nuestro vocabulario es muy frecuente usar una manera de expresarnos en forma de MENSAJES TÚ: "Tú no hiciste..." "Tú no quieres...", Tú eres...". Si cambiamos esto por : "Yo prefiero...", "Yo no quiero...", " Yo me sentí contigo...", evitamos susceptibilidades en el otro pudiendo poner de manifiesto nuestras necesidades y preferencias.

¡Animaos a experimentarlo!

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece