Expresarse para subir la autoestima y ganar en autoconfianza

La expresión es muy importante a la hora de definir nuestro autoconcepto. Tener libertad para expresarnos en público, mostrarnos ante los demás tal y como somos, soltar los lastres de la excesiva timidez y mostrar nuestro cuerpo, nuestro rostro, nuestra voz y nuestras palabras nos abren la puerta a desarrollar un autoconcepto más definido, más complejo y completo y ganar en seguridad personal y autoconfianza.

Algunos signos de que necesitaríamos un empujoncito en este sentido son:

  • Dificultades de ser el centro de atención, por ejemplo en una situación de hablar en público o de dar mi opinión.

  • Tendencia a hablar bajo, a no soltar toda la potencia de voz que tenemos o podemos llegar a tener.

  • Tendencia a ocultarse detrás de la palabra, restringirse en la expresividad corporal.

  • Tendencia a expresarse en lo verbal en un plano más abstracto e impersonal.

  • Tendencia a contener nuestro lado espontáneo o nuestro lado más desinhibido o no haberlo descubierto aún.

En los seres humanos antes del desarrollo completo de lo lingüístico se produce una explosión en el desarrollo psicomotor, que nos permite controlar nuestro cuerpo. Obtener el control de nuestro cuerpo es fundamental a la hora de desarrollar más autoestima. Poco a poco ese desarrollo de la palabra unido al desarrollo del cuerpo nos ayudan a conocernos y a mostrar lo que somos a los demás, y esa integración nos aporta una seguridad en nosotros mismos más compleja y completa.

En los niños pequeños es importante potenciar la expresividad a través de todos estos canales: cuerpo, gesto, voz y palabra para sentar unas buenas bases. Siempre adaptándose al niño, si al niño no le gustan los deportes como el fútbol, puede que le guste bailar o las artes marciales, si hay oportunidad de permitirle expresarse sin avergonzarle o corregirle debemos aprovecharlo.

De adultos hay muchas cosas que podemos hacer para potenciar nuestra capacidad expresiva y mostrarnos genuinos en nuestros gestos. actividades artísticas como bailar, cantar, hacer teatro... o actividades más guiadas y orientadas a nuestras dificultades concretas pueden ser de gran ayuda.

 

Raquel López Vergara

Psicóloga y facilitadora de grupos de danzaterapia

Grupo Crece

 

El duelo en los niños/as

duelo-infantil.jpg

La perdida es una de las experiencias vitales que más dolor causa al ser humano. La sensación de angustia al sentir que algo amado ya no esta a nuestro alcance es algo que experimentamos desde nuestros primeros meses de vida, cuando no hemos adquirido la permanencia del objeto, capacidad que nos permite ser conscientes de que, aunque no estén a nuestra vista, las
cosas siguen existiendo.

El proceso de adaptación a la pérdida se conoce como duelo. Muchas veces nos referimos al duelo como el periodo emocional que sucede a una muerte de un ser querido, sin embargo, experienciamos tantos tipos de  duelos como tipos de pérdidas en nuestra vida: la pérdida de trabajo, el fin de una relación o tener que emigrar a otro país son experiencias vitales que conllevan un duelo. Cada duelo es, por lo tanto, una experiencia diferente, con una manifestación, intensidad y una duración particular.

Y si las pérdidas están presentes a lo largo de toda nuestra historia, también lo estarán los duelos, aunque la conciencia de que los niños puedan sufrir procesos de duelo es poco extendida aún hoy en día: tendemos a pensar que los niños se olvidan pronto de las cosas, que no se dan cuenta de lo que sucede o que superan las cosas con más facilidad. También buscamos protegerles del dolor ocultando las pérdidas o minimizándolas. 


Lo cierto es que los niños perciben la perdida y el sufrimiento que conlleva, aunque es posible que la expresión de su dolor sea diferente a la de los adultos: 

  • Los niños tienen más dificultad para diferenciar entre la tristeza y el enfado. Además, al ser esta última una emoción que conlleva conductas más llamativas, los niños suelen elegirla como medio de expresión de su malestar.

  • Pueden experimentar conductas regresivas, como descontrol de esfínteres o pérdida de habilidades adquiridas.

  • Los niños pueden aislarse si no comprenden su malestar y se ven incapaces de comunicarlo.

  • Pueden jugar a juegos en los que la muerte este mas presente de lo habitual.

  • Los dibujos son un medio por el que los niños expresan sus emociones, por lo que los cambios en el universo emocional de los pequeños se harán presentes en él.


Como podemos ayudar a los niños a gestionar sus duelos?:

duelo infantil 2.png
  • Hablar claramente de la perdida, explicarle lo ocurrido para evitar sentimientos de culpa.

  • Proteger a los niños desde la comprensión y la legitimación de sus emociones. Si les ocultamos y negamos la perdida se sentirán confusos y no sabrán a quien acudir.

  • No hacer de la perdida un tabú: compartir y escuchar, legitimar el derecho del niño a sentir.

  • Comprender los sucesos de la infancia que pueden suponer duelos para los niños: la pérdida de un muñeco importante para ellos, no ser aceptados en el cole, separarse de un amigo, que mamá o papá amplíen su horario de trabajo o el nacimiento de un hermano son sucesos que los niños pueden vivir con gran impacto emocional, aunque desde la perspectiva adulta puedan tener otro significado.

  • Proponer a los niños rituales que les ayuden a superar el duelo o a hacerlo menos doloroso: enviar un globo al cielo con un mensaje para la abuela o el abuelo, hacer una fiesta de despedida antes de cambiarles de colegio y que los amiguitos escriban en un libro mensajes de ánimo... Los rituales de despedida son de gran importancia en todo proceso de duelo ya que nos preparan para afrontar la nueva situación.


En los niños, como en los adultos, la expresión de las emociones y pensamientos negativos, así como sentirse apoyados y queridos, aún en sus momentos más bajos, son la base que necesitan en su proceso de duelo.

Sara Ferro Martínez

Psicóloga y coach

Grupo Crece


Emociones evitadas, sentimientos no sentidos

negando-emociones-L-bQuOSL.jpeg

Las emociones y sentimientos son algo real que no podemos eliminar o provocar a nuestro antojo, simplemente suceden. Los sentimientos son las reacciones más importantes y trascendentes que tenemos como seres humanos, nos dan luz sobre el rumbo a tomar en cada paso de la vida, nos ayudan a darnos cuenta de nuestras necesidades y deseos; reprimirlas, negarlas, ocultarlas, racionalizarlas en exceso, nos anula y nos distancia de nosotros mismos, nos disfraza la realidad y no nos permite generar recursos de afrontamiento, y entonces, se enquistan en el cuerpo provocándonos somatizaciones y problemas de salud.

Muchas personas se han desconectado de sí mismas, de sus auténticas necesidades, motivaciones y emociones, y se han construido una vida donde "ni siento ni padezco", "siento sólo aquello que soy capaz de digerir", "siento sólo cosas supuestamente bonitas o agradables pero alejadas de mi propia realidad".

esconder las emociones.jpg

La dificultad para gestionar las emociones y los sentimientos nos lleva al autoengaño y a largo plazo a un callejón sin salida de insatisfacción, de soledad o de enfermedad.

El sufrimiento que nos produce enfrentarnos a nosotros mismos, a nuestro dolor, a nuestra vulnerabilidad..., impide el acceso a la plenitud y a la satisfacción. En la vida no es posible sólo sentir las emociones agradables, sin las desagradables o dolorosas no tenemos acceso a todo el universo emocional y a una vida plena. Hay personas que viven en un universo irreal de felicidad, evitando todo aquello que le genere disonancias, displacer, frustración o dolor: evasión e compras sin sentidos, ocio vacío, drogas, adicción al trabajo, perfeccionismo sin sentido, asentarnos en un rol y no movernos de ese lugar, reproducción de patrones automáticos de comportamiento, dejarse llevar pro nuestra zona de confort... Entonces... dejamos de sentir y dejamos de vivir.

Muchas veces, negamos nuestro yo emocional y visceral, para mantener la autoestima en equilibrio, una autoestima basada en cierta imagen o en cierto rol, o en ciertas circunstancias que no tienen nada que ver con nosotros mismos, o para que no afloren miedos y penas muy profundos que pueden tener su origen en un niño o niña heridos, miedos o penas que creemos que no seremos capaces de superar. Podemos tener miedo a no controlar las emociones o no controlar las emociones o la conducta del otro y sentimos que evitamos un conflicto si nos callamos. 

Nada más lejos de la realidad emocional, al ir dejar fluir nuestras emociones y sentimientos, al conectarnos con nuestra vulnerabilidad y al expresar nuestros sentimientos, iremos recuperando una autoestima sólida centrada en nosotros y no en aspectos externos, iremos curando las heridas del pasado y situando las cosas en la vida de modo que nos perjudiquen lo menos posible.

Cuando expresamos las emociones, vamos cubriendo necesidades pendientes para poder satisfacerlas y cerrarlas, dejando paso a nuevas necesidades y espacio para vivir en el aquí y ahora.

Las emociones están en la base de nuestra superviviencia y en la base del acceso a todo aquello que nos provoca bienestar, sin ellas no podemos tampoco construir vínculos con las demás personas.

images (16).jpg

"Reconocer la vulnerabilidad nos vuelve auténticos y nos acerca a los demás; nos hace más valiosos como experiencia humana con otro y nos hace libres"

¿Cómo conseguir conectarme más con mis emociones?

  1. Escuchar al cuerpo es el primer paso, en él se anidan las emociones más básicas, las necesidades más primarias, poco a poco iremos siento capaces de identificar en él las emociones que está sosteniendo.

  2. Aceptar las emociones como algo natural y positivo, incluyendo las emociones que nos dan miedo o rechazamos. Todas las emociones y sentimientos nos sirven para algo aunque racionalmente pensemos que no son adecuadas. en este proceso de aceptación cada vez seremos más capaces de sentir que la emoción es una aliada y no una enemiga.

  3. Dejar espacio para la espontaneidad y ser nosotros mismos; buscar espacios o personas con las que pueda aflorar mi yo más esencial y auténtico. Descubriremos los beneficios de no avergonzarnos de nosotros, de no pensar antes de hacer, de fluir sin necesidad de hacer o decir nada especial y eso nos dará muchas claves para seguir nuestro camino de desarrollo personal.

  4. Detectar mis puntos débiles: exceso de racionalización, exceso de actividad para no pensar, relativizar las cosas y ver sólo el color de rosa o la paja en el ojo ajeno, adición a alguna cosa o sustancia.

  5. Expresar a los demás mis emociones, necesidades, deseos..., marcando límites, pidiendo algo, expresando lo positivo, dando mi opinión sincera, expresando una crítica... La asertividad nos ayuda a ser más conscientes de nuestras emociones y necesidades y a equilibrar y gran parte de las veces a acercar las relaciones con los demás.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

 

Las emociones y la supervivencia

Los sentimientos y emociones son los cimientos de nuestra mente. De todos los fenómenos mentales, los sentimientos y sus ingredientes emocionales son los menos conocidos en términos biológicos y neurobiológicos.

Las emociones nos preparan para manejar sucesos importantes sin pensar en lo que hay que hacer, por ello son muy primitivos en nuestra estructura cerebral y son básicos para la supervivencia de la especie y de muchas otras. Están relacionados con aspectos muy básicos a nivel biológico como los procesos metabólicos o el sistema inmunológico. Manejar adecuadamente nuestra emociones nos aporta por lo tanto salud y felicidad.

En el continuo evolutivo de las emociones y sentimientos encontramos.

  1. En un primer nivel: el proceso de metabolismo (mantiene a través de componentes químicos y mecánicos el equilibrio de las químicas internas), reflejos básicos (que reaccionan al ruido, la luminosidad, el calor o frío extremos… para replegarse y protegerse), el sistema inmune (el cual nos defiende de agentes peligrosos como virus, bacterias, parásitos).

  2. En un segundo nivel: comportamientos asociados al placer o al dolor con componentes de acercamiento o retirada (no nos tocamos una zona que nos duele y nos acercamos a fuentes de placer, expresamos el sufrimiento y dolor en la cara y en el cuerpo y abrimos y relajamos el cuerpo, liberando endorfinas ante las fuentes de placer).

  3. En el tercer nivel: instintos y motivaciones diversos, como la sed, el hambre, la curiosidad, la exploración, el juego y el sexo.

  4. En el cuarto nivel: Las emociones propiamente dichas (alegría, pena, miedo, vergüenza, orgullo… y sus expresiones faciales, vocales y corporales.

  5. En el quinto nivel: los sentimientos (las imágenes mentales de las emociones).

Todos estos dispositivos se activan al nacer o poco después con poca dependencia del aprendizaje (por ejemplo: llanto reactivo de los bebés). Sin embargo, el aprendizaje jugará un papel esencial a la hora de saber cuando desplegar estos dispositivos, con qué intensidad, o cuando inhibirlo.

Los niveles interactúan entre sí: por ejemplo el miedo, la tristeza o el asco inhiben el hambre, la sed y los impulsos sexuales, la satisfacción de los instintos produce felicidad, la frustración de los instintos produce cólera o tristeza. El manejo inadecuado de las emociones lleva a enfermedades que tiene que ver con los procesos metabólicos o autoinmunes.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

 

La comunicación con los niños

comunicación con los niños

Cuando tratamos con niños muchas veces nos situamos en una posición que nos dificulta llegar a ellos, comunicarnos y entenderlos. Tendemos a sub o sobreestimar las capacidades de comunicar y entender de los niños,  evaluándolas siempre desde parámetros adultos.

Los niños poseen su propia manera de comunicar, adaptada a su nivel de desarrollo y a su manera particular de ver la vida, y debemos de atenderla y valorarla tal cual como es. Ellos pueden verbalizar generalmente sus problemas y sus preocupaciones, de una manera más sencilla a nivel verbal pero con gran riqueza de matices a nivel no verbal. Si escuchamos desde una visión de adultos, probablemente nos será difícil empatizar con los sentimientos del niño, al situarnos en un plano diferente. Permitirnos dejar nuestro mundo adulto a un lado y atender a los niños, tanto en su expresión verbal como no verbal, esforzándonos por comprender lo que sus alegrías, preocupaciones e inquietudes suponen para ellos, nos facilitará la comunicación y sentaremos una base de confianza a la vez que, como adultos, estaremos transmitiendo mensajes de gran importancia para la felicidad y autoestima de los niños: me importas, tienes derecho a sentir lo que sientes y me gusta que lo compartas conmigo.

Sara Ferro Martínez

Psicóloga familiar y coach

¿Cómo facilitar un vínculo afectivo sano? Os damos 10 ideas para conseguirlo

"El amor auténtico se encuentra siempre hecho. En este amor un ser queda adscrito de una vez para siempre y del todo a otro ser. Es el amor que empieza con el amor."

José Ortega y Gasset

maternidad sara lancini

La mayor clave de la seguridad personal y del desarrollo de una autoestima sana en el futuro, es sentirse querido y valioso en la primera infancia. El amor es un alimento tan importante como el biberón.

Estudios con animales y con niños y niñas institucionalizados, hace años que lo confirman.

Establecer un vínculo afectivo con el bebé desde que está en el vientre materno y a lo largo de los primeros años de vida es esencial para la satisfacción de una necesidad que está en la base de la pirámide.

¿Qué podemos que tener en cuenta?

1. Habla al bebé con palabras cariñosas y suaves. Exprésale tus sentimientos.

2. Expresa sintonía con el bebé, si está muy alegre le responderemos muy alegres y le invitaremos a jugar, si está calmado le transmitiremos calma y la compartiremos con él, si está llorando o enfadado seremos tranquilos y le trataremos con ternura para intentar calmarlo, si está triste, le trataremos con consuelo, abrazándole mucho con dulzura...

3. Le atenderemos siempre que demande nuestra atención, sea con una emoción positiva o negativa, aunque sea con una palabrita si no podemos en ese momento estar a su lado.

4. Le tocaremos mucho, besos, abrazos, masajes, caricias. El sentido del tacto es el mayor vehículo para la intimidad emocional. 5. Nunca le pegaremos o le gritaremos, si debemos reñir lo haremos con firmeza pero no con descontrol.

6. Le dejaremos explorar su entorno de una manera segura, no haremos por el bebé lo que éste puede hacer por sí solo aunque sea con un poquito de esfuerzo. Le dejaremos que se guíe pro sus propios instintos para que desarrolle sus inquietudes y talentos, el bebé sabe lo que le atrae, lo que le interesa mucho mejor que nosotros los adultos.

7. Le diremos lo felices que somos con él, lo a gusto que estamos con él, resaltaremos lo que hace bien.

8. Si hace algo que debemos corregir, nunca le diremos "lo haces mal", sino que le ayudaremos a que lo pueda hacer bien.

9. No le compararemos con nadie, hermanitos o hermanitas, otras personitas. Es único igual que los demás son únicos.

10. Le enseñaremos a ser persistente, pero no exigiremos la perfección.

Susana Paniagua Díaz

Psicóloga educativa

Grupo Crece

¿¡Por qué dije eso!? Claves para no actuar en caliente y calmar la furia

iracontrol de la ira

Cuántas veces nos ha pasado eso de: “No quise decirte eso”, “En verdad no lo sentía pero me descontrolé”, “Por qué he tenido que ser tan bocazas, tenía que haberme callado…” Sí, cuando nos enfadamos, la propia emoción de la rabia nos impulsa a la acción, a defender un derecho, a quitarnos de en medio un obstáculo, a solventar aquello que vivimos como injusto… Y en muchas ocasiones, es necesario y útil, pero en otras… nos provoca problemas y conflictos que puede que no tengan vuelta atrás.

Otro factor negativo de la rabia es que, en la mayoría de las ocasiones, nos lleva a interpretar de manera equivocada y distorsionada la realidad. Aquello que corresponde sólo a la opinión de otra persona lo vivimos como un agravio, aquello que es un simple mal entendido lo interpretamos como algo dañino a propósito hacia nosotros, lo que es una circunstancia inevitable de la que nadie tiene culpa, la utilizamos para culpabilizar y “machacar” a una persona.

Todo ello puede ser nefasto para nuestras relaciones personales, familiares o laborales, creando un conflicto, malestar u otras consecuencias negativas que nos podríamos ahorrar con un poquito de autocontrol.

Hay personas con un temperamento muy templado que no se alteran o lo hacen con mucho comedimiento y otras personas de las que se dice “tiene mucho carácter”, bien, cualquier persona puede aprender a desarrollar autocontrol emocional, ya que no es una habilidad innata son algo que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida aunque las personas con un temperamento más templado lo tengan más fácil.

¿Qué podemos hacer? ¿Cuál es la clave del autocontrol?

1. Tomarnos un “tiempo fuera”

Si estoy enfadado/a aunque sea evidente por mis gestos, es mejor que salga un momento del lugar del conflicto, es decir, me voy a callar y voy a dar una vuelta, me voy a  otra habitación, me siento en mi mesa de trabajo y hago alguna tarea… En ese momento no hablo de mi enfado, ni de lo que lo ha provocado.

2. Intento durante el “tiempo fuera”, pensar en otra cosa que me distraiga, buscar algo entretenido, escuchar una música alegre o tranquila…

3. Una vez más tranquilo/a pienso si realmente la otra persona es el causante de mi malestar y si lo ha hecho con conciencia de darme o con mala intención. Reflexiono sobre lo que ha pasado.

-       Muchas veces, el otro, ignora que esto me molesta o me enfada. No es adivino, sus valores y normas de comportamiento van por otras vías diferentes a las mías, yo no estoy en posesión de la verdad.

-       Otras veces, aunque no lo ignore, no pretendía ofenderme o hacerme daño o perjudicarme, no hay una mala intención hacia mí. Es humano y ha cometido un error o es egoísta y no piensa mucho en los demás.

-       Incluso, es frecuente que el otro no tenga nada que ver en el asunto, las circunstancias nos han jugado una mala pasada y nadie es ni culpable ni responsable.

-       Y, sí, puede que el otro sea responsable, y me haya hecho daño a conciencia o dejándose llevar también por la rabia, pero en “caliente” sólo voy a conseguir entrar en una espiral de conflicto.

-       Y una pregunta importante ¿qué dice de mí que me haya molestado tanto esta persona o situación? ¿Puedo sacar una conclusión o aprendizaje de mi reacción emocional? ¿Qué necesidad se está poniendo de manifiesto? A veces, la rabia sólo es la punta del iceberg.

4. Tras mi reflexión tomo una decisión.

-       Si el otro no tiene responsabilidad en el asunto: Puedo pedir disculpas por mi reacción y añadir que en esos casos necesito salir a despejarme o esperar un poco para hablarlo con más tranquilidad.

-       Si el otro tiene responsabilidad en el asunto: Pedir disculpas por mi reacción pero indicarle a la otra persona que hay cosas que me molestan, me hieren, no me gustan… Al expresar  mi malestar es importante hacerlo desde los “Mensajes yo”:

“Yo me he sentido…”

“No me ha gustado…”

“Me enfada cuando…”

Y describiendo aquello que me molesta.

Evitaremos juicios de valor y ataques como “Eres un egoísta y sólo vas a lo tuyo…” “Tu manera de proceder es absolutamente incorrecta…” “Es que nunca te das cuenta de que…”

Cuidado con estos mensajes, no nos ayudan a gestionar las emociones ni a resolver el conflicto.

A este tipo de estrategias las denominamos gestión asertiva del la rabia o del enfado y se engloban dentro de otras herramientas de la comunicación asertiva.

5. No olvidemos que debajo de esa furia pueden esconderse otras emociones como la desilusión, la frustración, la tristeza, la rabia contra uno mismo… No escuchemos sólo a la ira. Desde ahí podemos descubrir cosas muy interesantes de nosotros mismo o de nuestras necesidades y quizá tengamos que hacer un cambio vital importante en nuestras vidas o si ese cambio no podemos hacerlo empezar a aceptarlo de una manera más constructiva.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

Sexo, ¿imprescindible en las relaciones de pareja?

sexo septem trionis

El sexo, junto a la sintonía emocional e intelectual, es uno de los ingredientes de una relación de pareja satisfactoria. La mayor parte de las personas, tanto hombres como mujeres en parejas heterosexuales y en parejas homosexuales, lo consideran un factor muy importante en las relaciones de pareja.

Pero valorar si hay buen sexo o mal sexo o si la frecuencia es la adecuada, es una cuestión subjetiva.

La clave está en la sintonía entre los componentes de la pareja ante esta cuestión. Sin que, de ningún modo, sea patológico, hay personas que están más dispuestas o receptivas a una relación sexual y otras que no lo requieren con tanta frecuencia. Hay personas con una disposición más activa y otras que prefieren dejarse hacer. Sin entrar en generalizaciones, la edad es un factor que influye en la libido y también influye, la duración de la pareja, ya que a medida que pasan los años con una misma pareja, eliminamos un componente que activa el deseo sexual, que es "la novedad", también aumentamos la posibilidad de compenetración y de calidad de la relación sexual ya que conocemos mucho mejor al otro.

Debemos de tener en cuenta, además, que el sexo es algo más que un coito o un orgasmo, el sexo también es besos, caricias, miradas, sentirnos deseados...

Si nos fuésemos a comportamientos que provocan infelicidad en la pareja o en una de las partes de dicha pareja, podríamos valorar si hay alguna necesidad insatisfecha, un problema de autoestima de base o una disfunción sexual, y quizá pudiese ser necesaria una intervención psicoterapéutica, terapia de pareja o terapia sexual.

Muchos factores externos pueden influir también en la libido o deseo sexual, como son los hábitos y rutinas de la pareja en las que pueda haber incompatibilidades de horarios, la organización con los hijos que no facilite los encuentros sexuales, etc.

Los estados de cansancio, estrés, ansiedad o tristeza interfieren en nuestro deseo y receptividad sexual.

El consumo de ciertos fármacos y sustancias como el alcohol, los antidepresivos, algunos anticonceptivos orales o alteraciones en algunos parámetros biológicos pueden tener también su peso incidiendo en el deseo sexual.

¿Puede haber parejas que se sientan felices sin sexo?

Sí, efectivamente, si las dos personas están en esa sintonía.

¿Puede ser que la falta de deseo sexual sea un indicador de que la pareja presenta una crisis o que la relación va mal?

Sí, también, es posible.

¿Puede ser que no sea un problema de deseo o de felicidad de la pareja sino de una etapa en la que el estrés, la dedicación al trabajo o a los hijos, el cansancio y una mala organización de todos esto lleve a la pareja a disminuir mucho la frecuencia de sus relaciones sexuales?

¡Claro!

¿Puede ocurrir que en la pareja haya diferentes necesidades sexuales y se produzca algún tipo de incompatibilidad en este terreno?

Sí, puede ser y también puede ser superable.

Lo importante es analizar cada caso de manera independiente, valorar en qué punto me encuentro en este terreno con mi pareja, cuáles son mis necesidades y compartirlas con la pareja, para buscar soluciones, evitar malas interpretaciones o expectativas desajustadas que sí puedan derivar en un futuro en una crisis o ruptura.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

Guía para identificar el lenguaje del cuerpo

manos

¿Qué tenemos en cuenta a la hora de valorar si alguien me miente, es de fiar, es lo suficientemente seguro, se siento cómo conmigo, se siente atraído por mí, me está manipulando? ¿Qué estamos expresando con nuestro cuerpo con nuestra manera de andar, de mover las manos’ ¿Es esa la imagen que quiero dar, es eso lo que realmente siento y es lo que estoy mostrando? ¿Qué quiero mostrar y que no quiero mostrar a los demás?

El lenguaje no verbal corresponde a más del 80% de la información que podemos obtener de la otra persona si queremos interpretar sus necesidades, personalidad o intenciones.

  • 7% verbal (palabras)

  • 38% vocal (volumen voz, ritmo, etc.)

  • 55% movimientos corporales incluyendo movimiento faciales.

Es una herramienta esencial en la comunicación, tanto para el éxito de nuestras relaciones personales como sociales o laborales.

Existen pautas universales en la expresión no verbal pero en gran parte, se trata conductas aprendidas con gran influencia de factores culturales.

El significado de la conducta no verbal se debe enfocar teniendo en cuenta el conjunto de los gestos y el contexto.

Damos prioridad a lo no verbal frente a lo verbal a la hora de percibir el significado de un mensaje.

Es inconsciente, la mayor parte de las veces no nos damos cuenta de gestos que hacemos y también lo percibimos en general de manera inconsciente pero tiene un efecto en la imagen que nos hacemos del otro y en nuestras decisiones. Cada vez hay más interés sobre este tema y más personas interesadas en dominar un poco mejor su lenguaje no verbal y saber descifrar el de los demás.

Las habilidades para identificar lo no verbal las tenemos todos pero nos las hemos entrenado, de hecho los niños son mucho más hábiles que los adultos para identificar todo este tipo de patrones, ya que en los primeros años cuando aún no han desarrollado un lenguaje complejo, su comunicación se basa en lo no verbal.

Entendemos por comunicación no verbal aquello que hacemos con nuestro cuerpo, postura, orientación, ocupación del espacio, manera de caminar, movimientos de las manos, de las piernas, del tronco. También todo lo correspondiente a los gestos de la cabeza y de la cara, las expresiones de las emociones, la mirada, la sonrisa, por supuesto no podemos olvidar los aspectos paralingüísticos. Como suena nuestra voz, las pausas y los silencios que hacemos, los tonos emocionales de la voz, el volumen, la resonancia de la voz, el uso de nuestros tonos más grabes o agudos, el ritmo del habla.

Aunque no es propiamente no verbal también podemos descubrir muchas cosas del otro a través de su apariencia física, la estructura corporal, la ropa, los adornos…

Lo que no se dice pero se insinúa, la manera de expresarnos verbalmente si es más directa, más general, si hay ambigüedades, el vocabulario, si es más o menos rebuscado o es sencillo…

Os iremos descifrando las claves de la comunicación no verbal en diferentes post próximamente.

Os pedimos un juego, que es el primer paso para conocernos en lo no verbal e ir despertando nuestra capacidad de detectarlo en los demás.

VAMOS A OBSERVAR… Y OBSERVARNOS… ese es el primer paso.

Vamos a daros unas pistas para manejar situaciones habituales:

CLAVES PARA IDENTIFICAR LA INSEGURIDAD

bulling

1. Sudor excesivo en función de las circunstancias ambientales.

2. Postura cerrada de brazos, piernas o ambos.

3. Tensión facial: los gestos no son naturales.

4. Mirada baja, no mirar a los ojos de manera natural (intermitente).

5. Picores, rascarnos de manera impulsiva.

6. Agarrarse o frotarse las manos.

8. Balancearse (si la persona está de pie).

9. Movimientos nerviosos de las manos.

10. Mover poco las manos al hablar.

12. Expresar poco con la cara.

13. Titubeos.

14. Justificaciones excesivas

CLAVES PARA IDENTIFICAR QUE ALGUIEN NO DICE LA VERDAD O NO DA CONFIANZA

mentir

Muchos de estos indicios indican emociones negativas o incomodidad, no siempre engaño.

  1. Mirada fría (no hay nada detrás).

  2. Gesto inexpresivo, nos da poca información, “cara de poker”

  3. Control excesivo de los movimientos faciales, la emoción se puede exagerar apareciendo de manera brusca, no natural, cuando el gesto es genuino aparece de manera más paulatina e igualmente desaparece de manera paulatina.

  4. Control de los movimientos corporales, también de una manera no natural. Lo normal es que el gesto no verbal preceda unos instantes la palabra, cuando mentimos la palabra antecede unos instantes al gesto. A veces, desacompasamiento de los gestos o poco acompañamiento del cuerpo o manos con el discurso.

  5. Esconder las manos al hablar.

  6. Sonrisa falsa, no nos salen las patas de gallo al sonreír, los ojos, la mirada no sonríe.

  7. Exageración en las muestras de afecto en relación al vínculo que establecemos con el otro.

  8. Microexpresiones contradictorias. Las microexpresiones son expresiones faciales que se producen en 3/4 de segundo que reflejan la auténtica emoción (Sistema de codificación de la actividad facial (FACS, ref. P. Ekman).Por ejemplo no te gusta lo que te dicen y pones un microgesto de ira casi imperceptible, después muestras una calma o relax que no son sinceras.

  9. Abortar una expresión emocional, que se queda como a medias.

10. Mirar fijamente a los ojos en situaciones de vergüenza o culpa, cuando sentimos vergüenza o culpa o así lo manifestamos la conducta automática es bajar la mirada o la cabeza, aunque sea por un instante.

11. Lágrimas cuando no hay risa o cuando las cejas no están levantadas

12. Enrojecimiento o empalidecimiento (pueden indicar otras situaciones emocionales rabia, vergüenza y culpa, y no sólo engaño)

13. Deslices emblemáticos: los emblemas son gestos a veces universales otras veces culturales que reflejan un mensaje, por ejemplo encogerse hombros significa duda, si ante una pregunta en la que me dicen, ¿se siente capacitado para realizar esta tarea? Decimos sí y de manera rápida encojemos los hombros, se darán cuenta de que mentimos o no confiamos en nuestra respuesta si son buenos observadores.

14. No hay coherencia entre lo verbal y lo no verbal.

sonrisa falsa

COMO DARNOS CUENTA DE QUE ALGUIEN NO ESTÁ CÓMODO CON NOSOTROS

  1. Nos mira menos.

  2. Nos pregunta menos y muestra menos conductas empáticas. Sus preguntas no están orientadas a lo personal.

  3. No orienta el cuerpo hacia nosotros: puede ser que sólo oriente la cabeza o sólo el tronco y no las piernas o puede ser que su postura esté totalmente orientada a otro lugar.

  4. No habla de sí mismo, no nos hace confidencias ni autorrevelaciones.

  5. Aumenta la distancia interpersonal.

  6. Sonrisa falsa, no nos salen las patas de gallo al sonreír, los ojos, la mirada no sonríe.

  7. Nos puede cambiar de tema.

  8. Mira el reloj.

  9. Su postura es más cerrada tanto de brazos como de piernas.

10. Puede expresar movimientos nerviosos con las manos o el cuerpo.

11. Hay tensión facial y corporal.

12. Al despedirse no concreta un nuevo encuentro.

COMO DARNOS CUENTA DE QUE ALGUIEN MUESTRA INTERÉS HACIA NOSOTROS

  1. Mirada intermitente pero a los ojos.

  2. Sonrisa, incluso risa.

  3. Escucha empática.

  4. Sincronía empática, repite los mismo gestos o adopta una postura parecida a la que estamos adoptando nosotros de manera intermitente.

  5. Pupilas más dilatadas con relación a la luminosidad del ambiente.

  6. Hay más acercamiento, menos distancia personal e incluso contacto físico.

  7. La postura está 100% orientada a nosotros.

  8. La postura es asimétrica y relajada.

  9. Hace preguntas más personales y ofrece autorrevelaciones.

10. Expresa cosas positivas y lo muestra en el rostro.

11. Hay coherencia entre lo verbal y lo no verbal.

12. No hay tensión facial ni corporal.

COMO DARNOS CUENTA DE QUE LA OTRA PERSONA QUIERE LIGAR CON NOSOTROS O LE INTERESAMOS MÁS ALLÁ DE LA AMISTAD

A veces es difícil distinguirlo del mero interés sincero, pero hay algunas claves.

1.  Mirada muy intensa a los ojos. A veces rubor y desvío de mirada.

2.  Sonrisa continua, risa a la menor oportunidad.

3.  Escucha empática. Nuestra vida le parece apasionante, hasta el más nimio detalle.

4.  Sincronía empática, repite los mismo gestos o adopta una postura parecida a la que estamos adoptando nosotros, de manera continua.

5.  Pupilas más dilatadas con relación a la luminosidad del ambiente.

6.  Hay más acercamiento, menos distancia personal y cualquier excusa es buena para tocar.

7.  La postura está 100% orientada a nosotros.

8.  La postura es asimétrica y relajada.

9.  Hace preguntas personales y ofrece autorrevelaciones personales.

10.  Expresa cosas positivas hacia nosotros y lo muestra en el rostro.

11.  Hay coherencia entre lo verbal y lo no verbal.

12.  La persona está cómoda pero puede mostrar señales de nerviosismo o de pudor, no hay una relajación física total.

13.      Buscará la manera de estar a nuestro lado quitándose de en medio y cerrando la postura a posibles competidores o competidoras.

14.  Conductas masculinas:

  • Avanzar y mover los hombros.

  • Estirarse.

  • Acariciarse el cuello.

  • Pasar el peso de un pie a otro

  • Balanceo a delante y hacia atrás

  • Sobreactuación del cuerpo.

  • Elevación o impostación de la voz. Puede que también susurre.

  • Autocontactos.

  • Exhibiciones de destrezas.

  • Miradas de comprobación.

  • Tocare los labios.

  • Velocidad del habla lenta

SEDUCCION

15.  Conductas femeninas.

  • Estirarse, arquear la espalda, empujar el pecho hacia delante. Movimientos ondulantes en general.

  • Elevación de cejas.

  • Balanceo de cadera.

  • Enredarse y recolocarse el pelo.

  • Torcer la cabeza.

  • Humedecerse los labios, chasquear la lengua.

  • Ligeros movimientos de cabeza.

  • Autocontactos.

  • Pies arqueados

  • Cruce de piernas

  • Manos desplegadas mostrando la muñeca por su cara exterior.

  • Voz más aguda o susurrante.

  • Agarrarse las caderas.

  • Velocidad del habla lenta

Muchas de las conductas de cortejo tienen una similitud brutal en los animales, están en nuestra base biológica más primitiva.

COMO PODEMOS MOSTRAR CONFIANZA Y SEGURIDAD

  1. Sonrisa intercalada con ostros gestos, incluso en momentos de conflicto.

  2. Mirada directa. Cabeza recta sin levantar la barbilla.

  3. Mirar a menudo.

  4. Gestos de seguridad tendiendo a la simetría y contundencia.

  5. Mover manos, y en general ser expresivo con el cuerpo y gesto.

  6. Posturas abiertas.

  7. Acercarse al otro, no retirarse hacia atrás.

  8. Orientación corporal hacia el otro.

  9. Evitar posturas excesivamente territoriales.

10.  Combinados con gestos asimétricos y ondulantes.

11.  Inflexiones y juego vocal, sonidos contundentes

12.  Contacto físico natural adaptado a las situaciones.

13.  Coherencia entre lo verbal y lo no verbal y coherencia entre los diferentes elementos no verbales.

14.  Evitar automanipulaciones o movimientos nerviosos.

COMO IDENTIFICAR A LAS PERSONAS QUE QUIEREN INTIMIDARNOS

En general utilizarán comportamientos no verbales agresivos pero de manera muy sutil, aunque se pueden ir al extremo de comportamientos evidentemente agresivos.

chantaje

NUESTRA ACTITUD DEBE DE SER SIEMPRE MOSTRAR SEGURIDAD Y CONFIANZA, NUNCA SUMISIÓN.

  1. No te mira, o lo hace elevando la barbilla, mira más a la frente que a los ojos.

  2. Mirada directa y continua sin casi pestañear intimidatoria.

  3. Se sitúa en un lugar de “poder”, por ejemplo. Silla más elevada, posición de mayor control en una mesa o en una estancia, está de pie, mientras el otro está sentado…

  4. Postura con los brazos agarrando la nuca y las piernas cruzadas en cuatro.

  5. Nos quita posibilidades de movimiento o maniobra.

  6. Invade nuestro espacio personal.

  7. Eleva el volumen de voz con respecto al del otro.

  8. Interrumpe continuamente.

  9. Relativiza o ignora los comentarios del otro.

10. Puede mostrar gestos sarcásticos o irónicos.

11. Sonrisa falsa o ausencia de sonrisa.

12. Postura frontal y simétrica.

13. Ridiculizarnos en público.

COMO IDENTIFICAR A UNA PERSONA QUE SE ESTÁ ENFADANDO MUCHO

Algunos de estos gestos serán evidentes si la persona no pretende disimular su enfado pero si no es así, un buen observador puede identificar y prevenir un ataque de ira.

ENFADO

Gestos más evidentes

  1. Gesto facial del enfado

  2. Elevación del volumen de voz.

  3. Esgrimir el puño

  4. Ataque físico

  5. Miradas intensas y duras

Gestos más sutiles

  1. Enrojecimiento

  2. Puños cerrados de pie

  3. Puño en la boca

  4. Rascarse el puño

  5. Palma en la frente

  6. Taparse la boca con un dedo

  7. Brazo-antebrazo cogido por la mana o o puño agarrado

  8. Respiración rápida, intensa y torácica

  9. Tensión corporal generalizada

10.  Micropicores:

  • o Hacia el interior del ojo

  • o Rascarse el ojo hacia adentro

  • o Cara externa de los brazos

  • o En la oreja

  • o Picar la nariz hacia el interior del rostro

  • o Tocarse la nuez

  • o Rascarse el cuello con todos los dedos

ira

COMO ACTUAR ANTE UNA PERSONA QUE PUEDE ESTAR MUY ENFADADA E INCLUSO PUEDE TENER UN ARRANQUE VIOLENTO

  1. Emitir señales corporales de relajación, tranquilidad y seguridad. Postura semiabierta, gesto relajado, cuerpo relajado, hombros relajados, piernas dirigidas hacia la persona, barbilla recta, nunca elevada…

  2. Postura simétrica y mirada directa al otro pero sin intimidar.

  3. No irnos hacia a tras, al contrario, que la persona vea que no le tenemos miedo y nos acercamos un poco evitando el contacto físico.

  4. Invitamos y facilitamos que la persona se siente, eso la relajará un poco.

  5. Empatía, sintonía con el otro, con nuestro cuerpo (asentimientos, mirada de interés, gesto serio…) y con nuestras palabras le daremos una razón parcial: “Es normal que te enfades”, “entiendo tu enfado”, (entendemos su enfado, no tenemos porque valorar positivamente su conducta, ni estar de acuerdo).

  6. Mantenemos silencio y sólo hacemos una escucha activa, asentimientos, parafraseos, sonidos de aprobación… no interrumpimos, le damos al otro espacio para expresar y que se desahogue, aunque nos parezca que dice algo injusto (ya habrá momento para aclarar el malentendido cuando la personas esté calmada).

  7. Cuando tomamos la palabra nuestros gestos y nuestra voz serán suaves pero contundentes.

  8. Cuando la persona se haya apaciguado plantearemos nuestra postura. Si esta postura es contraria la del otro, mantendremos nuestra postura con firmeza, nuestro gesto será serio pero no agresivo, nuestra mirada será amigable.

  9. Si presentimos que el arranque del otro puede ser muy violento puede sernos útil buscar el apoyo de otra persona o mantenernos en una postura más sumisa hasta poder escapar de la situación.

COMO TRASNMITIR Y CONTAGIAR MOTIVACIÓN

1.  Sonrisa amplia

2.  Más volumen en la voz pero cálido.

3.  Mayor velocidad del habla.

4.  Mirada directa pero sin intimidar, mirar amale y alegre.

5.  Movimientos enérgicos, contundentes pero relajados.

6.  Ritmo alto y tono muscular alto del cuerpo y de los movimientos.

7.  Pausas en el lenguaje unido a mirada directa. Jugar con los silencios en momentos relevantes del discurso.

8.  Actitud alegre e intensa.

9.  Presencia de emociones en el gesto y la voz.

  1. Movimientos sincrónicos con respecto al otro

  2. Empatía.

  3. Coherencia entre lo verbal y no verbal, debemos transmitir credibilidad

COMO SEDUCIR/PERSUADIR SIN ASOCIARLO A UNA CONQUISTA O LIGUE

1.  Sonrisa.

2.  Sonrisa más mirada. Mirada directa con leve sonrisa.

3.  Mirar a menudo. Juegos de miradas.

4.  Reír y provocar la risa.

5.  Gestos de seguridad combinados con gestos asimétricos y ondulantes.

6.  Entonaciones susurrantes y cálidas.

7.  Velocidad lenta.

8.  Inflexiones y juego vocal.

9.  El juego de las palabras seductoras.

10.  Contacto físico natural.

11.  Coherencia entre lo verbal y no verbal, debemos transmitir credibilidad

12.  Generar cierta sorpresa o misterio (que se resolverá al final o al hilo de la conversación).

COMO TRANSMITIR CERCANÍA Y CALMA

1.  Sonrisa

2.  Sonrisa más mirada. Mirada directa con leve sonrisa.

3.  Mirar a menudo pero no intimidar.

4.  Movimientos calmados a nivel corporal.

5.  Velocidad del habla lenta.

6.  Volumen medio-bajo.

7.  Gestos acordes con la emoción que expresa el otro, espejo empático. Por ejemplo: tristeza-compasión, vergüenza-discreción.

8.  Gestos asimétricos.

9.  Contacto físico adaptado a la situación.

  1. Inflexiones y juego vocal adaptado al interlocutor pero cálidos.

  2. Coherencia entre lo verbal y lo no verbal.

  3. No exagerar los gestos a nivel no verbal.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Las emociones no engañan

emociones caras 2

Las emociones como la ira, el miedo, la tristeza…, todas ellas, son universales y también, lo son sus expresiones y gestos faciales y muchos de sus desencadenantes, por ejemplo la tristeza aparece ante las pérdidas, el miedo ante la amenaza de un peligro. Sin embargo, hay aspectos culturales o individuales diferenciales, que nos hacen inhibir las expresión, anular las emociones o exagerar sus expresiones o sentirlas con mayor o menor intensidad en diferentes circunstancias.

Las emociones se reflejan en la cara, voz y en cambios a nivel fisiológico. El cuerpo no nos engaña con relación a las emociones si aprendemos a escucharlo.

Paul Ekman identificó los movimientos musculares implicaos en cada una de las emociones básicas (primarias) y algunas emociones secundarias. Se denominó sistema de codificación de la actividad facial (FACS, ref. P. Ekman). Ekman habla de que a través de las emociones no podemos engañar, ante cualquier evento o situación reaccionamos emocionalmente de manera abierta o de manera disimulada, en este último caso aparecen lo que él denominó microexpresiones. Las microexpresiones pueden durar 3/4 de segundo pero revelan lo que realmente sentimos.

Movimientos faciales de algunas emociones básicas siguiendo a Paul Ekman.

MIEDO

Eleve los párpados superiores al máximo, y, si se ve capaz, tense ligeramente los inferiores; si la tensión de los inferiores interfiere en la elevación de los superiores, entonces céntrese únicamente en la elevación de los superiores.

  • Abra la boca, deje que la mandíbula caiga, y estire los labios horizontalmente hacia las orejas.

  • Si tras intentarlo varias veces, no lo logra, limítese a dejar que la mandíbula cuelgue abriendo la boca y no intente estirar los labios horizontalmente.

  • Con los párpados superiores alzados al máximo, mire hacia delante y levante las cejas también al máximo. Vea si al mismo tiempo que las levanta, puede juntarlas. Si no puede realizar las dos acciones, sólo levántelas junto con los párpados superiores.

TRISTEZA

  • Mantenga la boca abierta y caída.

  • Baje las comisuras de los labios.

  • Manteniéndolas abajo, intente levantar las mejillas, como al entrecerrar los ojos. Eso tirará de las comisuras de los labios.

  • Mantenga la tensión entre las mejillas elevadas y las comisuras de los labios hacia abajo.

  • Mire hacia abajo e incline los párpados superiores.

  • Tire hacia arriba de las comisuras interiores de las cejas, pero sólo en el centro, no con toda la ceja.

  • También será de ayuda juntar y levanta las cejas en el centro.

  • Mantenga la mirada baja y los párpados superiores caídos.

IRA

Baje las cejas y júntelas: asegúrese de que los extremos interiores de las cejas descienden apuntando a la nariz.

  • Manteniendo las cejas como se ha descrito, intente abrir mucho los ojos de forma que los párpados superiores empujen contra las cejas descendidas, endurezca la mirada.

  • Una vez que esté seguro de que está realizando los movimientos de cejas y párpados, relaje la parte superior de la cara y concéntrese en la parte inferior.

  • Apriete los labios y ténselos; no los frunza, limítese a apretarlos uno contra el otro.

  • Una vez esté seguro de que está realizando correctamente los movimientos de la parte inferior de la cara, añada los de la parte superior bajando las cejas, juntándolas y levantando los párpados superiores para producir una mirada fija.

ALEGRÍA

  • Estire las comisuras de los labios hacia arriba y abra la boca sin soltar la tensión lateral.

  • Enseñe los dientes de la parte superior, elevando los labios en la parte central.

  • Frunza los ojos y cejas en la parte lateral.

La expresión facial como por arte de magia, provoca la sensación corporal de la emoción y si mantenemos un buen rato esta expresión podemos conectar con el sentimiento (aspecto mental de la emoción).

Si realizas este ejercicio presta atención a las sensaciones de la cara, estómago, pecho, garganta, manos y piernas. Observa la respiración y si la cara y las manos están frías o calientes o si se produce algún pensamiento o movimiento corporal.

Esta experiencia nos puede ayudar a identificar nuestros parones fisiológicos y corporales de las emociones y permitirnos identificarlas en situaciones cotidianas. Por otro lado, si forzamos una expresión facial es fácil que nos auto-provoquemos la emoción, es una manera de conseguir estado emocionales positivos o salir de los negativos.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

Referencia: Ekman, P: ¿Qué dice ese gesto?. RBA libros, 2004, Barcelona.